Felipe A. Páucar Mariluz*
A lo largo del 2023 y en lo que va del 2024, la falta de
transparencia, la arbitrariedad, la incapacidad administrativa y pobreza moral
es lo que caracterizó a los representantes de los gobiernos: nacional, regional
y local, con algunas excepciones. Se ha continuado la reprochable costumbre de
los negociados en obras públicas, los privilegios y acomodos del poder
mediático en beneficio de pocos y en detrimento de las mayorías, que por
décadas dejaron el resultado negativo de cientos de obras defectuosas o
paralizadas, el caos y anarquía en los espacios urbanos, rurales y marginales y
la arbitrariedad en lo administrativo. Los responsables de desgobiernos infames
miran de costado y en cada puesta de primera piedra o inauguración arman
eventos folklóricos con portátiles pagadas para promocionarse como futuros
candidatos a un cargo superior cuando sugestión hace agua y poco les importa
hacerlo con los presupuestos que el Estado les asigna para superar la pobreza y
generar desarrollo. La Contraloría general de la República nos atiborra con sus
informes sobre fiscalización y control que al no tener efecto vinculante son
letra muerta. Hasta hace unos años la
autocensura en medios, periodistas y comunicadores se daba por un contrato o
una propina sacada del bolsillo del mandamás corrupto, hoy avanzaron hacia el
despeñadero y exigen ser parte de la corrupción en la asignación de obras por
administración directa como pago a la complicidad y el silencio.
Desgobiernos legítimos e ilegítimos. El Gobierno y el
Congreso de Perú cerraron el 2023 con un 90 % de desaprobación ciudadana, según
una encuesta realizada por la empresa privada Datum y publicada por el diario
El Comercio. En cuanto a la labor que desempeña el Gobierno, el 88 % señaló que
la desaprueba y solo el 9 % la respalda. El estudio añadió que el Congreso
recibe un 88 % de rechazo y solo es aprobado por el 7 % de los peruanos.
Además, el Poder Judicial tenía un 15 % de aceptación y un 78 % de
desaprobación, mientras que un 73 % de peruanos rechazaba la labor como fiscal
general de Patricia Benavides, quien fue suspendida del cargo por la Junta
Nacional de Justicia (JNJ) debido a que se le sigue una investigación por
tráfico de influencias. Además, un 54 % se mostró en desacuerdo con la decisión
de suspender en el cargo al fiscal Rafael Vela, quien era el coordinador del
equipo especial que investiga en Perú el caso Lava Jato -la corrupción que
involucra a diversas empresas acusadas de pagar coimas a funcionarios
públicos-. En general, el 59 % de los peruanos opinó que en su país no hay una
independencia de poderes, el 33 % que esta sí existe.
Corrupción inmoral. “El 30 de enero de 2024 fue presentada
la nueva edición del Índice de Percepción de la Corrupción (CPI)
correspondiente a 2023, publicado por Transparencia Internacional. Este
indicador se elabora desde 1995 y mide las percepciones de corrupción en el
sector público mediante la evaluación de expertos y ejecutivos empresariales a
lo largo de 180 países. Con una puntuación de 33 sobre 100, el Perú alcanzó la
posición 121 en esta oportunidad, una caída de 20 posiciones con respecto a la
obtenida en 2022 (puesto 101) y de 35 posiciones si se compara con la obtenida
en 2014 (puesto 85). El CPI evalúa nociones como el número de comportamientos
corruptos registrados en el sector público (sobornos, malversación de fondos o
tráfico de influencias, entre otros), así como los mecanismos disponibles para
prevenir la corrupción (como la existencia de leyes adecuadas), todo esto para
dar un veredicto. No obstante, no todos participan en la evaluación de cada uno
de los 180 países participantes. En el caso del Perú, ocho evaluadores se
encargaron de determinar su puntaje y posición actual en el ranking.
Otros factores que explican el desempeño del Perú en el CPI
son los abruptos cambios de Gobierno registrados entre los años 2017 y 2022 (6
en total), con cinco expresidentes bajo investigación. Además, se menciona que
la participación cada vez mayor de una coalición mayoritaria del Congreso de la
República en el sistema de justicia es motivo de preocupación, al igual que la
presunta presencia del crimen organizado en los propios partidos políticos.
