El reto en 2021 consiste
principalmente en que los líderes del mundo antepongan intereses propios en beneficio
de los miles de millones de habitantes a nivel global y centren sus esfuerzos
en resolver los problemas más urgentes o angustiantes. Es un misterio lo que
será el 2021 y cómo aumentarán o disminuirán nuestras preocupaciones y
padecimientos, pero queda la esperanza que también saldremos adelante.
En
el caso del Perú, el gobierno del expresidente Martín Vizcarra tomó decisiones
que en principio fueron bien recibidas pero luego ante fallas notorias y la
falta de información o transparencia en la distribución y gasto aparecieron los
cuestionamientos. Se conoce que más de 60 mil millones de soles fueron
destinados a programas y rubros para enfrentar la pandemia, pero lo que no se
conoce es cuánto de esos recursos llegaron a los pobres y pobres extremos. Tampoco cuánto de lo que se entregó a los dos mil municipios y 25 gobiernos
regionales fueron invertidos o gastados oportuna y eficientemente y cuánto de
ello nutrió las abultadas carteras de los corruptos de ‘cuello y manos
blancas’.
La
transparencia y eficiencia en todos los niveles de la administración pública
empoderados por la gran corrupción deberían ser tarea del gobierno transitorio
del presidente Francisco Sagasti para esperar mejores resultados en
tranquilidad y paz social que ayudaría a recuperar el crecimiento y desarrollo
en un quinquenio. Eso al menos es el deseo en ¡Año Nuevo!.
Lograr
un balance del año 2020 que satisfaga los criterios, opiniones y precepción de
todos no es sencillo, dada la diversidad de circunstancias y posiciones frente
a los males que aquejan a la humanidad. Desde nuestra perspectiva y en esta
oportunidad nos detenemos en los resultados evaluados hasta hoy de la pandemia
Covid-19, del tráfico de drogas, del oro y de personas en el mundo y en la
Amazonía de la que es parte el Perú. Planteamos este objetivo y añadimos
información e investigaciones producidas por instituciones, organismos y medios
de alta confiabilidad y credibilidad.
“La
política busca el poder; el periodismo, la verdad. La política se desvía cuando
predomina el bien particular sobre el bien común, pero el poder es siempre su
medio; el periodismo se desnaturaliza cuando busca el poder antes que la
verdad. Siguiendo lo que entendió Adam Smith hace más de 200 años, un medio se
debe fundamentalmente a su audiencia, como cualquier otro servicio a sus
usuarios. Insistir en hechos y datos antes que en intereses inmediatos o
subalternos es la esencia de la credibilidad”. Gonzalo Zegarra, El Comercio.
Pandemia y economía.
Cuando
comenzó 2020, la economía global acababa de alcanzar su décimo año consecutivo
de crecimiento ininterrumpido, una racha que la mayoría de economistas y
autoridades de finanzas gubernamentales esperaban que persistiera durante los
próximos años. No obstante, en apenas dos meses, un nuevo y misterioso virus
detectado por primera vez en China en diciembre de 2019 se estaba extendiendo
rápidamente por todo el mundo, rompiendo esas expectativas y provocando la
recesión mundial más pronunciada en generaciones.
El
Fondo Monetario Internacional estima que la economía mundial se ha contraído un
4,4% este año en comparación con una contracción de solo un 0,1% en 2009,
cuando el mundo enfrentó por última vez una crisis financiera.
El
cierre de empresas y de cualquier actividad no esencial ordenado por los
gobiernos en gran parte del mundo desencadenó una ola de desempleo no vista
desde la Gran Depresión.
En
algunos países, como China, los niveles de infección por COVID-19 se suprimieron
eficazmente mediante confinamientos estrictos pero relativamente breves, lo que
permitió que las tasas de desempleo se mantuvieran bajas. Otros, como Alemania,
implementaron planes respaldados por el gobierno para mantener a los empleados
en las nóminas de la empresa incluso aunque escaseara el trabajo.
En
lugares como Brasil y Estados Unidos, la propagación incontrolada del virus y
las respuestas sanitarias y económicas de los gobiernos provocaron una pérdida
de puestos de trabajo. Unos 22 millones de personas quedaron sin empleo en
Estados Unidos solo en marzo y abril y la tasa de desempleo saltó a cerca del
15%. La mayoría de los economistas espera que los mercados laborales tarden un
año o más en volver a algo parecido a antes de la pandemia.
Que
asestó un duro golpe al comercio mundial y los volúmenes de exportación cayeron
abruptamente a su nivel más bajo en casi una década en marzo y abril. Desde
entonces, la recuperación ha estado liderada en gran medida por China, que se
encuentra sola entre las principales economías que experimentan un crecimiento
interanual de las exportaciones.
Los
niveles sin precedentes de estímulo gubernamental evitaron daños aún mayores a
muchas economías, pero también se sumaron a una montaña global de deuda
soberana acumulada por los gobiernos, lo que plantea dudas sobre si una crisis
financiera será la próxima con la que deberá lidiar el mundo.
