lunes, 26 de agosto de 2024

Periodismo, Infodemia, Crimen Organizado y Crisis Ética.

Felipe A. Páucar Mariluz*


El periodista debe ser independiente y rechazar toda injerencia autoritaria del poder. Quien no ejerza con Integridad los principios éticos no es periodista. Foto captura Internet.

En las últimas 4 décadas con frecuencia se observa en medios y redes sociales, calificativos ofensivos como sachaperiodista, mermelero o mercenario para referirse a la mala o negativa actividad de comunicadores y periodistas. A menudo los aludidos responden manifestando que tienen cartón de profesional y que Sunedu puede confirmarlo, además, alegan pertenecer a un gremio periodístico que avala, defiende y hasta premia su labor. ¿Es verdad o suficiente esta defensa? Definitivamente, no, porque solo califica como periodista o comunicador aquel que cumpla con los principios éticos del Código de la Federación Internacional de Periodistas, FIP, valores éticos como: buscar la verdad y reportarla, actuar independientemente, minimizar el daño y ser transparente y responsable, además de objetivo e íntegro. Quien no cumpla estos elementales principios puede ser considerado un charlatán, hasta ser el receptor de todos los calificativos despectivos que un sector de la ciudadanía hastiada del ‘Modus operandi’ libertino y cuasi delincuencial, les endosa.

El Mercurio peruano. En la historia del periodismo nacional la publicación del “Mercurio peruano” fue muy importante, por las ideas que transmitía y por la participación de los más distinguidos intelectuales de la colonia, la “Sociedad Amantes del País”. El Baldón del periodismo y la prensa en el Perú se da principalmente en la década del fujimorismo y el cogobierno cívico militar en la década de los 90. Especie de Infodemia que persiste hasta hoy en medios y periodistas que actúan como soporte a las mafias de distintos grupos con la fachada de ‘partidos políticos’. Estos aliados de la anarquía y el crimen no quieren aceptar que están afectando la democracia, la institucionalidad, la separación y vigencia de poderes y atentan contra la unidad o el crecimiento sostenido y equitativo de la patria. Hoy el periodismo y la prensa no son ni la sombra de lo que fueron en sus mejores tiempos. Ahora carga con el desprestigio y el desprecio de la población mayoritaria que los sindica de lobistas, negociantes o los endilga de vendidos y mercenarios. Ante un innegable panorama sombrío, corresponde a los periodistas, medios, gremios y otras organizaciones periodísticas hacer un mea culpa, pedir las disculpas o el perdón al país y en particular a nuestra audiencia: corrigiendo fallas y evitando compromisos e intereses particulares, la receptación de dádivas, o de cualquier tipo de preferencias y privilegios. El norte del periodista tiene que ser el servicio a la patria por encima de apetitos personales, caso contrario dejemos el periodismo y cerremos los medios, prescindamos de todo aquello que actúe como esbirro del autoritarismo y el delito organizado en medios de comunicación, la prensa y el periodismo. Superemos el baldón que nos enloda y dejemos de cargar la pesada cruz del desprestigio y la marginación en una sociedad decente por construir. ¿Es mucho pedir?  Estamos seguros que no.

Periodista omnipresente. “El periodista es, sin exageración alguna, omnipresente en nuestras vidas… Esa omnipresencia hace que desde la prensa se pueda moldear buena parte de la opinión ciudadana y de su actitud frente a los problemas más importantes de una sociedad. Por ello una mala prensa es un desastre social. En palabras de Joseph Pulitzer, “una prensa cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico”. (Ivan Sierra, Krítica).

Apogeo de los charlatanes. En ‘Política Exterior’ preguntaron al investigador y analista internacional Moisés Naín del por qué los charlatanes ganaban espacio en la prensa y los medios. “Ya en el 2018 usted escribía que ése era el año de los charlatanes, y que sus seguidores eran tanto o más culpables de ese fenómeno porque están “irresponsablemente desinformados, son indolentes y se muestran dispuestos a creer cualquier propuesta, por más descabellada que sea”. ¿Vamos a peor y esto no tiene remedio? R. Estamos aprendiendo. La gente sabe de las consecuencias de prestar atención a esos charlatanes, pero no sabe cómo manejarlas. Creo que poco a poco crece la conciencia de que hay que ser cuidadoso con el manejo de la información, que no se puede creer todo lo que llega, que no se debe difundir ese material que es peligroso. Lo hemos visto con Rusia y su apuesta estratégica de usar la información para crear inestabilidad y caos entre países democráticos”.