Asimismo, se critica el hecho de que reformas como la modernización del
servicio público, la mejora del régimen de integridad pública y una mayor
autonomía de la autoridad de transparencia hayan sido postergadas u
obstaculizadas… En 2022 estimó un perjuicio de S/ 24,419 millones por actos de
corrupción, casi cuatro veces el presupuesto público destinado a proyectos de
saneamiento en 2023 a nivel nacional (S/ 6,335 millones). Cusco se destaca como
el departamento con el mayor impacto negativo con un total de S/ 1,601 millones
en perjuicios. En contraste, Madre de Dios figura como el departamento con
menores perjuicios, al registrar solo S/ 98 millones.”
(https://www.comexperu.org.pe/articulo/peru-se-situa-entre-los-paises-con-mayor-percepcion-de-corrupcion-en-el-mundo)
Autoritarismo y derechos humanos. “Los jueces sin rostro de
los años 90 fracasaron al no administrar justicia.. En 1996, Alberto Fujimori
reconoció que había mucha gente inocente en prisión, por lo que promovió y creó
la comisión de indulto y derecho de gracia del padre Hubert Lanssiers. Luego,
2.500 procesos por terrorismo tuvieron que repetirse… Los jueces sin rostro implementados
entre los años 1992 y 1997 para la lucha contra el terrorismo fueron un fracaso
total. A pesar de esta mala experiencia, el congresista Juan Burgos Oliveros
plantea que se vuelvan a implementar para combatir el avance de la violencia
social y el crimen organizado en el país… Más de mil personas inocentes estaban
presos injustamente acusadas de terrorismo y traición a la patria. Ante esta
trágica realidad, en 1996, el propio Fujimori reconoció los excesos e impulsó
una ley para implementar una comisión ad hoc de indultos y derecho de gracia
para revisar caso por caso.
Por recomendación de la comisión Lanssiers, entre 1996 y el
2000, Fujimori liberó por indulto y derecho de gracia a 513 inocentes. La
revisión continuó en los años siguientes. En el gobierno de Valentín Paniagua
se liberó a 227 inocentes y con Alejandro Toledo, otros 131 inocentes
recuperaron su libertad… El daño que se cometió contra ellos nunca ha sido
reparado por el Estado… Volver a realizar los juicios fue todo un problema. Muchos
testigos habían muerto y otras pruebas desaparecieron por el paso del tiempo.
Pero los juicios se realizaron y los que eran culpables fueron condenados, en
juicios que respetaron la ley, a penas de cadena perpetua o superiores a 25
años… El problema de los jueces sin rostro es que no hay forma de controlar su
trabajo ni la investigación, el recojo
de las pruebas o el debido proceso. Con los jueces sin rostro, la investigación
quedó en manos de la policía. Tras la detención, el policía definía si el detenido
era inocente y quedaba en libertad, si había cometido terrorismo, pasaba a los
fiscales y jueces del fuero común, o traición a la patria, y era puesto en
manos de los tribunales militares. Con lo cual, el atestado policial se
convirtió en prueba definitiva e incuestionable. Las declaraciones de
arrepentidos, colaboradores y testigos, muchas veces obtenida bajo tortura y
sin participación de abogado defensor, no podían ser contradichas. Los jueces
militares completaban la investigación, juicio y sentencia en cinco días. Se
reportaron casos en los que tribunales en un solo día habían juzgado y
condenado 15 casos distintos. Abogados o familiares que pudieron observar el
área de seguridad de los jueces vieron que no había ningún magistrado. Nadie
los estaba escuchando en las audiencias… Repetir todos estos problemas sería
fatal para el país. Sendero Luminoso y el MRTA fueron grupos estáticos y con
mando único. Las organizaciones criminales se renuevan y cambian
constantemente. Cae un cabecilla y otros dos toman su lugar
(https://larepublica.pe/politica/2024/02/11/los-jueces-sin-rostro-de-los-anos-90-fracasaron-al-no-administrar-justicia-alberto-fujimori-terrorismo-en-el-peru-golpe-de-estado-corte-interamericana-de-derechos-humanos-550594)
Impunidad y Obstrucción a la justicia. Acuerdos secretos e
ilegales con la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, compra de
votos al fujimorismo a cambio de destituir a la JNJ, pedidos para expectorar a
los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez: las revelaciones son motivo
suficiente para nuevas investigaciones fiscales contra Keiko Fujimori… Keiko
Fujimori reclamó el archivamiento del caso en su contra por crimen organizado,
lavado de activos y obstrucción a la justicia, cuyo juicio se inicia el primero
de julio próximo. Lo hizo luego de comentar las declaraciones del colaborador
eficaz Jaime Villanueva, exasesor de la suspendida fiscal de la Nación,
Patricia Benavides…El interrogatorio a Jaime Villanueva se produjo el 30 de
enero a instancias de la fiscal suprema Delia Espinoza Valenzuela,
especializada en delitos de funcionarios públicos, con la presencia de los
fiscales Reynaldo Abia, Johana Pacheco y Nohelia Mengoa, con la intervención de
los abogados de Villanueva y Patricia Benavides.
