jueves, 26 de octubre de 2023

Cambio climático global, deforestación y sequía: Grave amenaza a la Amazonía.

Felipe A. Páucar Mariluz.



La Laguna de los Milagros, un importante atractivo turístico ubicado a 23 kilómetros al norte de Tingo María se queda sin agua, como nunca antes sucedió, en parte por la dejadez e incapacidad de las autoridades que la abandonaron a su suerte ante el abuso de un grupo de personas que se ‘apropiaron’ del bien natural. El excesivo calor y la falta de lluvias por un periodo ocasionaron el temido desastre ecológico. Refugio Selvático.


“Este mes conmemoramos el Día Mundial de la Alimentación con el lema: “el agua es vida, el agua nutre”. Esto da cuenta de la importancia estratégica de cuidar este elemento, vital para la seguridad alimentaria del planeta” (FAO).


La sequía que afecta a la provincia de Leoncio Prado y a casi todo el Huallaga parece agravarse, dado que los pronósticos sobre lluvias torrenciales por el fenómeno El Niño global no incluyen a la región Huánuco, mientras que en las regiones San Martín, Ucayali y Loreto la incertidumbre crece y parece ser la principal característica, las poblaciones de las ciudades y del área rural progresivamente se quedan sin el vital líquido elemento, mientras entidades como que dicen cuidar y preservar el agua no dan señales efectivas y por lo contrario parecen figuras decorativas o de cliché en las zonas amenazadas que requieren de la urgente presencia de entidades del Estado y la cooperación internacional con actuación activa y liderazgo. En todas las cuencas hidrográficas de la Amazonía la escasez de agua genera alarma porque afecta seriamente el bienestar, la salud y la vida de las personas, así como la fauna y flora de valor incalculable.

 

En el informe, “Cambio climático escasez de agua y seguridad alimentaria” elaborado  por Hivy Ortiz, Coordinadora de la Iniciativa Regional de Agricultura Sostenible y Resiliente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, y Marcelo Sadres, Especialista en gestión de agua y recursos hídricos de la FAO para América Latina y el Caribe, aquí una parte:


“Se pone en evidencia que América Latina y el Caribe concentra un poco más de un tercio del total de agua dulce del mundo. Sin embargo, la creciente amenaza del cambio climático ha exacerbado la vulnerabilidad del recurso, y eventos extremos, como sequías e inundaciones, son cada vez más frecuentes, dejando consecuencias devastadoras en la región.


La agricultura ha sido uno de los sectores que más ha sufrido ante el cambiante escenario de disponibilidad del agua. Actualmente, el 73% del agua dulce disponible se destina a la agricultura para la producción de alimentos.   Con una población creciente y la necesidad de alimentar a más personas con el mismo o con menos recursos hídricos, la gestión responsable del agua se convierte en un pilar fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y nutrición en la región, en un contexto de cambio climático.


Un punto clave es la colaboración regional. La cooperación en materia de aguas transfronterizas y la búsqueda de soluciones comunes para desafíos globales son esenciales para la seguridad hídrica y alimentaria. También lo son la gobernanza y la equidad. No dejar a nadie atrás implica considerar el valor social del agua para la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, y requiere de una gobernanza inclusiva y un marco sobre la tenencia de los recursos, agua y suelo. Otro punto clave es el fortalecimiento de la resiliencia ante los desastres relacionados con el agua. Esto implica medidas estructurales y de gestión de los recursos hídricos, sistemas de alerta temprana y la colaboración entre gobiernos, sociedad civil, academia y comunidades locales. También debemos apuntalar la agricultura sostenible y la conservación de suelo, produciendo con menos agua, evitando la degradación y reduciendo el estrés hídrico en zonas agrícolas.