Misión del periodismo. El periodismo y la prensa tienen la misión y el deber  de cumplir las normas éticas tanto de los profesionales como de los no profesionales de los medios de comunicación, debe tenerse en cuenta que los profesionales de los medios están sujetos a normas éticas más elevadas que los no profesionales. Tienen el deber de ofrecer información precisa, veraz y no tendenciosa a la sociedad. Los profesionales de los medios tienen obligaciones éticas con la sociedad, simplemente en virtud de sus actividades como periodistas, reporteros, presentadores o dueños de empresas mediáticas. En la actualidad el papel de los medios se ve afectado por la comercialización y la diversidad de los actores mediáticos, que incluyen a los medios de comunicación independientes y comunitarios, medios corporativos, grupos de activistas, compañías de medios de comunicación consolidadas, medios estatales y privados. Las obligaciones de ética mediática aplican a todos ellos. Muchos medios de comunicación, plataformas en línea, asociaciones profesionales y otras organizaciones han desarrollado códigos éticos para periodistas. Se han adoptado más de 400 códigos éticos para periodistas en todo el mundo, muchos de los cuales están disponibles en la base de datos del Accountable Journalism Site. El Código de Principios adoptado por la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en 1954 ha sido considerado como una declaración universal sobre la ética en el periodismo.

Prensa, ética y valores. Según el Código de la FIP, los valores torales (más importantes) del periodismo son la verdad, la independencia y la necesidad de minimizar el daño. Otro código de ética con mucha influencia entre los periodistas es el que adoptó en 2014 la Sociedad de Periodistas Profesionales (SPJ), que tiene su sede en Estados Unidos. El Código de Ética de la SPJ está disponible en muchos idiomas, incluyendo el árabe, chino, francés, alemán, persa, portugués, ruso y español. Su Preámbulo declara que "un periodista ético actúa con integridad" y el código tiene cuatro principios fundacionales que instan a los periodistas a: (1) buscar la verdad y reportarla, (2) minimizar el daño, (3) actuar de manera independiente y (4) ser responsable y transparente. Bajo cada principio especificado en el Código de Ética se ofrecen pautas que ayudan a orientar a periodistas y les insta a abordar su trabajo teniendo en cuenta los más altos estándares éticos. Estos principios, se aplican al periodismo tradicional y a las redes sociales modernas como Facebook, YouTube, Instagram, Twitter y LinkedIn:

"Busca la verdad y repórtala" Con respecto al primer principio (busca la verdad y repórtala), el Código de la SPJ insta a los periodistas a que asuman la responsabilidad por la veracidad de su trabajo, que confirmen la información antes de publicarla y que recurran a las fuentes originales siempre que sea posible. El Código promueve y alienta a los periodistas a utilizar su trabajo para propiciar una mayor transparencia con respecto a los que están en el poder. Por ejemplo, el Código exige que los periodistas sean persistentes y valientes en su esfuerzo constante por hacer que los que están en el poder rindan cuentas. Los periodistas, de acuerdo con el Código de la SPJ, deben ofrecer una plataforma a aquellos que no tienen voz. También declara que los periodistas deben apoyar un diálogo abierto y cívico en el que se intercambien puntos de vista diferentes, aun cuando los propios periodistas consideren que esos puntos de vista sean objetables. Los periodistas tienen la responsabilidad especial de vigilar al gobierno y los asuntos públicos. Además, los periodistas deben esforzarse por garantizar la transparencia de la información pública y los asuntos públicos. En este sentido, el Código de la SPJ parece promover la idea de que los periodistas tienen el deber público de proveer información precisa, de propiciar el acceso abierto y la transparencia del gobierno y otras personas que estén en puestos de autoridad, y de ofrecer la oportunidad de hablar y compartir sus creencias, perspectivas y experiencias a quienes no tienen voz en la sociedad. Los expertos en la ética mediática hacen eco del valor y la importancia de la búsqueda de la verdad por parte de los periodistas. Los periodistas y las organizaciones noticiosas deben ser sinceros y su información debe representar verazmente los problemas o historias que son transmitidos. Sin embargo, tomando esto en cuenta, también es vital que los periodistas respeten la privacidad individual en su búsqueda de la verdad. El derecho a la privacidad de una persona a veces puede estar en conflicto con la necesidad del público de conocer la información. Existen obligaciones éticas en ambos lados de cada decisión y, por lo tanto, los periodistas se enfrentan a decisiones difíciles.

