jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Quién mató a Wilder Miranda?

Wilder Miranda, en su despacho en la alcaldía de Aucayacu, durante la entrevista con Sheilla Díaz y Gustavo Gorriti, en abril 2008. (Foto: Sheilla Díaz).

Cuando lo mataron estuvo solo frente a su asesino, en la intimidad fugaz de víctima y verdugo. Pero para enterrarlo lo acompañó una multitud local. Aucayacu –quizá la capital peruana en asesinatos selectivos– despidió a su alcalde Wilder Miranda llevando el ataúd a recorrer varias obras municipales como estaciones en la ruta al cementerio.

Fue una despedida en la que se proclamó con elocuencia lo que el alcalde hizo en vida, pero nada se dijo en voz alta sobre lo que pudo haber llevado a su muerte.

¿Lo mató la facción de ‘Artemio’ de Sendero Luminoso, que pese a los fuertes golpes recibidos por la Policía, todavía supera en letalidad e intimidación a cualquier otro grupo organizado en el área de Aucayacu? ¿Fue una muerte relacionada con el narcotráfico? ¿O una disputa entre grupos de poder, que terminó con esa respuesta final a un perjuicio o una afrenta?

En reserva y con la constricción de la voz que provoca el miedo, hubo gente que adelantó por separado cada una de las tres conclusiones. Para Felipe Páucar, corresponsal de IDL-Reporteros en el Alto Huallaga, que habló con varias fuentes que se supone bien informadas durante el sepelio, la explicación más probable es que se trate de un asesinato del Sendero de Artemio.

“Un antiguo trabajador de la municipalidad reafirma la posibilidad que Sendero Luminoso sería el autor del asesinato, pues se conocía dentro del municipio que Wilder Miranda desde un tiempo se había distanciado de ‘Artemio’ y no entregaba las acostumbradas “colaboraciones” y que habría revelado a personas de su entorno que estaba preocupado porque las presiones para que cumpliera con las ‘obligaciones’ eran fuertes”, reporta Páucar.El miedo entre la gente es otro síntoma, para el corresponsal de IDL-Reporteros: “Existe como nunca antes un gran temor en ser identificados por la prensa por parte de quienes brindan informaciones sobre Wilder Miranda y las hipótesis que tienen sobre los móviles y autores de la muerte y esta especie de terror solo podría darse ante la seguridad de que alguien con poder de ejercer represalia estaba cerca y ese alguien para la zona del Alto Huallaga era Sendero Luminoso, porque no se conoce de algún grupo de narcotraficantes que pudiera infundir miedo a tal grado”.

Sin embargo, un periodista de Aucayacu, que deja saber inequívocamente que no desea ser identificado en esta ocasión, duda que haya sido ‘Artemio’ el que ordenó el asesinato. “Si hubiera querido tumbarlo, lo habría mandado hacer aquí, en Aucayacu, donde es fuerte, y no en Huánuco, donde es mucho más débil”.

A su turno, una fuente de las fuerzas de seguridad, con manejo de información precisa en la zona, cree que “el asesinato puede estar vinculado con el narcotráfico”.

En el Alto Huallaga los secretos duran poco. Como ha sucedido en casi todos los casos precedentes, lo más probable es que se llegue a conocer en poco tiempo quién mató y quién ordenó matar a Wilder Miranda. Aún así, quedarán en la oscuridad muchos hechos en la vida de un dirigente zonal y regional que caminó a través de los varios de los campos minados en la historia convulsa y sangrienta del Alto Huallaga y logró sobrevivirlos hasta, paradójicamente, la víspera del momento en que terminaba su carrera pública como alcalde de Aucayacu.

Derecha, Wilder Miranda en 2008, en entrevista que examinó el pasado sin atisbar el futuro. Izquierda, cortejo fúnebre del asesinado alcalde, en Aucayacu. (Foto izq.: Felipe Páucar. Foto der.: Sheilla Díaz).

El 20 de abril de 2008, Sheilla Díaz y Gustavo Gorriti entrevistaron a Wilder Miranda en su despacho de la alcaldía de Aucayacu. Fue una larga entrevista en la que, junto con mucha otra información valiosa, Miranda reveló sorprendentemente que él había sido el intermediario de varios mensajes cruzados entre ‘Artemio’ y el Gobierno, para negociar la eventual rendición de aquel.

Miranda refirió haber llevado mensajes de ‘Artemio’ al ministerio del Interior durante el gobierno de Toledo.

“Le pidieron [a Artemio] que entregue unas armas [como muestra de la voluntad de desmovilizarse], pero él dijo que no”, refirió Miranda. Contó también que ‘Artemio’ no pedía “libertad sino un ‘juicio justo’ a todos”. En los hechos, claro, esa petición de ‘juicio justo’ equivalía a dar el primer paso hacia una amnistía. De hecho, dijo Miranda, ‘Artemio’ pedía “amnistía para los requisitoriados y un nuevo juicio para los presos” senderistas.

En cuanto a las medidas de seguridad que debía tomar para no ser el señuelo de alguna trampa, el alcalde de Aucayacu recibió entonces una advertencia inequívoca de ‘Artemio’: “Si hay algo y no avisas, tú y tu familia ya fueron”.

Las negociaciones, como es evidente, abortaron. Miranda, según su propia declaración, quedó en una situación difícil con Artemio, que mejoró para él cuando Sendero, como dijo el alcalde, lo “investigó”.

