El periodista debe ser independiente y rechazar toda injerencia autoritaria del poder. Quien no ejerza con Integridad los principios éticos no es periodista. Foto captura Internet. |
En
las últimas 4 décadas con frecuencia se observa en medios y redes sociales,
calificativos ofensivos como sachaperiodista, mermelero o mercenario para referirse
a la mala o negativa actividad de comunicadores y periodistas. A menudo los
aludidos responden manifestando que tienen cartón de profesional y que Sunedu
puede confirmarlo, además, alegan pertenecer a un gremio periodístico que avala,
defiende y hasta premia su labor. ¿Es verdad o suficiente esta defensa?
Definitivamente, no, porque solo califica como periodista o comunicador aquel
que cumpla con los principios éticos del Código de la Federación Internacional
de Periodistas, FIP, valores éticos como: buscar la verdad y reportarla, actuar
independientemente, minimizar el daño y ser transparente y responsable, además
de objetivo e íntegro. Quien no cumpla estos elementales principios puede ser considerado
un charlatán, hasta ser el receptor de todos los calificativos despectivos que
un sector de la ciudadanía hastiada del ‘Modus operandi’ libertino y cuasi
delincuencial, les endosa.
El Mercurio peruano. En la historia del periodismo nacional
la publicación del “Mercurio peruano” fue muy importante, por las ideas que transmitía
y por la participación de los más distinguidos intelectuales de la colonia, la
“Sociedad Amantes del País”. El Baldón del periodismo y la prensa en el Perú se
da principalmente en la década del fujimorismo y el cogobierno cívico militar
en la década de los 90. Especie de Infodemia que persiste hasta hoy en medios y
periodistas que actúan como soporte a las mafias de distintos grupos con la
fachada de ‘partidos políticos’. Estos aliados de la anarquía y el crimen no
quieren aceptar que están afectando la democracia, la institucionalidad, la
separación y vigencia de poderes y atentan contra la unidad o el crecimiento sostenido
y equitativo de la patria. Hoy el periodismo y la prensa no son ni la sombra de
lo que fueron en sus mejores tiempos. Ahora carga con el desprestigio y el
desprecio de la población mayoritaria que los sindica de lobistas, negociantes
o los endilga de vendidos y mercenarios. Ante un innegable panorama sombrío,
corresponde a los periodistas, medios, gremios y otras organizaciones
periodísticas hacer un mea culpa, pedir las disculpas o el perdón al país y en
particular a nuestra audiencia: corrigiendo fallas y evitando compromisos e
intereses particulares, la receptación de dádivas, o de cualquier tipo de
preferencias y privilegios. El norte del periodista tiene que ser el servicio a
la patria por encima de apetitos personales, caso contrario dejemos el
periodismo y cerremos los medios, prescindamos de todo aquello que actúe como
esbirro del autoritarismo y el delito organizado en medios de comunicación, la
prensa y el periodismo. Superemos el baldón que nos enloda y dejemos de cargar
la pesada cruz del desprestigio y la marginación en una sociedad decente por
construir. ¿Es mucho pedir? Estamos
seguros que no.
Periodista omnipresente. “El periodista es, sin exageración
alguna, omnipresente en nuestras vidas… Esa omnipresencia hace que desde la
prensa se pueda moldear buena parte de la opinión ciudadana y de su actitud
frente a los problemas más importantes de una sociedad. Por ello una mala
prensa es un desastre social. En palabras de Joseph Pulitzer, “una prensa
cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y
demagógico”. (Ivan Sierra, Krítica).
Apogeo de los charlatanes. En ‘Política Exterior’ preguntaron al
investigador y analista internacional Moisés Naín del por qué los charlatanes
ganaban espacio en la prensa y los medios. “Ya en el 2018 usted escribía que
ése era el año de los charlatanes, y que sus seguidores eran tanto o más
culpables de ese fenómeno porque están “irresponsablemente desinformados, son
indolentes y se muestran dispuestos a creer cualquier propuesta, por más
descabellada que sea”. ¿Vamos a peor y esto no tiene remedio? R. Estamos
aprendiendo. La gente sabe de las consecuencias de prestar atención a esos
charlatanes, pero no sabe cómo manejarlas. Creo que poco a poco crece la
conciencia de que hay que ser cuidadoso con el manejo de la información, que no
se puede creer todo lo que llega, que no se debe difundir ese material que es
peligroso. Lo hemos visto con Rusia y su apuesta estratégica de usar la
información para crear inestabilidad y caos entre países democráticos”.
