Felipe A. Páucar Mariluz.
La sensación que la corrupción es el primer mal de la sociedad peruana crece, sin que exista intención política de combatirla. |
"Un 20 por ciento
de peruanos en general reportó haber tenido que pagar una coima al llevar a
cabo el trámite en ocho instituciones de servicio público, es decir, uno de
cada cinco. Esta proporción ubica a Perú, en comparación con el resto de países
de América, en una situación que no es la más crítica, pero tampoco es la mejor",
advierte.
El Poder Judicial es
percibido como la institución más afectada por la corrupción, de acuerdo con el
Barómetro Global de la Corrupción 2013, estudio en el cual, además, uno de cada
cinco peruanos dice haber pagado una coima para recibir atención pública.
La percepción de
gravedad de la corrupción, según el estudio elaborado por Transparencia
Internacional, se extiende también a los partidos políticos, la Policía
Nacional y el Congreso de la República.
En otros países de
América, a diferencia de Perú, los partidos políticos ocupan el primer lugar en
la percepción de la corrupción. En ambos casos, sin embargo, "se afecta la
legitimidad del sistema democrático y se afianza la desconfianza de los
ciudadanos hacia lo público".
Estos datos –asegura
Proética, encargada del estudio en Perú– demuestran la urgencia de implementar
medidas que prevengan el aprovechamiento del cargo público para beneficio
personal como el Plan Nacional Anticorrupción 2012-2016 y reformas específicas
en estas instituciones.
Sobre el pago de coimas
en instituciones o servicios públicos, el Barómetro Global de la Corrupción
2013 revela también que el 44 por ciento de los encuestados refirió haber pagado
un soborno en la Policía.
Otro 32 por ciento
indica que se vio obligado a hacerlo en el Poder Judicial; el 13 por ciento, al
efectuar trámites para obtener registros y permisos; el 12 por ciento, por la
propiedad de la tierra; y el 11 por ciento, por servicios educativos.
Entre las razones más
frecuentes que mencionan para el pago de un soborno están: agilizar un trámite
(43 por ciento), como única forma de asegurar que el servicio termine con éxito
(34 por ciento).
En el primer caso,
Proética explica que el pago de un soborno está vinculado con lo lento de los
procesos en las instituciones públicas, mientras que la segunda respuesta
indica la sensación de incertidumbre de que su trámite se vaya a completar.
Bolivia (36 por
ciento) y México (33 por ciento) registran las tasas más altas en el pago de
coimas; en tanto que Canadá y Uruguay, con 3 por ciento cada uno, son los
países donde el pago de sobornos es menos común.
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