"Minimiza el daño" En el segundo principio los redactores del Código de la SPJ destacan que los periodistas deben también minimizar el daño que podría causar la información que presentan y que el periodismo ético exige que las fuentes, los sujetos, los colegas y los miembros del público sean tratados como seres humanos que merecen respeto. Por ende, los periodistas tienen que tomar en cuenta el derecho individual a la privacidad, así como el impacto que pueden tener sus artículos sobre la gente en general. El código declara que los periodistas deben mostrar compasión por las personas que podrían verse afectadas por la cobertura noticiosa, lo cual puede incluir a menores de edad o a víctimas de delitos. Los periodistas también deben tener en cuenta las diferencias culturales al considerar las formas en que las noticias o la información podrían ser recibidas. El código aconseja a los periodistas mostrar "un sentido especial de sensibilidad" en estas circunstancias (Society of Professional Journalists, 2014). La tensión entre los objetivos contrapuestos de publicar información para el bien del público y de abstenerse de compartir dicha información para proteger el derecho individual a la privacidad plantea cuestiones éticas y requiere que los periodistas evalúen y sopesen diversos factores en estas decisiones estratégicas. El daño a la persona podría hacerse bajo la forma de la invasión a la privacidad o de la diseminación de información que ofenda o dañe a la persona de alguna forma. Para estas decisiones se pueden tomar en cuenta distintas escuelas de pensamiento, incluyendo la ética de la virtud, el utilitarismo y la deontología (Ess, 2013, pág. 262). La premisa básica del utilitarismo es que lo moral de una acción depende de si maximiza la "utilidad" social total (o la felicidad). En términos más específicos, el utilitarismo es la idea de que el objetivo de una acción debe ser lograr el mayor equilibrio posible de placer sobre el dolor o la mayor suma de felicidad para el mayor número de personas. El utilitarismo puede justificar la divulgación de información al público a pesar de una leve violación del derecho a la privacidad, o, en determinadas circunstancias, puede justificar la retención de información para proteger el derecho a la privacidad. El utilitarismo puede justificar la privacidad individual, y correlativamente, el derecho a la propiedad, en la medida en que estas cosas conduzcan a la mayor suma de felicidad para la mayor cantidad de personas, y no solo de ese individuo. El utilitarismo puede usarse para justificar el sacrificio de la privacidad de unos pocos individuos si facilitara un mayor acceso a la información para el público en general. Los deontólogos, por otro lado, presentan una perspectiva contrapuesta. Ellos plantean una defensa más directa del derecho individual a la privacidad, porque argumentan que este derecho es necesario para nuestra existencia y nuestras prácticas básicas como agentes morales autónomos. Por lo tanto, los deontólogos favorecen la protección de la privacidad individual por encima de una divulgación de información que serviría al bien mayor en perjuicio del individuo. Su premisa básica, es que lo moral depende de cumplir ciertos principios o deberes, independientemente de las consecuencias. Por lo tanto, la respuesta de los deontólogos a esta cuestión de ética mediática sería que no debemos violar el derecho individual a la privacidad de los demás, ya que no queremos que se viole nuestro derecho a la privacidad. Estas perspectivas contrapuestas nutren los enfoques de las preguntas sobre la ética de los medios y son particularmente relevantes al abordar las cuestiones de la protección de la privacidad individual y de minimizar el daño al individuo, por un lado, y de servir al bien público, por el otro.