Si algo dejó claro el alcalde Miranda en esa entrevista, fue que ‘Artemio’ mantenía fuerza y capacidad de control en la zona y que él, Miranda, alcalde de Aucayacu y todo, podía trabajar normalmente solo con el consentimiento de ‘Artemio’.

En el pasado, especialmente durante su primera gestión, Miranda refirió que Sendero “quiso hacerle varios atentados” y que se salvó de milagro por una bajada de llanta en Ramal de Aspuzana, cuando un contingente senderista lo esperaba emboscado en Río Frío.

En esa época, como remarca Felipe Páucar, (autor de “La guerra oculta en el Huallaga, Monzón y Aguaytía”, el libro de referencia sobre la guerra interna en uno de sus frentes más violentos), Miranda apoyó una petición para lograr el retorno a Aucayacu del notorio “capitán Carlos Esparza”, el comandante EP Cromwell Espinoza, pese a las numerosas denuncias por graves violaciones de los derechos humanos atribuidas a ese oficial.

El que años después Miranda fuera intermediario en las fracasadas conversaciones de paz entre el gobierno y ‘Artemio’, ilustra lo cambiantes que son las enemistades y cercanías en el Huallaga; y también sobre la adaptabilidad y audacia que tuvo Wilder Miranda, que le permitió sobrevivir y prosperar en una de las ciudades más letales del Perú.

¿Cuál era la relación de Wilder Miranda con el narcotráfico? En la entrevista de abril de 2008, hizo evidente un conocimiento en profundidad sobre la forma en que operaba el narcotráfico en el Alto Huallaga y las sustantivas diferencias con el pasado.

“Ahora no hay grandes patrones” del narcotráfico, nos dijo Miranda en la entrevista de 2008, “ahora el campesino procesa su coca”.

También nos contó sobre los cambios en la técnica de procesamiento. A diferencia de los años 80 y 90 del siglo pasado, cuando la cocaína se vendía en la etapa más primaria del proceso químico, como pasta básica de cocaína, “ahora solo se vende [pasta] lavada”. El refinamiento se había hecho mucho más simple que antes. El ‘lavado’ de la pasta básica se efectuaba “haciéndola hervir en olla… no hay otro sistema”. Y el proceso final, de convertirla en clorhidrato de cocaína se realizaba, “con mucho [horno] microondas”.

La estructura local del comercio de la cocaína había cambiado también. “Ahora hay muchas MYPES [del narcotráfico]” nos dijo entonces, “no hay grandes compradores”. Los narcotraficantes “hacen unos pocos kilos y los venden con su sello”. En el área de Aucayacu, dijo, “habrá unos 20 narcos … se juntan en grupos de ocho a diez. Se dan la mano entre ellos”.

Si el kilo de pasta básica lavada se vendía entonces (2008) en 720 dólares, el de clorhidrato llegaba a los 1,200 dólares, con una ganancia de alrededor de 500 dólares por kilo para el narcotraficante local. Cada uno de los narcotraficantes locales “mueve más o menos unos 20 kilos quincenales [de cocaína]”. Ganancia limitada al lado de las grandes fortunas del narcotráfico.

¿Había narcotraficantes de importancia en el Perú? “En Lima hay gente que tiene mucho dinero”, dijo entonces Miranda, “son los patrones que viven en Lima. Habilitan a los compradores locales… esos son los que tienen contactos con el extranjero”.

Los narcos locales grandes del pasado, ya no estaban en Tocache. “El Cholo Claudio está en Colombia … la plata grande o mediana se va a Lima… los narcos pequeños o medianos que se hacen grandes, se van a Lima”.

¿Cómo funcionaba el SL de ‘Artemio’ en ese esquema? “A los [campesinos] que acusa de informantes los saca y se queda con sus chacras … la gente se las trabaja y hace la cocaína”. Quizá teniendo en mente los flexibles criterios de propiedad de ‘Artemio’, “ahora los cocaleros fraccionan su propiedad” dijo Miranda, “acá le tienen más miedo a Sendero que a la Policía”.

El sistema de pequeñas y medianas empresas de narcotráfico no resultó ser solo el predominante en Aucayacu y el Alto Huallaga. En el VRAE resultó ser virtualmente el mismo: sistema de menor costo, fácilmente reemplazable en caso de pérdidas, con mayor flexibilidad.

¿El conocimiento puntual de Wilder Miranda sobre los modos de operación del narcotráfico, era el de un observador minucioso, o provenía de un grado de participación? Hace pocos años, un hermano del alcalde fue detenido con droga, y al momento de su muerte, Wílder Miranda estaba siendo investigado por la policía antidrogas. “Era un blanco nuestro” dice un alto mando de la Dirandro, que añade, “creo que fue asesinado por el narcotráfico”.

No hay secretos longevos en el Huallaga, donde la información, por regla, aflora pronto a la superficie. Los siempre extrovertidos y diligentes informantes revelarán pronto quiénes fueron los pistoleros y quiénes encargaron el asesinato de Wilder Miranda. A la vez, dada la naturaleza de las prioridades locales, es poco probable, que se llegue a investigar lo suficiente como para poder procesar a los autores mediatos del asesinato.

Al final, la vida intensa de Wilder Miranda se recordará quizá en tanto parábola de cómo se cruzan los caminos en la zona, y cómo en esos cruces acecha la letalidad, incluso para quienes mucho los andaron.

Tomado de:
http://idl-reporteros.pe/2010/11/08/quien-mato-a-wilder-miranda/

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