ACUSAN AL TITULAR DE INTERIOR DEL GOBIERNO DE HUMALA DE
HABER ORDENADO UN ASESINATO
El general retirado Daniel Urresti ha negado su
responsabilidad en el crimen y ha asegurado que no piensa dimitir, como le han
exigido la oposición y los organismos de derechos humanos. El presidente lo
defendió y lo ratificó en el cargo.
Urresti y Humala, durante la ceremonia de jura del ministro
en el Palacio de Gobierno de Lima. Imagen: EFE
Por Carlos Noriega
Desde Lima
Recién se acomoda en el cargo y ya se exige su renuncia.
Nueve días después de su nombramiento como ministro del Interior, se ha conocido
que el general del ejército en retiro Daniel Urresti tiene un proceso judicial
abierto por violaciones a los derechos humanos. El cargo contra Urresti es
haber sido autor mediato del asesinato del periodista Hugo Bustíos, crimen
ocurrido hace poco más de 25 años, en los tiempos de la guerra interna que dejó
cerca de 70 mil muertos. Urresti ha negado su responsabilidad en ese crimen y
ha asegurado que no piensa dimitir, como le han exigido la oposición y los
organismos de derechos humanos. El presidente Ollanta Humala ha salido a
defender a su ministro del Interior y lo ha ratificado en el puesto.
“No vemos su culpabilidad y creemos en el principio de
inocencia. Este es un proceso extraño”, dijo Humala al referirse al proceso
judicial contra su nuevo ministro del Interior por el asesinato de un
periodista. Humala, según aseguró Urresti, estaba al tanto de la acusación
judicial por asesinato contra éste antes de nombrarlo como ministro del
Interior. Fue el propio Urresti quien le informó al presidente sobre el caso.
Enterado del juicio por violaciones a los derechos humanos contra el militar al
que había escogido como su nuevo ministro del Interior, el presidente Humala
insistió en nombrarlo en el cargo. Días después estalló el escándalo por ese
nombramiento.
Era noviembre de 1988, tiempos de terrorismo y represión
sucia, cuando el periodista Hugo Bustíos fue asesinado en un paraje de
Ayacucho, región andina en la que nació el movimiento armado maoísta Sendero
Luminoso y que era el epicentro de la violencia política. Corresponsal de la
revista Caretas en esa zona del país, Bustíos cubría la guerra interna. Eran
años en que las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales y las matanzas
masivas en poblados campesinos, cometidas tanto por militares como por senderistas,
eran cosa cotidiana en Ayacucho. Varios periodistas habían sido asesinados en
la zona.
Cuando había ido a cubrir el asesinato de dos pobladores,
supuestamente ejecutados por Sendero, a las afueras de la ciudad ayacuchana de
Huanta, Bustíos, que tenía el permiso de los militares para ingresar a esa
zona, fue interceptado por una patrulla militar, que lo estaba esperando. Fue
acribillado a balazos. Luego, los militares hicieron estallar una granada en su
cuerpo para despedazarlo. Urresti, que por entonces era capitán del ejército y
jefe de inteligencia en la zona, ha sido señalado como el oficial que dirigió
la patrulla que mató a Bustíos. Hay cuatro testimonios que lo involucran con el
crimen del periodista. El ministro niega los cargos y califica a sus acusadores
como “delincuentes”.
El brutal asesinato del periodista se convirtió en un caso
emblemático de las violaciones a los derechos humanos y del intento de los
militares por acallar a la prensa que denunciaba la guerra sucia de las fuerzas
de seguridad. Entonces gobernaba Alan García, era su primer gobierno
(1985-1990), y la impunidad era la norma en los casos de violaciones a los
derechos humanos. Ningún militar fue procesado por el crimen. El caso llegó
hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Después de la caída de la
dictadura de Alberto Fujimori en el año 2000, los tribunales peruanos
comenzaron a ver los casos de violaciones a los derechos humanos. Como todas
las denuncias por los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad durante
la guerra sucia, el proceso penal por el asesinato de Bustíos ha avanzado
lentamente.
El año 2007, dos oficiales del ejército, Víctor La Vera
Hernández y Amador Vidal, fueron condenados a 17 y 15 años de prisión,
respectivamente, por el asesinato de Bustíos. Urresti nunca fue incluido en ese
proceso. Tres años después de la sentencia, Amador Vidal declaró ante un
fiscal, acusando a Urresti de haber dirigido el asesinato de Bustíos. Vidal ha
revelado que Urresti operaba en Ayacucho como jefe de inteligencia con el
seudónimo de “Arturo”. El ministro ha aceptado que cuando participó en la lucha
antiguerrilla en Ayacucho se ocultaba bajo ese seudónimo y ha confirmado que en
el momento del asesinato de Bustíos era jefe de inteligencia en la zona, pero niega
su participación en el crimen del periodista. Urresti ha intentado desacreditar
el testimonio de Vidal, preguntando por qué éste no lo denunció antes y
acusándolo de querer vengarse de él por un problema entre ambos ocurrido cuando
servían juntos en Ayacucho en 1988. Vidal ha dicho que no acusó antes a Urresti
por “un falso espíritu de cuerpo”.
Pero el del comandante Vidal no es el único testimonio que
acusa al hoy ministro del Interior. Otras tres personas también lo involucran
en el crimen. Entre ellos, los militares Edgardo Montoya y Pedro Mujica, que
sirvieron con Urresti en Ayacucho cuando Bustíos fue asesinado. Urresti ha
dicho que a pesar de ser el jefe de inteligencia en la zona, nunca investigó el
asesinato del periodista, que desde un inicio fue atribuido a los militares y
tuvo una gran resonancia, diciendo que para él ese asesinato solamente era “una
estadística más”. El proceso contra el ministro del Interior se encuentra en la
fiscalía.
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