Casi todos nuestros graves problemas y la crisis decadente se deben en parte a la corrupción enquistada en medios de comunicación, periodistas y comunicadores. Foto captura Fundamedios. |
El exasesor Jaime Villanueva relató que a nombre del
fujimorismo (léase Keiko Fujimori), Martha Moyano reclamó a Patricia Benavides
por qué se inició investigación contra la mandataria Dina Boluarte y el premier
Alberto Otárola por la matanza de civiles durante las protestas
antigubernamentales, porque también afectaba a Keiko Fujimori. “(Moyano) le
dijo por qué ella había hecho eso, si el fujimorismo, así como la apoyaba a
ella (Benavides), también estaba apoyando al Gobierno. Y esa (la denuncia) no
era una buena señal porque debilitaba al Gobierno una investigación por
genocidio”, relató Jaime Villanueva. Estos hechos podrían motivar una nueva
investigación contra Keiko Fujimori e integrantes de la cúpula de Fuerza
Popular.
(https://larepublica.pe/politica/2024/02/10/keiko-fujimori-delatada-por-el-colaborador-eficaz-jaime-villanueva-fiscal-de-la-nacion-fuerza-popular-lava-jato-517194)
Los millonarios delitos ambientales. Varios países están
ampliando sus leyes y códigos penales para combatir las actividades ilegales
que degradan la naturaleza, pero siguen existiendo muchas lagunas… Los delitos
ambientales son la cuarta actividad delictiva más lucrativa del mundo. La
deforestación ilegal, la minería, la pesca y el comercio de especies silvestres
entre sus formas más habituales, se han convertido en un enorme motor
financiero, que en 2018 se estimaba generaba entre 110 000 y 281 000 millones
de dólares en ingresos ilícitos anuales a nivel global, según datos de
Interpol. Países como Francia y Bélgica han dado grandes pasos en la creación
de marcos jurídicos para frenar estos delitos contra el medioambiente de bajo
riesgo y altas ganancias, mientras que el año pasado se puso en marcha la
Alianza Mundial contra los Delitos contra la Naturaleza. América Latina es
especialmente susceptible de sufrir delitos contra la naturaleza debido a su
rica biodiversidad y a la abundancia de recursos minerales. La región está
empezando a dar pasos importantes para desarticular las redes delictivas
transnacionales asociadas, y gobiernos han comenzado a elaborar leyes que
permiten aplicar sanciones económicas más duras, e incluso establecen
responsabilidades penales para los infractores. Venezuela y Brasil, por
ejemplo, tienen normativas específicas, mientras que Bolivia otorgó derechos
legales a la naturaleza en 2010. Ecuador fue pionero en 2008 al reconocer los derechos constitucionales
del medioambiente y luego agregar delitos ambientales específicos a su Código
Penal en 2020… A pesar de ello, la mayoría de los países latinoamericanos
todavía enfrenta dificultades para hacer cumplir sus leyes y políticas
ambientales, afectadas por los altos niveles de corrupción, señala un informe
elaborado por el Michelsen Institute for Science and Intellectual Freedom
(CMI). Según explica el documento, en países como Bolivia, México y Honduras,
por ejemplo, los sobornos a la policía por parte de traficantes ilegales de
madera son frecuentes. Pero la corrupción, a su vez, también puede dar lugar a
la aplicación “selectiva o sesgada” de las leyes ambientales -como centrarse en
los pequeños infractores en lugar de los más poderosos-, o permitir la
interferencia política o supresión del trabajo judicial o policial ante una
investigación de este tipo… Uruguay es un ejemplo en ese sentido. En el país no
existe la figura del delito ambiental dentro del Código Penal, razón por la que
las sanciones ante conductas ilícitas implican multas o mecanismos
administrativos, como el cierre de empresas.