Sin
embargo, tasas de interés históricamente bajas que rondan y a veces están por
debajo del 0%, implican que los costos de pagar la deuda para las economías del
Grupo de Siete (G7) están en su nivel más bajo desde los años 70, cuando la
carga de la deuda era solo una fracción de lo que es ahora.
"La
deuda hoy es sostenible y lo seguirá siendo unos años, porque mientras la
actividad económica y el empleo no hayan recuperado impulso, es poco probable
que los bancos centrales hagan algo con sus tasas. Eso permite a los gobiernos
mantener el apoyo fiscal en forma de planes de retención y apoyo a las
empresas", dijo Laurence Boone, economista jefe de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que es una organización
internacional cuya misión es diseñar mejores políticas para una vida mejor.
Una
consecuencia de esa generosidad fue que el gasto de los consumidores se mantuvo
mejor de lo que muchos esperaban. Aunque el gasto en servicios se desplomó y
sigue deprimido -en restaurantes y para viajes y ocio en particular-, los
consumidores apostaron por comprar bienes, especialmente artículos caros como
automóviles y mejoras para el hogar, que se beneficiaron de las tasas más
bajas.
Otro
efecto directo de todo ese gasto público ha sido un aumento del ahorro entre
los consumidores en muchas partes del mundo. Los pagos de apoyo gubernamentales
en las economías desarrolladas pasaron a las cuentas bancarias de los hogares
y, con los consumidores confinados en los primeros días de la pandemia en
particular, las tasas de ahorro se dispararon.
Comenzaron
a volver a la tierra en la última parte de 2020, pero se siguen muy por encima
de niveles anteriores. Algunos economistas ven esto como el combustible que
ayudará a impulsar el repunte económico en 2021 y más allá, cuando las vacunas
del COVID-19 permitan una recuperación más amplia y los consumidores comiencen
a moverse, y a gastar, con mayor libertad.
Crimen organizado en la Amazonía.
La extinción de especies animales y vegetales valiosas es una realidad mientras la amenaza del crimen organizado se acrecienta en la Amazonía. Foto Mongabay Latam. |
La
destacada investigadora Livia Wagner investiga diversos problemas en la
Amazonia y en un evento internacional refirió que no le fue fácil ingresar a La
Pampa, en Madre de Dios. Lo intentó tres veces hasta que pudo llegar para
conocer el vínculo entre la minería ilegal y el crimen organizado en el Perú. Eso fue hace cinco años, entonces esta experta de la Iniciativa Global Contra
el Crimen Organizado Transnacional se dedicó a estudiar cómo funcionan las
mafias dedicadas a la explotación de oro y el tráfico de personas en uno de los
lugares más afectados por la minería ilegal en Latinoamérica.
En
ese momento realizó una investigación en cuatro países del continente: México,
Colombia, Brasil y Perú. Así pudo conocer cómo se interrelacionan las
actividades ilegales y cómo se presentan en cada país.
Estuvo
en el V Congreso Nacional de Fiscales Especializados en Materia Ambiental de
Perú y habló sobre cómo se realiza esta actividad ilegal y la cadena de actores
que se deben tener en cuenta para enfrentar al crimen organizado (narcotráfico,
explotación del oro, trata de personas, etc.).
Se
le preguntó, ¿Usted ha dicho que la minería ilegal y el tráfico de oro han
superado al narcotráfico en cuanto a ganancias? Respondió que eso tiene que ver
con el precio del oro, que es volátil pero ha aumentado bastante. La minería
ilegal produce mucha ganancia y eso atrae a los grupos criminales. Además,
están en áreas remotas y sin presencia fuerte del Estado, factores favorables
para que las redes criminales se expandan. Por eso ha superado el valor del
tráfico de drogas y de la cocaína.
¿Usted
ha explicado que los crímenes ambientales no van solos, sino que se conectan?
En la minería ilegal es muy obvio, especialmente en Latinoamérica, la conexión
con la explotación sexual y cuantos más trabajadores hay, entonces hay más
explotación sexual. Incluso, hace 5 a 10 años, había explotación laboral de los
mineros. Es algo de lo que ya no se habla, pero existía el reclutamiento
forzado de los trabajadores antes de la fiebre del oro. Ahora lo que está aumentando
es la forma o estructura de la trata de personas, pues hasta el perfil del
traficante de mujeres ha cambiado. Antes eran hombres, pero actualmente son las
mismas mujeres que han sido explotadas sexualmente quienes se dedican a esta
actividad porque, muchas veces, no pueden regresar a su lugar de origen,
entonces se dedican a la trata o la explotación sexual.
¿Qué
otros delitos se conectan con la minería ilegal? A nivel de fuerza laboral hay
una conexión con el tráfico de drogas. Significa que los trabajadores que un
día están en la minería, también se mueven a la producción de cocaína. Otra
cosa que tiene que ver con la producción de drogas o el transporte de drogas es
que usan los mismos aviones para trasladar oro. Es decir que las avionetas para
transporte ligero de 200 a 300 kilos y las rutas que se usan para transportar
la droga a Bolivia se usan para el oro también.