"Actúa independientemente". También se insta a los periodistas a que actúen de forma independiente, lo cual es el tercer principio del Código de la SPJ. En este principio los redactores del código destacan que la responsabilidad principal del periodismo ético es servir al público (Society of Professional Journalists, 2014). Por ende, los periodistas deben evitar sucumbir a la tentación de favorecer a los intereses de aquellos que buscan influir en la cobertura con el fin de promover sus propios intereses. Ello exige que los periodistas rechacen obsequios y eviten conflictos de intereses. Un ejemplo de conducta que viola el principio de actuar independientemente se produjo en Canadá en 2015. Leslie Roberts, presentador de noticias de Global Toronto, una agencia de noticias de Canadá, renunció a su trabajo en la televisión debido a serias acusaciones de conflicto de intereses (Global News, 2015). Roberts, admitió públicamente que secretamente era propietario parcial de una firma de relaciones públicas cuyos clientes aparecían en los programas de Global News. Roberts nunca informó de su vínculo con la firma de relaciones públicas a la gerencia de Global News. Un conflicto de intereses como ese plantea inquietudes éticas graves, ya que el medio tiene el deber de ofrecer información imparcial e independiente. Si uno de los presentadores y una agencia de noticias están presentando información sesgada, al contar con invitados que podrían tener cierto incentivo para enviar un mensaje específico al público, se estaría cometiendo una violación al deber de presentar la verdad. Esta conducta es contraria al principio de actuar de forma independiente que aparece en el código. Otro ejemplo de conducta que no cumple con este principio es la entrega de "sobres manila" con cantidades de efectivo a los periodistas en las conferencias de prensa, o propinas de autoridades y funcionarios públicos a cambio de publicar historias (que los beneficien). Esta tendencia del periodismo se contrapone en esencia al principio de independencia en el periodismo y permite a los medios presentar información sesgada al público (Nwaubani, 2015).


Foto captura Internet.


"Sé responsable y transparente". El Código de la SPJ les aconseja a los periodistas que sean responsables y transparentes, como parte del cuarto principio. Los periodistas deben explicar las decisiones y los procesos éticos a su audiencia y deben reconocer públicamente cualquier error. También deben corregir dichos errores de manera rápida y evidente. En el ejemplo anterior, Leslie Roberts llegó a reconocer que los periodistas tienen el deber de exponer las conductas inmorales en el periodismo ante el público, incluyendo las acciones dentro de sus propias organizaciones, ya que el código también establece que el periodismo ético implica "tomar responsabilidad por tu propio trabajo" y explicar tus decisiones al público". Global News reconoció la conducta antiética de Roberts y publicó el siguiente comunicado después de su renuncia: "Global News mantiene su compromiso con un periodismo equilibrado y ético que sea producido en interés del público". Global News también publicó la carta de renuncia de Roberts, en la que reconoció que su propia conducta antiética fue la causa de su renuncia y se disculpó declarando: "Lamento las circunstancias, específicamente el no haber revelado información, pues condujo a este resultado" (Global News, 2015). La ecuanimidad moral con la que Global News manejó este conflicto de intereses preserva los principios establecidos en el código y defiende los altos estándares de conducta para los periodistas que son parte fundamental de cualquier discusión sobre ética en los medios.

“La Objetividad”. Un quinto deber o principio ético que puede analizarse es el concepto de objetividad. Considerada durante mucho tiempo como una norma del periodismo, la objetividad es actualmente objeto de grandes debates. Esos debates tienden a reconocer que la transparencia es un principio preferible. Si bien puede ser que sea imposible para los seres humanos ser realmente objetivos, podemos al menos revelar nuestros marcos de referencia. En su artículo, Objectivity and Journalism: Should We Be Skeptical?, Alexandra Kitty (2017) profundiza sobre este aspecto.