Chile es otro país que se ha propuesto actualizar su marco
normativo de cara al aumento de los delitos ambientales y ha logrado
importantes avances. Es así que con el fin de brindar una respuesta suficiente
a los reclamos sociales y políticos, el gobierno aprobó a mediados de 2023 una
reforma de su Código Penal que contempla por primera vez el delito
medioambiental. Colombia también ha buscado generar un cambio en su normativa
ambiental, al aprobar una Ley de Delitos Ambientales en 2021. Además de
tipificar la deforestación, crea otros cinco delitos ambientales -entre ellos
el tráfico de fauna silvestre, la apropiación ilegal de baldíos y la
financiación de estas actividades- y aplica sanciones penales más estrictas. En
2008, Perú puso en marcha una ley que modifica su Código Penal y sanciona con
penas de hasta 10 años de prisión los delitos contra el ambiente y los recursos
naturales. Debates similares se están llevando a cabo también en México –que
discute actualmente la elaboración del primer Protocolo sobre Justicia
Ambiental– y Brasil, donde el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva pretende
revertir la crítica situación de la Amazonía a través de nuevas políticas
ambientales como el PPCDAm, un plan de acción para contrarrestar la
deforestación con competencias que incluyen firmes medidas coercitivas. La
región amazónica se ve afectada por un sin fin de actividades ilícitas por
parte de organizaciones delictivas transnacionales que destruyen la selva
debido al narcotráfico, la tala ilegal, la minería y la ganadería ilegales.
Según un informe del año pasado, los grupos delictivos actúan en el 70% de los
municipios de las zonas fronterizas de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia
y Venezuela.
Argentina es uno de los países de América Latina que se
encuentra más rezagado en materia de normativa ambiental. No cuenta con
legislación específica sobre los delitos ambientales en el ámbito penal ni
tribunales que los juzguen. Esto es especialmente relevante por los altos
niveles de deforestación de Argentina. En 2023 se deforestaron 126 000
hectáreas de tierra (aproximadamente 176 470 campos de fútbol) en el norte del
país, que es la zona más afectada a nivel nacional según un informe de
Greenpeace. El Código Penal argentino, sancionado en 1921, no hace referencia
directa al medioambiente. El código sólo castiga la degradación de la
naturaleza a través del derecho de propiedad. Por ejemplo, si una persona
provoca un incendio forestal que daña la propiedad o causa muertes, puede
recibir hasta 10 años de prisión. No hay nada en la legislación argentina que
aborde el daño a los ecosistemas… “Argentina es un país con mucha retórica y
con poca acción. Hay muy buenos proyectos de ley, varios en discusión en el
Congreso, pero hay poco consenso político para que avancen”. Año tras año, los
delitos medioambientales en América Latina -en particular la deforestación
ilegal- representan un grave problema. Como se cita en el estudio del CMI, en
2017 se estimó que entre el 50% y el 90% de la madera exportada desde América
Latina era de origen ilegal. Además, un informe de 2020 de la Iniciativa Global
contra el Crimen Organizado Transnacional estableció vínculos entre la deforestación
ilegal en México y grupos internacionales de narcotraficantes. Ese mismo año,
20 países latinoamericanos adoptaron la Declaración de Lima sobre el Comercio
Ilegal de Vida Silvestre y se comprometieron a adoptar medidas destinadas a
frenar los delitos contra la fauna y la flora. El vertido y transporte ilegal
de residuos peligrosos también afectan a esta parte del mundo: el informe del
CMI describe a América Latina como destino de los residuos tóxicos de los
países desarrollados. En cuanto a la minería ilegal, la Amazonía se considera
un punto caliente: hasta 2020 se habían documentado más de 2.300 yacimientos en
seis países amazónicos. El informe del CMI advierte un “fuerte vínculo” entre
la minería ilegal y los grupos de delincuencia organizada en América Latina. Al
respecto, Costa afirmó que, frente al avance legislativo de Chile en la
materia, ha existido “un cierto resquemor” por parte de algunas actividades
económicas por lo que esto podría significar para sus actividades. En Uruguay,
sostuvo el abogado Marcelo Cousillas, director del Área Jurídica del Ministerio
de Ambiente uruguayo, quien sin embargo consideró que mejorar la normativa
ambiental pone a un país en una situación privilegiada.