Misión del periodismo. El periodismo y la prensa tienen la
misión y el deber de cumplir las normas
éticas tanto de los profesionales como de los no profesionales de los medios de
comunicación, debe tenerse en cuenta que los profesionales de los medios están
sujetos a normas éticas más elevadas que los no profesionales. Tienen el deber
de ofrecer información precisa, veraz y no tendenciosa a la sociedad. Los
profesionales de los medios tienen obligaciones éticas con la sociedad,
simplemente en virtud de sus actividades como periodistas, reporteros,
presentadores o dueños de empresas mediáticas. En la actualidad el papel de los
medios se ve afectado por la comercialización y la diversidad de los actores
mediáticos, que incluyen a los medios de comunicación independientes y
comunitarios, medios corporativos, grupos de activistas, compañías de medios de
comunicación consolidadas, medios estatales y privados. Las obligaciones de
ética mediática aplican a todos ellos. Muchos medios de comunicación,
plataformas en línea, asociaciones profesionales y otras organizaciones han
desarrollado códigos éticos para periodistas. Se han adoptado más de 400
códigos éticos para periodistas en todo el mundo, muchos de los cuales están
disponibles en la base de datos del Accountable Journalism Site. El Código de
Principios adoptado por la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en 1954
ha sido considerado como una declaración universal sobre la ética en el
periodismo.
Prensa, ética y valores. Según el Código de la FIP, los valores
torales (más importantes) del periodismo son la verdad, la independencia y la
necesidad de minimizar el daño. Otro código de ética con mucha influencia entre
los periodistas es el que adoptó en 2014 la Sociedad de Periodistas
Profesionales (SPJ), que tiene su sede en Estados Unidos. El Código de Ética de
la SPJ está disponible en muchos idiomas, incluyendo el árabe, chino, francés,
alemán, persa, portugués, ruso y español. Su Preámbulo declara que "un
periodista ético actúa con integridad" y el código tiene cuatro principios
fundacionales que instan a los periodistas a: (1) buscar la verdad y
reportarla, (2) minimizar el daño, (3) actuar de manera independiente y (4) ser
responsable y transparente. Bajo cada principio especificado en el Código de
Ética se ofrecen pautas que ayudan a orientar a periodistas y les insta a abordar
su trabajo teniendo en cuenta los más altos estándares éticos. Estos
principios, se aplican al periodismo tradicional y a las redes sociales
modernas como Facebook, YouTube, Instagram, Twitter y LinkedIn:
"Busca la verdad y
repórtala" Con
respecto al primer principio (busca la verdad y repórtala), el Código de la SPJ
insta a los periodistas a que asuman la responsabilidad por la veracidad de su
trabajo, que confirmen la información antes de publicarla y que recurran a las
fuentes originales siempre que sea posible. El Código promueve y alienta a los
periodistas a utilizar su trabajo para propiciar una mayor transparencia con
respecto a los que están en el poder. Por ejemplo, el Código exige que los
periodistas sean persistentes y valientes en su esfuerzo constante por hacer
que los que están en el poder rindan cuentas. Los periodistas, de acuerdo con
el Código de la SPJ, deben ofrecer una plataforma a aquellos que no tienen voz.
También declara que los periodistas deben apoyar un diálogo abierto y cívico en
el que se intercambien puntos de vista diferentes, aun cuando los propios
periodistas consideren que esos puntos de vista sean objetables. Los
periodistas tienen la responsabilidad especial de vigilar al gobierno y los
asuntos públicos. Además, los periodistas deben esforzarse por garantizar la
transparencia de la información pública y los asuntos públicos. En este
sentido, el Código de la SPJ parece promover la idea de que los periodistas
tienen el deber público de proveer información precisa, de propiciar el acceso
abierto y la transparencia del gobierno y otras personas que estén en puestos
de autoridad, y de ofrecer la oportunidad de hablar y compartir sus creencias,
perspectivas y experiencias a quienes no tienen voz en la sociedad. Los
expertos en la ética mediática hacen eco del valor y la importancia de la
búsqueda de la verdad por parte de los periodistas. Los periodistas y las organizaciones
noticiosas deben ser sinceros y su información debe representar verazmente los
problemas o historias que son transmitidos. Sin embargo, tomando esto en
cuenta, también es vital que los periodistas respeten la privacidad individual
en su búsqueda de la verdad. El derecho a la privacidad de una persona a veces
puede estar en conflicto con la necesidad del público de conocer la
información. Existen obligaciones éticas en ambos lados de cada decisión y, por
lo tanto, los periodistas se enfrentan a decisiones difíciles.