Integridad y honestidad. En un periodista o comunicador la sumatoria de principios y valores da origen a la Integridad, que en la práctica es ser una persona honesta, respetuosa, capaz de adherirse a los  valores que llevan a tomar decisiones positivas. Mientras que la honestidad se refiere al acto de ser veraz, la Integridad es el acto de actuar de acuerdo a los principios. Está demás incidir que actuar con Integridad y honestidad tiene muchos beneficios personales, sociales y profesionales en la sociedad.   

El Periodismo ciudadano. En la actualidad muchas personas utilizan los medios para comunicar y publicar eventos o hechos y no se debe desmotivar a los ciudadanos comunes a que compartan lo que ven y consideren que puede ser de interés. Pero, el mayor poder que implica su posición debido al impacto de las redes sociales requiere un deber ético de actuar con cuidado. Los periodistas ciudadanos deben esforzarse por tener la misma integridad que se exige a los medios de comunicación profesionales. Esto significa hacerse preguntas como las siguientes antes de compartir material en línea: ¿Lo que estoy publicando es veraz? ¿Se verificaron mis fuentes de información? ¿El compartir esta información perjudica a alguien? Después de todo, el objetivo de los periodistas ciudadanos debe ser contribuir a una mejor comprensión social de lo que reportan. Este estándar no aplica solo a las personas que publican algo sobre un evento en desarrollo en línea, sino también a quienes escriben en blogs o crean cualquier tipo de contenido. Para evaluar la credibilidad de un artículo o una historia, los usuarios de las redes sociales deben hacerse preguntas similares a estas: ¿Quién es la fuente? ¿Quién es el autor? ¿El autor está presentando hechos u opiniones? ¿Este artículo contiene fuentes o citas que puedan ser verificadas? ¿Este artículo usa lenguaje que busca provocar reacciones emocionales? Los estudios muestran que la gente tiene grandes dificultades para evaluar la credibilidad del contenido en las redes sociales. Sabiéndolo se vuelve todavía más importante reflexionar sobre las implicaciones éticas de lo que compartimos en línea (Fuente, link: https://www.unodc.org/documents/e4j/IntegrityEthics/MODULE_10_-_Media_Integrity_and_Ethics_-_Spanish.pdf)

Infodemia, desinformación y falso periodismo. A partir de la pandemia provocada por el coronavirus y la enorme cantidad de información de todo tipo que circula sobre este tema, apareció un nuevo término: infodemia. Esta nueva terminología fue acuñada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para referirse a un fenómeno propio de esta pandemia: la sobreabundancia de información -ya sea rigurosa o falsa- o bien la desinformación, como dos caras de una misma moneda. La variedad de efectos sociales que genera, está en constante estudio. La infodemia está estrechamente ligada tanto con la abundancia de información a la que estamos expuestos, así como también con la desinformación. Ante la creciente mediatización de lo digital en nuestras vidas, aparece como conveniente poder prestar atención a las maneras en que nos relacionamos con la información que consumimos, principalmente a través de internet y las redes sociales. La información juega un rol fundamental para la formación de nuestras subjetividades, construcciones de sentido y para la producción de conocimiento. Todo esto a nivel individual y colectivo, claro está. La infodemia es, entonces, la difusión de datos que tienden a ser falsos, hecho que hace que se desvirtúen las fuentes confiables de información, generando confusión, angustia, zozobra y todo tipo de sentimientos entre la ciudadanía. La infodemia puede propagarse o difundirse por errores, desinformación, rumores o deliberadamente, de manera malintencionada (Fuente: https://farodigital.org/que-es-la-infodemia/).