En ese camino, el resguardo a la biodiversidad y a los servicios ecosistémicos de la naturaleza, son fundamentales para apuntalar ecosistemas saludables y sostenibles, desde los océanos y los ríos, para garantizar que se completen los ciclos naturales, entre ellos el del agua, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático, a disminuir el riesgo de pandemias y para la seguridad alimentaria. La incorporación de tecnología e innovación, como por ejemplo tecnologías de riego más eficientes, planificación del ciclo del cultivo y del riego con base en información satelital, y la reutilización del agua, son oportunidades que debemos ampliar. También es urgente fortalecer la acción climática regional, particularmente en el sector agrícola, fuente de una amplia gama de soluciones que contribuyen a la adaptación y a la mitigación del cambio climático. En ese contexto, la Plataforma de Acción Climática en Agricultura de América Latina y el Caribe (PLACA), así como otras iniciativas de articulación regional, se han erigido como espacios de alto nivel para abordar estos temas.


En definitiva, es urgente promover prácticas agrícolas sostenibles y resilientes, y desarrollar estrategias de adaptación, para tener un mejor medioambiente y una mejor producción, sin dejar a nadie atrás. Ciertamente, espacios de diálogo político como el Foros de Ministras y Ministros de Medio Ambiente, y espacios más técnicos como la Semana del Clima 2023, ofrecen instancias para presentar nuevas ideas, compartir lecciones aprendidas y encontrar oportunidades para trabajar en conjunto temas tan relevantes como la gestión sostenible del agua y la producción de alimentos nutritivos, en un contexto de cambio climático”.


Igualmente, en un amplio y documentado informe el medio New York Times (Nytimes) describe de manera descarnada la tragedia que vive la Amazonía y que podría agudizarse en los próximos meses, aquí el informe que retrata una señal de alarma a tener en cuenta: “La selva tropical contiene la quinta parte del agua dulce del mundo, pero la deforestación, las lluvias escasas y el calor implacable están dejándola seca. El depósito de agua dulce más grande del planeta está en problemas. La selva tropical de la Amazonía, donde fluye una quinta parte del agua dulce del mundo, está sufriendo los embates de una sequía fuerte que no muestra señales de amainar.


La sequía, probablemente agravada por el calentamiento global y la deforestación, ha generado grandes incendios forestales que han hecho que el aire sea peligroso para millones de personas, incluidas algunas comunidades indígenas, y al mismo tiempo han secado ríos importantes a un ritmo récord. Los ríos llegaron a su nivel más bajo alguna vez registrado, mientras que otros se acercan a niveles históricos. Esto ha sofocado a la población de delfines rosados en peligro de extinción, clausurado una planta hidroeléctrica importante y aislado a decenas de miles de personas que viven en comunidades remotas y que solo pueden trasladarse por bote. “Ahora solo hay tierra donde solía haber un río”, afirmó Ruth Martins, de 50 años, una líder de Boca do Mamirauá, una pequeña comunidad ribereña en la Amazonía. “Nunca hemos experimentado una sequía como esta”.


Las condiciones más secas están acelerando la destrucción de la selva tropical más grande y biodiversa del mundo, y en la que algunas zonas han comenzado a transformarse de ecosistemas húmedos que almacenan enormes cantidades de gases que retienen el calor a unos más secos que están liberando dichos gases a la atmósfera. El resultado es un doble golpe a la lucha global contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.


Ríos Nanay y Amazonas disminuyeron drásticamente su caudal afectando a poblaciones selváticas y a la fauna y flora. Leyenda del Huallaga.


“Esta es una catástrofe con consecuencias a largo plazo”, dijo Luciana Vanni Gatti, científica del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, quien ha estado documentando los cambios en la Amazonía. “Mientras más pérdida de selva tengamos, menor será su resiliencia”. Estudios recientes han mostrado que el cambio climático, la deforestación y los incendios han hecho que a la Amazonía le cueste más recuperarse de las graves sequías. Gatti también advirtió que lo peor podría está por llegar. Se espera que la temporada de lluvia comience en las próximas semanas y si persiste la sequía, la cual comenzó en junio, esta sería la primera vez en la que estas condiciones tan extremas hayan tomado el control durante el periodo más seco de la Amazonía y hayan continuado hasta su periodo más lluvioso.