"Minimiza el
daño" En el
segundo principio los redactores del Código de la SPJ destacan que los
periodistas deben también minimizar el daño que podría causar la información
que presentan y que el periodismo ético exige que las fuentes, los sujetos, los
colegas y los miembros del público sean tratados como seres humanos que merecen
respeto. Por ende, los periodistas tienen que tomar en cuenta el derecho
individual a la privacidad, así como el impacto que pueden tener sus artículos
sobre la gente en general. El código declara que los periodistas deben mostrar
compasión por las personas que podrían verse afectadas por la cobertura
noticiosa, lo cual puede incluir a menores de edad o a víctimas de delitos. Los
periodistas también deben tener en cuenta las diferencias culturales al
considerar las formas en que las noticias o la información podrían ser
recibidas. El código aconseja a los periodistas mostrar "un sentido
especial de sensibilidad" en estas circunstancias (Society of Professional
Journalists, 2014). La tensión entre los objetivos contrapuestos de publicar
información para el bien del público y de abstenerse de compartir dicha
información para proteger el derecho individual a la privacidad plantea
cuestiones éticas y requiere que los periodistas evalúen y sopesen diversos
factores en estas decisiones estratégicas. El daño a la persona podría hacerse
bajo la forma de la invasión a la privacidad o de la diseminación de
información que ofenda o dañe a la persona de alguna forma. Para estas
decisiones se pueden tomar en cuenta distintas escuelas de pensamiento,
incluyendo la ética de la virtud, el utilitarismo y la deontología (Ess, 2013,
pág. 262). La premisa básica del utilitarismo es que lo moral de una acción
depende de si maximiza la "utilidad" social total (o la felicidad).
En términos más específicos, el utilitarismo es la idea de que el objetivo de
una acción debe ser lograr el mayor equilibrio posible de placer sobre el dolor
o la mayor suma de felicidad para el mayor número de personas. El utilitarismo
puede justificar la divulgación de información al público a pesar de una leve
violación del derecho a la privacidad, o, en determinadas circunstancias, puede
justificar la retención de información para proteger el derecho a la
privacidad. El utilitarismo puede justificar la privacidad individual, y correlativamente,
el derecho a la propiedad, en la medida en que estas cosas conduzcan a la mayor
suma de felicidad para la mayor cantidad de personas, y no solo de ese
individuo. El utilitarismo puede usarse para justificar el sacrificio de la
privacidad de unos pocos individuos si facilitara un mayor acceso a la
información para el público en general. Los deontólogos, por otro lado,
presentan una perspectiva contrapuesta. Ellos plantean una defensa más directa
del derecho individual a la privacidad, porque argumentan que este derecho es
necesario para nuestra existencia y nuestras prácticas básicas como agentes
morales autónomos. Por lo tanto, los deontólogos favorecen la protección de la
privacidad individual por encima de una divulgación de información que serviría
al bien mayor en perjuicio del individuo. Su premisa básica, es que lo moral
depende de cumplir ciertos principios o deberes, independientemente de las
consecuencias. Por lo tanto, la respuesta de los deontólogos a esta cuestión de
ética mediática sería que no debemos violar el derecho individual a la
privacidad de los demás, ya que no queremos que se viole nuestro derecho a la
privacidad. Estas perspectivas contrapuestas nutren los enfoques de las
preguntas sobre la ética de los medios y son particularmente relevantes al
abordar las cuestiones de la protección de la privacidad individual y de
minimizar el daño al individuo, por un lado, y de servir al bien público, por
el otro.
