Felipe A. Páucar Mariluz
El 15 de octubre Tingo María capital de la provincia de Leoncio Prado cumple 75 años de fundación política. De todos sus problemas el medioambiental es el de mayor trascendencia. La minería es su peor amenaza.
La historia de Tingo María está por escribirse, lo que
tenemos hasta hoy son monografías, ensayos o relatos basados en algunos
documentos oficiales, básicamente del acervo municipal, poco es lo escrito en
base a testimonios de colonos, hijos y nietos y de aquellos que llegaron de
paso, se quedaron y son tan tingaleses como los de pura cepa. “En la Guerra
Oculta en el Huallaga, Monzón y Aguaytia” relatamos varios episodios que en
algún momento debemos complementar.
A pesar de las vicisitudes y sobreponiéndose al infortunio
del crimen organizado y la violencia fratricida, pudo crecer y desarrollarse, dando a la luz
nuevas generaciones que construyeron lo que es hoy y constituyen su esperanza
para superar los momentos críticos que toca vivir a la mayoría de sus habitantes,
quienes deben pagar la factura de los equivocados o de los vivos que supieron
acomodarse con Dios y con el diablo para hacer las cosas mal en beneficio
personal, familiar o de los amigos, sin siquiera sentir vergüenza.
Cuenta la historia que antes de la conquista del Perú, las
tierras de Tingo María fueron entregadas a Francisco Martín de Alcántara y a
Antonio de Rivera, pero ellos no tomaron posesión. Los que tomaron posesión
fueron grandes terratenientes de nombres aristocráticos y fueron o son los
dueños de nuestra patria tan desigual e injusta para miles de sus habitantes.
“El estado de las tribus que habitaban las tierras de Tingo
María era tan primitiva, puesto que en el siglo XVIII muchos de ellos todavía
andaban desnudos y pintaban sus rostros cuando tenían que combatir usando flechas
y arcos”, escribió en su blog un tal Fernando que asegura haber investigado
sobre Tingo María luego de arribar como mochilero.
En una expedición donde llegó el capitán español Gómez Arias
Dávila se encontró huellas de algunas
toponimias por lo que sus primeros pobladores podrían haber tenido dialecto
propio.
Parte de esa historia asegura que fueron los misioneros
franciscanos Fray Luis Jurado y el Padre Francisco de Olivares los primeros en
llegar a la zona de la selva, pero se considera al hermano Jerónimo Jiménez de
haber fundado en 1632 el primer pueblo de Tingo María y la parroquia de San
Felipe de los chunchos tingaleses. Sobre esto y otros acontecimientos hay mucho
que investigar.
La municipalidad de Leoncio Prado nos regala en este
aniversario varias obras elementales paralizadas y donde se dice haber gastado
decenas de millones de soles y como para no dejar de competir el Gobierno
Regional Huánuco también nos tiene como presente la obra paralizada del
hospital que ya se llevó de encuentro una cuadra de pista del jirón Cayumba
cerrada al tránsito.
La Alameda Perú convertida en un mercado persa donde todo se
compra y remata, falta saber si hay una subasta de conciencia permanente.
Varias calles colapsadas con la cinta amarilla a modo de advertencia, parques y
calles descuidados, pero se inauguraron dos ¿ecoparques? Camiones de carga
convirtieron en estacionamiento peligroso la avenida Enrique Pimentel cerca al
hospital EsSalud y en la avenida la Bandera por abuso y complicidad de la
policía nacional permanecen varados camiones de alto tonelaje retenidos para
ser investigados. Las calles son un caos por el hacinamiento de vehículos
porque los semáforos en funcionamiento no son suficientes y porque el proyecto
para nuevos semáforos también está paralizado o porque las casetas para dirigir
el tránsito son inservibles.
“Llegó la hora del cambio…” nos dice Devida en medios de
comunicación allegados. ¿Será la hora del cambio para sus funcionarios o los
que están vinculados a la cuestionada y poco efectiva guerra contra las
drogas?, porque para los campesinos y pobladores del área rural en mayoría
aquejados por una serie de problemas es la hora del retroceso a la extrema
pobreza. A los cocaleros se les erradicó la coca, mientras que a los
cacaoteros, cafetaleros, plataneros y arroceros se les paga con limosnas por
sus productos.
Al margen de los problemas y conflictos de ayer y hoy, no se
puede negar que Tingo María experimentó un avance notable desde su fundación
como pueblo y creación política, mucho de su desarrollo y progreso fue por el
trabajo sacrificado y honesto de sus pobladores, pero, varios tinterillos con
la careta de analistas y expertos del narcotráfico, desde Lima dicen que es por
el lavado de activos, sugiriendo alevosamente que todos somos una manga de
delincuentes, cosa que se debe rechazar y repudiar.
Toca a la población presente y generaciones venideras
duplicar esfuerzos para no retroceder o estancarnos. Emulando el esfuerzo y
sacrificio de 5000 productores de cacao y café que en 1985 pusieron en
funcionamiento la monumental obra ¡Industria del cacao de la Cooperativa
Agraria Industrial Naranjillo! Que gracias a la mezquindad de gente cierta
mediocre no fue valorada, apoyada y menos reconocida. No obstante, el orgullo
de quienes apostamos por el desarrollo y la equidad permanecerá por siempre.
Por eso consciente de los retos toca decir en el aniversario
de los 75 años: ¡Siempre adelante con orgullo y dignidad! ¡Salud por Tingo
María, su naturaleza y su gente! Gente honesta, emprendedora y desprendida, a
veces salpicada por los vicios, malas costumbres y oportunismos de quienes
transitan por los caminos truculentos del mal o de un poder mal entendido y
peor ejercido.
Reconocer y corregir nuestros errores es el reto. Con la
dignidad al tope y la frente en alto enfrentemos al futuro que se proyecta
sombrío en lo social, económico y político. Repudiar la mentira venga de donde
venga, así nos la traigan en papel dorado, debe ser la consigna para lograr una
ciudad donde sea un orgullo vivir y heredar a nuestros hijos y nietos.