Portada de informe, foto captura.

En Tefé, un municipio rural del noroeste de la Amazonía, los residentes cruzan tramos fangosos de lechos de lago en motocicletas y reman canoas por los arroyos estrechos que solían ser ríos. Unas 158 aldeas ribereñas en la misma región han quedado aisladas ya que las vías fluviales que las conectan con localidades más grandes se han secado, dijo Edivilson Braga, coordinador del servicio de defensa civil local. “Están completamente aislados”, afirmó Braga, quien agregó que hasta el momento las autoridades han entregado miles de canastas de alimentos básicos, muchas de ellas por helicóptero, a miles de familias.


La Amazonía ha sufrido sequías en el pasado, pero actualmente está lidiando con “desastres simultáneos”, dijo Ayan Santos Fleischmann, hidrólogo del Instituto Mamirauá, un centro de investigación ubicado en Tefé. La escasez de lluvia, el calor abrasador y las altísimas temperaturas del agua están azolando, al mismo tiempo, a la región. “Esta es una crisis, una crisis humanitaria, ambiental y de salud”, aseveró Fleischmann. “Y lo que más nos aterra es lo que está por venir”. En Boca do Mamirauá, a unas dos horas en lancha de Tefé, la sequía de las vías fluviales ha provocado que las reservas de alimentos básicos y medicamentos disminuyan y ha impedido que los niños puedan realizar el viaje por río a la escuela desde el 20 de septiembre, aseguró Martins, la líder comunitaria.


Por toda la Amazonía se han secado pozos y arroyos, dejando a las comunidades sin agua potable. “Aquí el agua se convirtió en barro”, dijo Tuniel Gomes Figueiredo, quien vive en Murutinga, una aldea de una comunidad indígena de unos 3000 habitantes.


Los pueblos se movilizan por el agua ante la insensibilidad del Estado. Cortesía archivo.


Sin alternativas, algunos residentes están bebiendo, cocinando y bañándose con agua contaminada. “Esta agua está enfermando a los niños y ancianos”, afirmó Braga. A las autoridades de salud también les preocupa que los charcos estancados de agua sobrecalentada puedan incrementar la población de mosquitos portadores de malaria y dengue. La sequía ha afectado a una cantidad incontable de especies animales en una región conocida por su vida silvestre abundante. En el lago Tefé, las temperaturas del agua continúan siendo elevadas y han aparecido más restos de delfines rosados en la última semana, elevando el número de delfines muertos a 153 desde que se recuperaron los primeros cuerpos el 23 de septiembre, informó Fleischmann.


Una proliferación de algas tóxicas, muy probablemente vinculadas con la sequía y el calor extremo, también ha ocupado el lago, creando una mancha roja en el agua, aunque los científicos no están seguros de sí puede perjudicar a humanos o animales. “Estamos utilizando redes para guiar a los delfines hacia otras zonas”, dijo Fleischmann. Si bien la baja humedad y las altas temperaturas pueden por sí solas exterminar plantas y animales, gran parte de la destrucción es causada por una selva más seca que es cada vez más vulnerable a los incendios, los cuales por lo general son iniciados por agricultores y otros que despejan los terrenos. Los incendios forestales han consumido más de 46.000 kilómetros cuadrados de la Amazonía desde el comienzo del año, más del doble del tamaño de Vermont.


El humo de los incendios forestales ha hecho que el aire sea muy nocivo en Manaos, una ciudad de dos millones de habitantes en el corazón de la Amazonía, que recientemente se convirtió en una de las ciudades más contaminadas del planeta, según el World Air Quality Index project. Revisar los datos de la calidad del aire cada mañana se ha convertido en un hábito ansioso en la ciudad, mientras niños y personas mayores terminan en hospitales con dificultades para respirar, según médicos en Manaos.