"Actúa independientemente". También se insta a los periodistas a que actúen de forma independiente, lo cual es el tercer principio del Código de la SPJ. En este principio los redactores del código destacan que la responsabilidad principal del periodismo ético es servir al público (Society of Professional Journalists, 2014). Por ende, los periodistas deben evitar sucumbir a la tentación de favorecer a los intereses de aquellos que buscan influir en la cobertura con el fin de promover sus propios intereses. Ello exige que los periodistas rechacen obsequios y eviten conflictos de intereses. Un ejemplo de conducta que viola el principio de actuar independientemente se produjo en Canadá en 2015. Leslie Roberts, presentador de noticias de Global Toronto, una agencia de noticias de Canadá, renunció a su trabajo en la televisión debido a serias acusaciones de conflicto de intereses (Global News, 2015). Roberts, admitió públicamente que secretamente era propietario parcial de una firma de relaciones públicas cuyos clientes aparecían en los programas de Global News. Roberts nunca informó de su vínculo con la firma de relaciones públicas a la gerencia de Global News. Un conflicto de intereses como ese plantea inquietudes éticas graves, ya que el medio tiene el deber de ofrecer información imparcial e independiente. Si uno de los presentadores y una agencia de noticias están presentando información sesgada, al contar con invitados que podrían tener cierto incentivo para enviar un mensaje específico al público, se estaría cometiendo una violación al deber de presentar la verdad. Esta conducta es contraria al principio de actuar de forma independiente que aparece en el código. Otro ejemplo de conducta que no cumple con este principio es la entrega de "sobres manila" con cantidades de efectivo a los periodistas en las conferencias de prensa, o propinas de autoridades y funcionarios públicos a cambio de publicar historias (que los beneficien). Esta tendencia del periodismo se contrapone en esencia al principio de independencia en el periodismo y permite a los medios presentar información sesgada al público (Nwaubani, 2015).
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"Sé responsable y
transparente". El
Código de la SPJ les aconseja a los periodistas que sean responsables y
transparentes, como parte del cuarto principio. Los periodistas deben explicar
las decisiones y los procesos éticos a su audiencia y deben reconocer
públicamente cualquier error. También deben corregir dichos errores de manera
rápida y evidente. En el ejemplo anterior, Leslie Roberts llegó a reconocer que
los periodistas tienen el deber de exponer las conductas inmorales en el
periodismo ante el público, incluyendo las acciones dentro de sus propias
organizaciones, ya que el código también establece que el periodismo ético
implica "tomar responsabilidad por tu propio trabajo" y explicar tus
decisiones al público". Global News reconoció la conducta antiética de
Roberts y publicó el siguiente comunicado después de su renuncia: "Global
News mantiene su compromiso con un periodismo equilibrado y ético que sea
producido en interés del público". Global News también publicó la carta de
renuncia de Roberts, en la que reconoció que su propia conducta antiética fue
la causa de su renuncia y se disculpó declarando: "Lamento las
circunstancias, específicamente el no haber revelado información, pues condujo
a este resultado" (Global News, 2015). La ecuanimidad moral con la que
Global News manejó este conflicto de intereses preserva los principios
establecidos en el código y defiende los altos estándares de conducta para los
periodistas que son parte fundamental de cualquier discusión sobre ética en los
medios.
“La Objetividad”. Un quinto deber o principio ético que
puede analizarse es el concepto de objetividad. Considerada durante mucho
tiempo como una norma del periodismo, la objetividad es actualmente objeto de
grandes debates. Esos debates tienden a reconocer que la transparencia es un
principio preferible. Si bien puede ser que sea imposible para los seres
humanos ser realmente objetivos, podemos al menos revelar nuestros marcos de
referencia. En su artículo, Objectivity and Journalism: Should We Be
Skeptical?, Alexandra Kitty (2017) profundiza sobre este aspecto.
Integridad y honestidad. En un periodista o comunicador la
sumatoria de principios y valores da origen a la Integridad, que en la práctica
es ser una persona honesta, respetuosa, capaz de adherirse a los valores que llevan a tomar decisiones
positivas. Mientras que la honestidad se refiere al acto de ser veraz, la
Integridad es el acto de actuar de acuerdo a los principios. Está demás incidir
que actuar con Integridad y honestidad tiene muchos beneficios personales,
sociales y profesionales en la sociedad.