¿El
oro y la cocaína se trasladan juntas? No se puede decir que un grupo maneja los
dos productos. En Perú, solo hay un caso que se sabe que usaba la minería
formal para lavar activos que fueron producto del narcotráfico, que fue el de
Sánchez Paredes, pero el resto de grupos no están en las dos cosas, están como
en paralelo.
Lo
que no está cambiando en todos estos años es que la mirada está principalmente
y casi explícitamente en el minero ilegal. En mi presentación he tratado de
destacar que no es suficiente abordar al trabajador. Obviamente el trabajador
es el que comete la actividad ilícita, pero para el ecosistema de la minería ilegal
uno necesita múltiples actores en diferentes niveles y jerarquías. Y eso no ha
cambiado. Todavía se enfocan en la criminalización del minero, pero con eso no
basta y con eso no se va a resolver nada.
Deben
enfocarse más en los actores que facilitan, voluntariamente o no, que la
minería ilegal pueda pasar los flujos ilícitos financieros, los bancos que
están aprovechando que la minería está prosperando, las empresas que proveen
maquinaria, son todos actores que están involucrados. Enfocarse en el trabajador
es lo más fácil para presentar que se está haciendo algo, pero no es la
solución y no es nada eficaz porque hasta ahora uno ve que no ha cambiado nada
y la Operación Mercurio lo que está haciendo es un desplazamiento de esta
actividad, pero no está enfrentando el problema. Además, las operaciones tienen
que ser coordinadas entre las diferentes fiscalías.
La
ganancia financiera es un elemento primordial del crimen organizado. Si además
de seguir las rutas del oro, también se siguen las del dinero (lavado), se
sabrá hacia dónde llegar. Mirando las rutas uno ya sabe quiénes son los actores
que forman parte de esa ruta del dinero y de toda la cadena de suministro. Es
incómodo porque se van a encontrar actores que en realidad no deberían estar
involucrados.
La
expansión o la presencia de la minería ilegal es al mismo tiempo una expresión
de la corrupción en todos los niveles. Es el policía que les avisa a los
mineros que habrá una interdicción. Ese es un primer nivel, pero llegando a
niveles más altos, hay muchos más involucrados. El ecosistema de actores
formales deja que eso suceda.
La
minería ilegal es muy diferente en cada país. Lo único que se puede decir que
los une es que todos son parte de la cuenca amazónica y que hay redes
criminales que están involucradas, en diferentes niveles. Antes en Perú el
involucramiento era de redes criminales, pero no era el crimen organizado como
en Colombia o en México. Pero la trata de personas con fines de explotación
sexual siempre está presente, es un elemento que siempre está ahí.
Los
niveles del involucramiento de las redes criminales eran diferentes. En
Colombia, las FARC y el ELN manejaban las minas y la trata de personas para
fines de explotación sexual y explotación laboral. Eso no había en Perú, donde
la gente migraba hacia la región de Madre de Dios voluntariamente. En Colombia
era diferente, la gente no podía salir de la mina porque las FARC y el ELN las
manejaban. Significa que eran diferentes niveles de cómo manejaban las minas
ilegales.
El
problema con el oro ilegal es que uno lo puede ‘legalizar’ fácilmente a través
de las refinadoras y después no se sabe de dónde vino. En una barra de oro el 5
% podría venir de la minería ilegal de Madre de Dios, pero todo lo juntan y lo
refinan. Mientras el oro no ha sido refinado se puede hacer la trazabilidad
porque en el caso de la minería aluvial la pureza del oro es un poco más baja
que la minería de roca. Es posible hacer la trazabilidad, aunque es costoso y
las empresas no tienen interés en hacerlo. Ese es el problema, no solo se puede
tener el oro de minas certificadas porque esas minas certificadas producen muy
poco oro. La demanda sube y las empresas no tienen suficiente oro, entonces ahí
comienzan a traer oro de fuentes informales e ilegales.
Su
auge depende del precio del oro. Todo lo que está dentro del crimen organizado
depende del lucro o de la ganancia financiera. Si el oro baja, la gente se irá
a la pesca ilegal o a otra actividad. Siempre depende del precio del oro.
Se
ha hablado de trabajar en conjunto, de crear redes entre las fiscalías en
América Latina. Se deben hacer operaciones coordinadas, pero son entidades
diferentes, cada una tiene su forma de trabajo. Pero tienen que trabajar en
conjunto y cuando eso se establezca, las entidades verán los beneficios de
control y erradicación del crimen organizado que afecta en estos temas también
a la Amazonía.
A
todo esto, ¿Cómo combatir las actividades ilegales que depredan la Amazonía?
Una manera es que la población cuide sus territorios y las haga respetar.
Desde
el Ministerio del Ambiente hay un Programa Nacional de Conservación de Bosques
para la mitigación del cambio climático aunque en teoría es bueno en la
práctica deja mucho que desear y lamentar. (Con información: Mongabay Latam,
Reuters, América Economía, Universidad Los Andes, Banco Mundial, MINAM, El
Comercio).
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