 

Camila Justa, una veterinaria en Manaos, dijo que nunca había visto un humo tan denso cubrir el cielo y que sufrió un ataque de asma por primera vez en 20 años, mientras que su hijo de 4 años ha tenido neumonía dos veces desde septiembre. “Es muy difícil llenar tus pulmones de aire”, dijo. “Y cuando lo haces, quema”. La sequía ha secado países de toda la región de la Amazonía.


En Bolivia, decenas de municipios tienen escasez de suministro de agua, los cultivos se han marchitado y las lagunas se han secado, “con graves consecuencias para la biodiversidad”, dijo Marlene Quintanilla, directora de investigación de Friends of Nature Foundation, una organización sin fines de lucro. Según los expertos, la ausencia de lluvia en la Amazonía es en gran medida el resultado de dos patrones climáticos.


Impresionante combinación de sol, agua y naturaleza. Cortesía archivo.


Desde el oeste, El Niño, el cual calienta las aguas del Pacífico cerca del Ecuador, está ganando fuerza. Desde el suroeste, las altas temperaturas en las aguas del Atlántico Norte han acelerado el flujo de aire hacia la Amazonía, previniendo la formación de nubes de lluvia sobre la selva. Si bien el vínculo entre el calentamiento global causado por el hombre y la sequía aún no está claro, los modelos climáticos sugieren que “en las próximas décadas, con el aumento de las temperaturas causado por el cambio climático, estos eventos se volverán más frecuentes”, afirmó Gilvan Sampaio, un científico que monitorea patrones climáticos en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil.

 

Los efectos de un clima cambiante se intensifican por los altos niveles de deforestación en la Amazonía, causado en parte por agricultores que despejan terrenos para cultivos de soya y ganado, cuyos productos se exportan a países de todo el mundo. La tala de árboles, al igual que el calentamiento global, hace que la lluvia sea más escasa y las temperaturas más altas porque los árboles de la Amazonía liberan humedad, lo que baja la temperatura y forma nubes de lluvia. La sequía de los ríos también es un duro golpe para la economía de la región. Las barcazas que transportan maíz con destino a China y otros países se han visto obligadas a reducir su carga a la mitad a lo largo de un río importante este mes porque el agua era muy poco profunda y la erosión del cauce de un río provocó el colapso de un puerto.


Los ríos de la Amazonía también alimentan las plantas de energía que producen cerca de una décima parte de la electricidad de Brasil y la escasez de lluvia causó la clausura de una planta hidroeléctrica. En 2015 se documentaron condiciones de sequía similares, que contribuyeron a la peor temporada de incendios registrada en la Amazonía. Sin embargo, los científicos creen que esta sequía será aún más devastadora porque el océano Atlántico está más cálido y El Niño aún no ha alcanzado su punto máximo. “Esto es solo el comienzo”, afirmó Gatti, la científica.


En una tarde reciente, densas nubes oscurecieron los cielos sobre la aldea ribereña de Boca do Mamirauá. La gente se apresuró a agarrar baldes, listos para llenarlos con agua de lluvia. Pero las nubes siniestras pasaron rápidamente. “Ni una sola gota”, dijo Martins, la líder comunitaria”. (Informe original en: www.nytimes.com/es/2023). (Con información FAO, Nytimes, archivos Leyenda del Huallaga).

No hay comentarios:


.........................................................................................................
Si desea ponerse en contacto con nosotros, escribanos a: leyendadelhuallaga@hotmail.com
.........................................................................................................
Equipo de Prensa:

Director: Ing. Agrónomo y Periodista Felipe A. Páucar Mariluz.
Edición Web, Reporteros e investigadores: Grupo Prensa Verde.

........................................................................................................
La Leyenda del Huallaga

© Copyright 2008 - 2023. Todos los derechos reservados.