El Periodismo ciudadano. En la actualidad muchas personas
utilizan los medios para comunicar y publicar eventos o hechos y no se debe
desmotivar a los ciudadanos comunes a que compartan lo que ven y consideren que
puede ser de interés. Pero, el mayor poder que implica su posición debido al
impacto de las redes sociales requiere un deber ético de actuar con cuidado.
Los periodistas ciudadanos deben esforzarse por tener la misma integridad que
se exige a los medios de comunicación profesionales. Esto significa hacerse
preguntas como las siguientes antes de compartir material en línea: ¿Lo que
estoy publicando es veraz? ¿Se verificaron mis fuentes de información? ¿El
compartir esta información perjudica a alguien? Después de todo, el objetivo de
los periodistas ciudadanos debe ser contribuir a una mejor comprensión social
de lo que reportan. Este estándar no aplica solo a las personas que publican
algo sobre un evento en desarrollo en línea, sino también a quienes escriben en
blogs o crean cualquier tipo de contenido. Para evaluar la credibilidad de un
artículo o una historia, los usuarios de las redes sociales deben hacerse
preguntas similares a estas: ¿Quién es la fuente? ¿Quién es el autor? ¿El autor
está presentando hechos u opiniones? ¿Este artículo contiene fuentes o citas
que puedan ser verificadas? ¿Este artículo usa lenguaje que busca provocar
reacciones emocionales? Los estudios muestran que la gente tiene grandes
dificultades para evaluar la credibilidad del contenido en las redes sociales.
Sabiéndolo se vuelve todavía más importante reflexionar sobre las implicaciones
éticas de lo que compartimos en línea (Fuente, link: https://www.unodc.org/documents/e4j/IntegrityEthics/MODULE_10_-_Media_Integrity_and_Ethics_-_Spanish.pdf)
Infodemia, desinformación
y falso periodismo. A
partir de la pandemia provocada por el coronavirus y la enorme cantidad de
información de todo tipo que circula sobre este tema, apareció un nuevo
término: infodemia. Esta nueva terminología fue acuñada por la OMS
(Organización Mundial de la Salud) para referirse a un fenómeno propio de esta
pandemia: la sobreabundancia de información -ya sea rigurosa o falsa- o bien la
desinformación, como dos caras de una misma moneda. La variedad de efectos
sociales que genera, está en constante estudio. La infodemia está estrechamente
ligada tanto con la abundancia de información a la que estamos expuestos, así
como también con la desinformación. Ante la creciente mediatización de lo
digital en nuestras vidas, aparece como conveniente poder prestar atención a
las maneras en que nos relacionamos con la información que consumimos,
principalmente a través de internet y las redes sociales. La información juega
un rol fundamental para la formación de nuestras subjetividades, construcciones
de sentido y para la producción de conocimiento. Todo esto a nivel individual y
colectivo, claro está. La infodemia es, entonces, la difusión de datos que
tienden a ser falsos, hecho que hace que se desvirtúen las fuentes confiables
de información, generando confusión, angustia, zozobra y todo tipo de
sentimientos entre la ciudadanía. La infodemia puede propagarse o difundirse
por errores, desinformación, rumores o deliberadamente, de manera
malintencionada (Fuente: https://farodigital.org/que-es-la-infodemia/).
Crimen organizado y prensa. La Iniciativa Global GI-TOC contribuye a la conversación global sobre
el crimen organizado ofreciendo un análisis basado en evidencia y una
perspectiva holística sobre las tendencias del crimen organizado transnacional.