.(https://ipsnoticias.net/2024/02/america-latina-expande-el-marco-legal-contra-los-delitosambientales/#utm_source=email_marketing&utm_admin=146128&utm_medium)
Crimen organizado, violencia y tráfico de drogas. Mientras países como México, Colombia,
Brasil, etc., se desangran por décadas debido a la extrema violencia del crimen
organizado vinculado al narcotráfico, en el Perú la Data Negra indica que se
incrementaron la hectáreas de coca plantadas y el tonelaje de cocaína producida
en pozas de maceración o laboratorios rústicos en 16 de las 25 regiones, aunque
felizmente la violencia no tuvo ribetes de terror salvo en la regiones de Lima,
La Libertad, Piura, Loreto, Ucayali, San Martín, donde existen otros factores
que explican el incremento de casos de asesinatos, secuestros y extorsión.
“El 9 de enero la violencia que desde hacía años padecía el
pueblo ecuatoriano escaló en buena parte del territorio después de que un
conocido líder de una pandilla desapareció de prisión. Se reportaron
explosiones, saqueos, tiroteos y vehículos incendiados, y hubo disturbios en varias
cárceles. Hombres armados irrumpieron en un estudio de televisión durante una
transmisión en vivo. Se produjeron ataques a hospitales y universidades. El
saldo fue de 14 muertos. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, que asumió el
23 de noviembre de 2023, decretó el “conflicto armado interno” y declaró a las
bandas criminales “como organizaciones terroristas y actores no estatales
beligerantes”. En su campaña presidencial, había prometido “mano dura”, una de
las medidas que, junto con la militarización de la sociedad (con tropas yanquis
incluidas), siempre se presentan como la solución. Aunque la experiencia
histórica demuestre que, lejos de serlo, son parte del problema. Un problema
complejo e inherente al sistema capitalista. La Corte Constitucional de Ecuador
notificó el 23 de enero su dictamen sobre el tratado de cooperación militar
marítima entre Estados Unidos y Ecuador, y determinó que no es necesario que el
trámite pase por la Asamblea Nacional. El objetivo es que ambas partes puedan
“prevenir, identificar, combatir, impedir e interceptar las actividades
marítimas transnacionales ilícitas”, por la “urgente necesidad” de luchar
contra el crimen organizado transnacional.” (La vieja estafa de la lucha contra
el narcotráfico como excusa para el injerencismo imperial. Pablo Bilsky). Otros
países como Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, también
incrementaron sus niveles de violencia por la actividad criminal que también en
muchos casos está vinculada al tráfico de estupefacientes.
La mentira como instrumento de manipulación. “La verdad es que hemos aprendido a convivir,
aceptar y normalizar las mentiras como parte de nuestra realidad… En España se
ha emitido un popular programa de televisión que llevó por nombre el Club de la
Comedia y permitía la presentación de humoristas y comediantes, mientras que en
Tamaulipas, México, funciona un restaurante llamado el Club de las Mentiras,
habiendo otros más en varios estados mexicanos. En otro artículo hice alusión
al magnífico libro de Paul Ekman “Cómo detectar mentiras” (que luego se
transformó en una serie televisiva) y a una de las autoras peruanas que más ha
estudiado este fenómeno: me refiero a Rosa María Cifuentes, pues su texto
“Miénteme si puedes”, nos descubre cómo nuestros cuerpos hablan, cuando lo que
tenemos en nuestro interior se esconde o calla. El proverbio reza que las
mentiras tienen las patas cortas y la historia de las mentiras es tan vieja
como la profesión más antigua del mundo, donde de paso, tú pagas para que te
mientan. Los mentirosos se justifican en que lo que importa no es el marco de
referencia de la moral sino el de la supervivencia, o sea en el “todo se vale”.
Políticos, empresarios, artistas, deportistas, niños, jóvenes y adultos, todos
hemos caído en una mentira y si nos atrapan, usamos todo tipo de argumentos, el
más generalizado es el “te mentí para no hacerte sufrir” o que simplemente era
una “mentirilla blanca, inofensiva”… La ventaja de la experta Rosa María
Cifuentes es que, al elaborar un compendio sobre el lenguaje no verbal (que
ocupa el 85% de la comunicación humana), ella puede ir por la calle o entrar a
un ascensor o restaurante y descubrir a los que mienten y por la práctica, ya
lo hace de forma automática.” (https://pqs.pe/opinion/el-club-de-las-mentiras-por-luis-fernando-nunes/).
• MSc. En Organizaciones sin Fines de Lucro y Cooperación Internacional. Ingeniero Agrónomo – Especialista en Periodismo y Ciencias de la Información.
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