lunes, 15 de noviembre de 2010

Guerra contra el narcotráfico y la paz social de los infiernos.

Informe, Felipe A. Páucar Mariluz

Efectivos armados frente a choza rústica en cacería de senderistas en Huacamayo de Mishollo. Foto Internet.

Modelos, milagros, desarrollo, bienestar, riqueza, éxito, aliados del progreso, la alianza por el bien, son elogios, elucubraciones y la cantaleta de un grupo de beneficiarios de los disminuidos fondos internos y externos asignados al ‘desarrollo alternativo’ y al propagandizado avance en la lucha contra el narcotráfico, que básicamente es erradicación de cocales.

Los adictos a los libretos de la coca Nostra del Tío Sam, son especialistas en crear escenarios ficticios a partir del imaginario delirante, con el fin de alentar la violencia contra los cultivadores de la hoja de coca. Todo es justificable con el fin de compensar los finos estipendios económicos en la mayoría de los voceros, sea que provengan de un organismo cooperante o del tesoro público. Aquí esta la explicación de la influencia y poder de dominio que ejercen dentro del oportunismo de las comunicaciones, que se acomodan muy bien en el papel de caja de resonancia de la ridiculez y la mala fe.

Ucayali sufrió varias semanas por la huelga cocalera con toma de carreteras en la provincia de Padre Abad. Una comisión de dirigentes y autoridades viajó a Lima se reunió con los burócratas del gobierno presididos por Javier Velásquez Quesquen, presidente del Consejo de ministros, más el inefable Rómulo Pizarro de Devida, quienes les prometieron a media voz soluciones inmediatas que fueron incumplidas por hacer caso a las tonterías de los opinantes a sueldo.

Entonces a algún despistado configura de dirigente cocalero se le ocurrió la infeliz idea de tomar la central de generación eléctrica de Aguaytia, dicen que de acuerdo con los funcionarios que de esa manera aparentemente expresaban su respaldo a la medida de fuerza en rechazo a la arremetida destructora de los cultivos, que a la vez son fuente de ingresos para miles de familias.

Pisaron el palito y el resultado fue más de 120 cocaleros detenidos que luego de la decisión arbitraria de la autoridad judicial que como siempre funciona con los pobres y hace concesiones increíbles a los poderosos quedaron 28 en la cárcel de Pucallpa, que luego sumaron a 30 con la captura de Jaime García y la detención tras cinematográfica persecución de Pedro Pérez Bailón el dirigente cocalero caído en desgracia.

Según un Rambo antidrogas, en Ucayali se erradicaron a sangre y fuego 2 mil 500 has de cultivos de coca, de las 2 mil 800 que según las criticadas estimaciones de la ONU existían, eso quiere decir que en Ucayali casi acabaron con la coca, pero la realidad como siempre es tristemente diferente.

Curiosa combinación: drogas y terror. Foto de IDL Reporteros.

Con este ‘éxito’ en el bolsillo se trasladaron a Huacamayo de Mishollo para “acabar con toda la coca que va al narcotráfico”, aquí se registraron dos emboscadas por presuntos senderistas de ‘Artemio’ con el saldo lamentable de un joven policía muerto, otro herido y un erradicador del Corah fallecido.

Durante la reacción represiva se cometieron abusos que fueron denunciados por los pobladores. Según el Coronel Jorge Linares, la intervención del Ejército Peruano luego del atentado se limitó a pedirles a los moradores que por favor que no salieran de sus casas, por que podrían sufrir los efectos del enfrentamiento. Pero de acuerdo a los dirigentes cocaleros y la propia congresista Nancy Obregón, varios agricultores sufrieron agresiones y prácticamente se sitió el caserío no permitiendo la salida de ninguna persona.

Afirmar sin pruebas que esas versiones son maniobras de la subversión para desprestigiar a las fuerzas de seguridad es caer en falsedad deliberada aprovechando la permisividad de algunos periodistas.

Después de la violenta erradicación cientos de agricultores quedaron en la indigencia, al extremo que los pobladores de Tocache tuvieron que hacer una Marathon por iniciativa de Radio Emanuel para recoger 3 mil kilos de alimentos que fueron entregados el jueves 11 de noviembre para paliar el hambre durante pocos días. Ese es el brillante corolario de la arruinada política contra las drogas.