Su trabajo recibe una amplia cobertura en medios de comunicación locales e
internacionales sobre una variedad de temas relacionados con el crimen organizado
en todo el mundo. Sus expertos están disponibles para conferencias de prensa y
conferencias magistrales sobre resultados de sus investigaciones. Las Naciones
Unidas reportaron que desde el año 1993, más de 1.600 periodistas fueron
asesinados. Este dato del Observatorio de Periodistas de UNESCO preocupa a
profesionales y a organizaciones sin fines de lucro, tanto a nivel local como
internacional. Es que la gran cantidad de esos crímenes permanecen impunes,
aunque es sabido que son obra de bandas criminales globales. Uruguay no es la excepción, sostiene el
Lic. Brian Majlin, coordinador académico de Periodismo y Comunicación Cultural
de la Universidad ORT Uruguay. “El creciente enfrentamiento de clanes
familiares dedicados al tráfico de drogas en distintos puntos del país, así
como el ingreso de facciones criminales brasileñas a través de la frontera,
marcan un nuevo escenario para la cobertura periodística sobre seguridad”. En
la tradición del buen periodismo, siempre se ha creído e incluso prestigiado
como aquel capaz de dar a conocer lo oculto, contralor del poder y límite
para el obrar de gobiernos y ciudadanos. En tiempos de redes sociales y de
noticias contadas en medio minuto, uno de los desafíos a los que se enfrenta el
periodismo es poder explicar al público y lograr profundizar sobre causas y
consecuencias de un fenómeno tan importante como el crimen organizado. “El
nivel de sofisticación del crimen organizado, sus lógicas y el avance de las
tecnologías de la información” impone a los periodistas la necesidad de capacitarse en forma
continua. Los periodistas necesitan actualizarse y adquirir nuevas
herramientas para el ejercicio de su profesión, en un contexto cada vez más
violento.
Los delitos del crimen
organizado. Los delitos
del crimen organizado son graves debido a que se desarrolla una conducta que
constituye un delito punible que genera la privación de la libertad de al menos
cuatro años: 1. Homicidio calificado, sicariato y la conspiración y el
ofrecimiento para el delito de sicariato, de conformidad con los artículos
108°, 108°-C y 108°-D del Código Penal. 2. Secuestro, tipificado en el artículo
152° del Código Penal. 3. Trata de personas, tipificado en el artículo 153° del
Código Penal. 4. Violación del secreto de las comunicaciones, en la modalidad
delictiva tipificada en el artículo 162° del Código Penal. 5. Delitos contra el
patrimonio, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 186°,
189°, 195°, 196°-A y 197° del Código Penal. 6. Pornografía infantil, tipificada
en el artículo 183°-A del Código Penal. 7. Extorsión, tipificada en el artículo
200° del Código Penal. 8. Usurpación, en las modalidades delictivas tipificadas
en los artículos 202° y 204° del Código Penal. 9. Delitos informáticos
previstos en la ley penal. 10. Delitos monetarios, en las modalidades
delictivas tipificadas en los artículos 252°, 253° y 254° del Código Penal. 11.
Tenencia, fabricación, tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos y
demás delitos tipificados en los artículos 279°, 279°- A, 279°-B, 279°-C y
279°-D del Código Penal. 12. Delitos contra la salud pública, en las
modalidades delictivas tipificadas en los artículos 294°-A y 294°-B del Código
Penal. 13. Tráfico ilícito de drogas, en sus diversas modalidades previstas en
la sección II del capítulo III del título XII del libro segundo del Código
Penal. 14. Delito de tráfico ilícito de migrantes, en las modalidades
delictivas tipificadas en los artículos 303°-A y 303°-B del Código Penal. 15. Delitos
ambientales, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 307°-A,
307°-B, 307°-C, 307°-D, 307°-E, 310°-A, 310°-B y 310°-C del Código Penal. 16. Delito
de marcaje o reglaje, previsto en el artículo 317°-A del Código Penal. 17. Genocidio,
desaparición forzada y tortura, tipificados en los artículos 319°, 320° y 321°
del Código Penal, respectivamente. 18. Delitos contra la administración
pública, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 382°, 383°,
384°, 387°, 393°, 393°-A, 394°, 395°, 396°, 397°, 397°-A, 398°, 399°, 400° y
401° del Código Penal. 19. Delito de falsificación de documentos, tipificado en
el primer párrafo del artículo 427° del Código Penal. 20. Lavado de activos, en
las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 1°, 2°, 3°, 4°, 5° y 6°
del Decreto Legislativo N° 1106, Decreto Legislativo de lucha eficaz contra el
lavado de activos. (Fuente Mininter 2024).