Crimen organizado y prensa. La Iniciativa Global GI-TOC contribuye a la conversación global sobre el crimen organizado ofreciendo un análisis basado en evidencia y una perspectiva holística sobre las tendencias del crimen organizado transnacional. Su trabajo recibe una amplia cobertura en medios de comunicación locales e internacionales sobre una variedad de temas relacionados con el crimen organizado en todo el mundo. Sus expertos están disponibles para conferencias de prensa y conferencias magistrales sobre resultados de sus investigaciones. Las Naciones Unidas reportaron que desde el año 1993, más de 1.600 periodistas fueron asesinados. Este dato del Observatorio de Periodistas de UNESCO preocupa a profesionales y a organizaciones sin fines de lucro, tanto a nivel local como internacional. Es que la gran cantidad de esos crímenes permanecen impunes, aunque es sabido que son obra de bandas criminales globales. Uruguay no es la excepción, sostiene el Lic. Brian Majlin, coordinador académico de Periodismo y Comunicación Cultural de la Universidad ORT Uruguay. “El creciente enfrentamiento de clanes familiares dedicados al tráfico de drogas en distintos puntos del país, así como el ingreso de facciones criminales brasileñas a través de la frontera, marcan un nuevo escenario para la cobertura periodística sobre seguridad”. En la tradición del buen periodismo, siempre se ha creído e incluso prestigiado como aquel capaz de dar a conocer lo oculto, contralor del poder y límite para el obrar de gobiernos y ciudadanos. En tiempos de redes sociales y de noticias contadas en medio minuto, uno de los desafíos a los que se enfrenta el periodismo es poder explicar al público y lograr profundizar sobre causas y consecuencias de un fenómeno tan importante como el crimen organizado. “El nivel de sofisticación del crimen organizado, sus lógicas y el avance de las tecnologías de la información” impone a los periodistas la necesidad de capacitarse en forma continua. Los periodistas necesitan actualizarse y adquirir nuevas herramientas para el ejercicio de su profesión, en un contexto cada vez más violento.

Los delitos del crimen organizado. Los delitos del crimen organizado son graves debido a que se desarrolla una conducta que constituye un delito punible que genera la privación de la libertad de al menos cuatro años: 1. Homicidio calificado, sicariato y la conspiración y el ofrecimiento para el delito de sicariato, de conformidad con los artículos 108°, 108°-C y 108°-D del Código Penal. 2. Secuestro, tipificado en el artículo 152° del Código Penal. 3. Trata de personas, tipificado en el artículo 153° del Código Penal. 4. Violación del secreto de las comunicaciones, en la modalidad delictiva tipificada en el artículo 162° del Código Penal. 5. Delitos contra el patrimonio, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 186°, 189°, 195°, 196°-A y 197° del Código Penal. 6. Pornografía infantil, tipificada en el artículo 183°-A del Código Penal. 7. Extorsión, tipificada en el artículo 200° del Código Penal. 8. Usurpación, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 202° y 204° del Código Penal. 9. Delitos informáticos previstos en la ley penal. 10. Delitos monetarios, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 252°, 253° y 254° del Código Penal. 11. Tenencia, fabricación, tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos y demás delitos tipificados en los artículos 279°, 279°- A, 279°-B, 279°-C y 279°-D del Código Penal. 12. Delitos contra la salud pública, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 294°-A y 294°-B del Código Penal. 13. Tráfico ilícito de drogas, en sus diversas modalidades previstas en la sección II del capítulo III del título XII del libro segundo del Código Penal. 14. Delito de tráfico ilícito de migrantes, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 303°-A y 303°-B del Código Penal. 15. Delitos ambientales, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 307°-A, 307°-B, 307°-C, 307°-D, 307°-E, 310°-A, 310°-B y 310°-C del Código Penal. 16. Delito de marcaje o reglaje, previsto en el artículo 317°-A del Código Penal. 17. Genocidio, desaparición forzada y tortura, tipificados en los artículos 319°, 320° y 321° del Código Penal, respectivamente. 18. Delitos contra la administración pública, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 382°, 383°, 384°, 387°, 393°, 393°-A, 394°, 395°, 396°, 397°, 397°-A, 398°, 399°, 400° y 401° del Código Penal. 19. Delito de falsificación de documentos, tipificado en el primer párrafo del artículo 427° del Código Penal. 20. Lavado de activos, en las modalidades delictivas tipificadas en los artículos 1°, 2°, 3°, 4°, 5° y 6° del Decreto Legislativo N° 1106, Decreto Legislativo de lucha eficaz contra el lavado de activos. (Fuente Mininter 2024).