Esta nueva acción sirvió para que los grumetes de la lucha antidrogas que a la vez son jefes de grupos de comunicadores o dueños de medios donde pasan piola como expertos y analistas, entrevistados mañana, tarde y noche o un día sí y otro no, cumplieran con el objetivo de despotricar contra los cocaleros y satanizar al cultivo de la coca como la principal responsable de la violencia.

Mientras que otros ‘artilleros’ insistían hasta la saciedad en las supuestas excelentes utilidades del café, el cacao, el arroz, el plátano y la palma aceitera, capaz de convertir en millonarios a los alicaídos agricultores. Todo esto mediante cálculos fraudulentos. La intervención de los fantasiosos no tendría mayor relieve si es que el objetivo no sería confundir a la opinión pública para así facilitar la acción represiva contra un sector de agricultores.

Siempre se proyecta la imagen negativa de las familias que cultivan coca y se exaltan los aparentes éxitos del desarrollo alternativo: “El plátano, el cacao, el arroz, la palma, el café son más rentables que la coca” paporretean constantemente, sin detenerse en consideraciones éticas y ni en el apego a la verdad. Que estos cultivos desde los 70s tienen importancia en la economía global regional es algo que no se discute, pero la exageración resulta ofensiva.

Nancy Obregón con campesinos y coca, la congresistas es cuestionada por no haber respondido a expectativas de la población. Foto cortesía.

“El 2001 los precios de los productos alternativos costaron como 2 y en el 2010 cuestan como 7 soles, entonces ahí esta la notable riqueza” sostienen sin ruborizarse. Un niño de primaria sabe que esta comparación es arbitraria, por que no considera el incremento de los precios en mano de obra, insumos y equipos, alimentos y medicina que se incrementaron entre 300 y 400 % en el mismo periodo.

El 2001 un jornal costaba 8 soles hoy se paga 25 soles si es que se consigue personal. El saco de guano de isla costaba 25 soles hoy cuesta 70 soles, el saco de sulfato de potasio costaba 50 soles hoy su precio es de 160 soles, por citar tres ejemplos.

Tampoco consideran un factor elemental, que es el promedio de producción, productividad y la calidad de la materia prima que sigue siendo bajo, son excepcionales los productores de mediana y alta productividad que puede llegar a los 2 mil kilos por hectárea en el caso del cacao, cuyo promedio de producción es 700 kilos/ha/año para la provincia de Tocache y 500 kilos para las provincias de Leoncio Prado y Padre Abad.

En esos errores intencionales incurren aquellos que no investigan in situ y solo se basan en cifras desfasadas y sin importancia que obtienen de una fría computadora, para luego sumar, restar y multiplicar. Así de simple. El estilo del ‘cerebrito’ funciona como anillo al dedo para determinado portal o emisoras en donde para estar presentes solo es necesario maldecir a la coca, así las referencias que proyecten linden con la arbitrariedad.

Volviendo a la emboscada, como para camuflar el golpe propinado por SL se dijo que dos senderistas fueron abatidos en Huacamayo pero esta versión según los moradores sería falsa, por que no existe ninguna evidencia y menos versión seria proveniente de la zona que corrobore tal información que inteligencia policial habría proporcionado a la prensa del ministerio del interior y de la embajada norteamericana.

Trabajador del Corah asesinado en Huacamayo. Foto La República.