Libertad de expresión y
prensa. Según
Reporteros sin Fronteras, en 2022 países como Cuba (173º), Honduras (165º),
Nicaragua (160º), Venezuela (159º), Colombia (145º), México (127º), Bolivia
(126º), Guatemala (124º), El Salvador (112º) y Brasil (110º) se sitúan en el
tercio inferior de la clasificación mundial sobre «Libertad de Prensa». La
clasificación incluye indicadores como el pluralismo de opinión, la
independencia de los medios de comunicación, la censura, el marco jurídico, las
infraestructuras, la transparencia y las agresiones a periodistas en 180 países
y territorios.
El caso Ecuador. La organización Fundamedios dio a
conocer que: “En junio de 2024, la situación de la libertad de expresión y
prensa en Ecuador se ha vuelto más compleja y violenta, con un notable aumento
en las agresiones contra los medios de comunicación. Fundamedios ha registrado
21 agresiones este mes, un incremento respecto a mayo, elevando el total anual
a 119 agresiones. Este patrón revela una escalada en la violencia y hostilidad
hacia la prensa en el país. Un aspecto alarmante de este mes es la predominancia
de las agresiones perpetradas por el Estado, con 15 de las 21 agresiones
registradas provenientes de este actor. Esto destaca un patrón de crecientes
restricciones por parte del gobierno de Daniel Noboa, quien ha intensificado el
control sobre la difusión de contenido y ha recurrido a ciertas acciones de
censura y represión contra voces críticas. Desde la toma de posesión de Noboa
el 23 de noviembre de 2023, se han registrado 139 agresiones, indicando un
aumento significativo de agresiones contra la libertad de expresión bajo su
administración.” Fundamedios también reportó y rechazó la represión
generalizada e inhumana del sátrapa Nicolás Maduro en Venezuela: La situación
en Venezuela sigue deteriorándose a medida que el gobierno de Nicolás Maduro intensifica
sus esfuerzos por silenciar cualquier voz crítica, tras los comicios del pasado
28 de julio que le otorgaron la reelección. Fundamedios rechaza la detención de cuatro periodistas imputados
por delito de “terrorismo e incitación al odio” y exige su inmediata liberación”,
señaló en un pronunciamiento.
Libertad
de expresión y prensa en Perú. El Instituto Prensa y
Sociedad IPYS desarrolló importantes actividades de capacitación y defensa de
la libertad de expresión, prensa y opinión en el ámbito nacional,
principalmente regional durante el periodo del narcotráfico, terrorismo y
autoritarismo del fujimorato, desde 1993. En la última década incide en el
periodismo de investigación a través de Colpin que este año se realizará en
España. El 23 de agosto presentó el informe sobre ‘Mordaza judicial’, basado en
el informe de la periodista Patricia Hoyos donde demuestra que en el Perú uno
de los principales ataques contra periodistas son las querellas y los juicios. La
presentación del documento contó con la participación virtual de la periodista
Paola Ugaz, coautora de una investigación sobre abusos sexuales en el grupo
católico Sodalicio de Vida Cristiana que provocó la expulsión de su fundador
Luis Figari, y Rosario Romaní, que sufre acoso judicial desde hace más de 10
años del gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, y su entorno
político. La presentación fue suspendida luego que Ciberdelincuentes la boicotearan
superponiendo imágenes y audios con contenido obsceno. Según un informe de la Asociación
Nacional de Periodistas ANP en Perú en lo que va del año 2024, se han registrado 119 ataques a periodistas y
medios de comunicación, de acuerdo al reporte de la Oficina de los Derechos
Humanos. Los hostigamientos y amenazas constituyen el tipo de ataque más común,
con un total de 60 casos, seguidos por las agresiones físicas (23),
intimidaciones judiciales (13), trabas al acceso a la información (9) y
discursos estigmatizantes (4). La ANP realizó su asamblea regional en Tingo
María el 24 de agosto y del 20 al 22 de setiembre realizará la asamblea
nacional en Paracas. (Tingo María, 25 de agosto de 2024).
*Periodista investigador. Ingeniero Agrónomo. Master en Asociaciones y
Organizaciones sin fines de lucro y Cooperación Internacional. Blog. http://leyendadelhuallaga.blogspot.com/
Facebook, X, LinKedIn, Instagram.
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