Libertad de expresión y prensa. Según Reporteros sin Fronteras, en 2022 países como Cuba (173º), Honduras (165º), Nicaragua (160º), Venezuela (159º), Colombia (145º), México (127º), Bolivia (126º), Guatemala (124º), El Salvador (112º) y Brasil (110º) se sitúan en el tercio inferior de la clasificación mundial sobre «Libertad de Prensa». La clasificación incluye indicadores como el pluralismo de opinión, la independencia de los medios de comunicación, la censura, el marco jurídico, las infraestructuras, la transparencia y las agresiones a periodistas en 180 países y territorios.

El caso Ecuador. La organización Fundamedios dio a conocer que: “En junio de 2024, la situación de la libertad de expresión y prensa en Ecuador se ha vuelto más compleja y violenta, con un notable aumento en las agresiones contra los medios de comunicación. Fundamedios ha registrado 21 agresiones este mes, un incremento respecto a mayo, elevando el total anual a 119 agresiones. Este patrón revela una escalada en la violencia y hostilidad hacia la prensa en el país. Un aspecto alarmante de este mes es la predominancia de las agresiones perpetradas por el Estado, con 15 de las 21 agresiones registradas provenientes de este actor. Esto destaca un patrón de crecientes restricciones por parte del gobierno de Daniel Noboa, quien ha intensificado el control sobre la difusión de contenido y ha recurrido a ciertas acciones de censura y represión contra voces críticas. Desde la toma de posesión de Noboa el 23 de noviembre de 2023, se han registrado 139 agresiones, indicando un aumento significativo de agresiones contra la libertad de expresión bajo su administración.” Fundamedios también reportó y rechazó la represión generalizada e inhumana del sátrapa Nicolás Maduro en Venezuela: La situación en Venezuela sigue deteriorándose a medida que el gobierno de Nicolás Maduro intensifica sus esfuerzos por silenciar cualquier voz crítica, tras los comicios del pasado 28 de julio que le otorgaron la reelección. Fundamedios rechaza  la detención de cuatro periodistas imputados por delito de “terrorismo e incitación al odio” y exige su inmediata liberación”, señaló en un pronunciamiento.

Libertad de expresión y prensa en Perú. El Instituto Prensa y Sociedad IPYS desarrolló importantes actividades de capacitación y defensa de la libertad de expresión, prensa y opinión en el ámbito nacional, principalmente regional durante el periodo del narcotráfico, terrorismo y autoritarismo del fujimorato, desde 1993. En la última década incide en el periodismo de investigación a través de Colpin que este año se realizará en España. El 23 de agosto presentó el informe sobre ‘Mordaza judicial’, basado en el informe de la periodista Patricia Hoyos donde demuestra que en el Perú uno de los principales ataques contra periodistas son las querellas y los juicios. La presentación del documento contó con la participación virtual de la periodista Paola Ugaz, coautora de una investigación sobre abusos sexuales en el grupo católico Sodalicio de Vida Cristiana que provocó la expulsión de su fundador Luis Figari, y Rosario Romaní, que sufre acoso judicial desde hace más de 10 años del gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, y su entorno político. La presentación fue suspendida luego que Ciberdelincuentes la boicotearan superponiendo imágenes y audios con contenido obsceno. Según un informe de la Asociación Nacional de Periodistas ANP en Perú en lo que va del año 2024, se han registrado 119 ataques a periodistas y medios de comunicación, de acuerdo al reporte de la Oficina de los Derechos Humanos. Los hostigamientos y amenazas constituyen el tipo de ataque más común, con un total de 60 casos, seguidos por las agresiones físicas (23), intimidaciones judiciales (13), trabas al acceso a la información (9) y discursos estigmatizantes (4). La ANP realizó su asamblea regional en Tingo María el 24 de agosto y del 20 al 22 de setiembre realizará la asamblea nacional en Paracas. (Tingo María, 25 de agosto de 2024).

*Periodista investigador. Ingeniero Agrónomo. Master en Asociaciones y Organizaciones sin fines de lucro y Cooperación Internacional. Blog. http://leyendadelhuallaga.blogspot.com/ Facebook, X, LinKedIn, Instagram.

 

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