“La política de prohibición de drogas empezó en EEUU en 1922, junto con el alcohol. El propósito era frenar el consumo de opio, marihuana y cocaína, lo que constituía ante todo un problema de “mal comportamiento social”, y de salud en los casos de sobredosis y adicción. Sin embargo, tal política no ha dado resultados y ha creado un problema más grave de violencia y corrupción. La prohibición del alcohol duró hasta 1933 porque fue inútil y generó violencia. La de las drogas, más sumergida en el miedo y la psicosis, continúa y se ha elevado a la categoría de guerra…

…Nixon declaró la Guerra Contra las Drogas en 1968 en momentos que se disparó el consumo y la experimentación. Como odiaba a los hippies, y quería ley y orden, aumentaron las sanciones, y Washington ‘externalizó’ el problema. Era una conspiración externa y había que “atacar las fuentes”, como si su consumo se iniciara en la oferta de coca-cocaína y marihuana de América Latina. Así fue como Estados Unidos y Colombia empezaron a fumigar las plantaciones de marihuana. Mientras tanto, el consumo de hierba bajó un tanto en los EUA, pero se convirtió en productor, al mismo tiempo que degustaba más de la cocaína, moda que empezó en Hollywood.” Francisco Durand, La República.

Van entonces 78 años de la acción represiva contra las drogas y Estados Unidos su principal mentor va de tumbo en tumbo, de fracaso en fracaso y para evitar la censura mundial y la repulsa del pueblo norteamericano tiene que pagar un ejercito de comunicadores mediáticos, para confundir a la opinión pública y de esa manera justificar los miles de millones de dólares despilfarrados.

El hecho que como contraparte de la cacareada responsabilidad compartida destinen unos cuantos millones para apoyar la producción de café, cacao y palma, productos con precios módicos en el mercado internacional y sujeta a la cotización de bolsa, que ellos no hacen absolutamente nada para mejorarlos en unos cuantos soles pensando en los beneficios del productor, significa muy poco, más aún si ahora los productores deben someterse a los caprichos del consumidor gringo con la producción orgánica sin que el esfuerzo y costo adicionales sean retribuidos con equidad y justicia.

Son los precios internacionales y el esfuerzo de los agricultores más los resultados de la represión a la coca, que la cuadrilla de empleados presentan como modelos y milagros en el campo, cuando es evidente que estos modelos y milagros solo funcionarían para los bolsillos de los diligentes del libreto convenientemente aleccionados.

“Se generalizaba la guerra, pero el problema se complicaba más. Cuando cayeron los carteles colombianos, aparecieron los “minicarteles”; entonces, las FARC y los paramilitares comenzaron a plantar coca en sus territorios (venía menos de Perú) y autorizar la fabricación de pasta y cocaína para comprar armas. Siguió el Plan Colombia con Clinton en 1999, impulsado por el general McCaffrey, ex jefe del Comando Sur, que metió al Pentágono en la Guerra contra las Drogas…

…Y llegó el efecto globo. Ante la ofensiva del Plan Colombia y la erradicación aérea, el cultivo de coca cayó en Colombia, pero volvió en el Perú en zonas nuevas (VRAE, San Gabán) y viejas (Huallaga). También en Bolivia (Chapare), donde los movimientos cocaleros lograron bloquear la erradicación y desarrollaron una contraofensiva cultural para defender la ‘coca sagrada’.” Agrega Francisco Durand, un entendido que al parecer no pasa cada fin de mes por la ventanilla USA.

¡Esto no es paz social! Se lee en miles de afiches del ministerio del interior donde se promueve el soplonaje como nueva fuente laboral. En los volantes se aprecia al jefe del Frente Policial Huallaga cargando el ataúd de un policía caído en Alto Corvina como si eso fuera una forma de expiar la culpa, junto a él la familia del malogrado agente llorando desconsoladamente. Son las tonterías que abortan los ideólogos del aparato de comunicaciones del frente antinarcoterrorista.

Para variar las dos Nancys otrora afligidas amigas, hoy enemigas íntimas, protagonizaron un duelo verbal de alto calibre en la pretensión de disputarse la complacencia de los cocaleros reprimidos por el poder que confieren las armas contra los desarmados, contra los pobres, contra los que tienen depositada sus esperanzas y vidas en su parcelita a manera de caja chica.

No sabemos si este problema durará unas décadas más o será hasta las calendas griegas y si la violencia continuará con jóvenes e inexpertos policías caídos, mientras los de alta graduación son buenísimos para las declaraciones altisonantes en la radio y televisión amigas.

Habrá que esperar para ver que pasa en los próximos años o décadas con la guerra perdida contra las drogas. ¡Por los siglos de los siglos, amén.

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