martes, 30 de junio de 2009

Coca y narcotráfico: El círculo vicioso de las drogas y las estrategias fallidas.

La erradicación de cultivos de coca ha sido una constante desde 1981, pero no hay transparencia en los informes del Corah. Foto Internet.

Cada 26 de junio, en el día internacional de las drogas, funcionarios gubernamentales y no gubernamentales más la prensa peruana aliada a la fallida estrategia antidrogas, están obligados a montar actividades ‘conmemorativas’ y a difundir profusamente en medios de comunicación supuestos logros en la lucha contra las drogas, con objetivos mediáticos y de manipulación a la opinión pública. El fin: camuflar la derrota, justificar el despilfarro presupuestal y eludir las críticas por los resultados negativos en cinco décadas.

NUEVOS BROTES DE VIOLENCIA EN EL ALTO HUALLAGA.

El reinicio de la erradicación de los cultivos de coca en el distrito de José Crespo Castillo–Aucayacu y el anuncio de la instalación de un campamento del proyecto Corah para la erradicación de los cultivos de coca en Venenillo, así como las mecidas del gobierno regional Huanuco y el gobierno nacional respecto a un denominado plan integral de desarrollo cocalero promovido por la Central Nacional de Cuencas Cocaleras – Cenacop, que preside Eduardo Ticeran un aprista que se la jugó por el gobierno de Alan García quien lo utilizó para promocionar los presuntos éxitos de su gobierno en el valle del Monzón a través del canal estatal de televisión; exasperaron los ánimos de los cocaleros que empezaron a retumbar los tambores de guerra contra el presidente regional Jorge Espinoza y el presidente García.

Doce caseríos de la margen izquierda del río Huallaga se reunieron en el caserío Yurimaguas del Bolsón Cuchara, el sábado 27 con el fin de acordar el apoyo a la huelga indefinida que desde el jueves 02 de julio iniciarán los cocaleros de José Crespo Castillo, la Morada, Aspuzana, Ciruelo entre otros caseríos, el acuerdo según el dirigente Leonardo Ocaña fue sumarse a la medida de fuerza, pero según el dirigente de la Conpaccp Serafín Andrés Lujan no se decidió el inicio de la huelga indefinida, sino realizar bajada de bases para definir la conformación de un frente único de la margen izquierda del Huallaga, con el fin de eliminar al denominado ‘Movimiento Campesino’ que estaría haciendo ‘daño’ a la unidad del movimiento cocalero.

Los satanizados cultivadores de coca del Monzón sobreviven en medio de la explotación y marginación. Foto EFE

El domingo 28 se reunieron representantes de 70 caseríos en el auditorio de la municipalidad de José Crespo Castillo dirigidos por Rosa Obregón y Leonardo Ocaña, ratificando el inicio de la huelga indefinida desde el 02 de julio lo que se dio a conocer en una nota informativa, pero se conoció que un sector considerable de la población esta en desacuerdo con la huelga con carácter indefinido y prefieren un paro de 48 horas contundente.

Según el periodista Bladimir Angulo, de radio Amistad, la semana que pasó el Corah erradicó cocales en Consuelo, Gosen y Pedregal en la región Huánuco y en César Vallejo y Ciruelo en la margen derecha del río Aspuzana en la región San Martín. El periodista que conoce de cerca la zona manifiesta que los sectores de Vallejo y Ciruelo están abandonados a su suerte y tienen en la coca su principal recurso de sobrevivencia, ante la ausencia del Estado, estos caseríos y otros fueron marginados por los gobiernos municipales de Nuevo Progreso y Tocache, al extremo que algunas de las pocas obras que existen fueron ejecutadas por la municipalidad de José Crespo Castillo, mientras la atención de la salud y otros servicios esenciales a los pobladores se hace en Aucayacu.

Desde el 01 de julio las bases cocaleras de la Asociación Saúl Guevara Díaz de Tocache inician huelga indefinida protestando contra la permanente erradicación de los cultivos de coca en los distritos de Uchiza, Shunte, Pólvora y Nuevo Progreso. Wilder Satalaya presidente del gremio manifestó que ha advertido a comerciantes y transportistas para que tomen precauciones y eviten la confrontación con lo campesinos que están cansados de la violación de sus derechos y de la marginación gubernamental pese a que en los sectores que han sufrido la erradicación de cultivos en los últimos años numerosas familias padecen de hambre y enfermedades.

El domingo 28 Eduardo Ticeran y decenas representantes de caseríos se reunieron en el valle del Monzón a la que asistieron dirigentes cocaleros de Tingo María para analizar la medida de fuerza de los cocaleros de Aucayacu y Aspuzana, pero no trascendió la posición adoptada.

El lunes 29 de junio el inactivo Frente de Defensa de los Intereses de la provincia de Leoncio Prado que preside Filomeno Cajachahua se reunió para acordar plegarse a las medidas de fuerza a nivel nacional y decidieron realizar un paro de 24 horas el 08 de julio, pero se pronunciaron sobre las medidas de fuerza de los cocaleros de Aucayacu.

La duda es si esta vez el ‘Frente’ tendrá el respaldo de sus bases que son pocas y a decir de los detractores de ‘Kiko’ Cajachahua, casi inexistentes.

EL DESARROLLO ALTERNATIVO EN EL OJO DE LA TORMENTA.

Los agricultores de las cuencas cocaleras tienen opiniones divididas respecto a los resultados del mal llamado desarrollo alternativo: los productores de coca afirman que es un fracaso, mientras unos pocos agricultores beneficiarios sostienen que en algo los ayudó. En el debate tercian quienes son o fueron los beneficiarios de los fondos de la lucha antidrogas, básicamente anticoca (ex funcionarios públicos y consultores privados) que califican como frase mágica a el ‘desarrollo alternativo es un fracaso’, tal como lo hace el ex funcionario de la Sunat Manuel Estela Benavides en un estudio para la embajada USA que forma parte de un libro de Macroconsult.

No se puede desconocer que el desarrollo alternativo tiene aportes en pocas cuencas cocaleras, pero de allí a presentarlo como exitoso hay una diferencia abismal. Foto Devida

Este ‘ilustrado defensor’ del cuestionado desarrollo alternativo contra el narcotráfico, no vacila en poner en duda la sinceridad de profesionales independientes que sobre la base de trabajos de campo y no del ‘planchado’ de la información oficial encontrada en la mágica computadora o en un ‘sistema –informático- de gestión de la información con que opera el Programa de desarrollo Alternativo Usaid”, cuestionan las actividades, resultados e impactos del PDA. Estela Benavides en su desesperada e inconsistente proyección salvadora del desarrollo alternativo como un éxito de la cooperación internacional: Usaid, Onu, Prodatu y Prodapp considera ciegos y tontos a los que observan, critican o cuestionan el desarrollo alternativo a partir de la realidad objetiva y no de la fantasía de los informes oficiales, que sesgan o deforman la realidad que sigue siendo difícil y compleja en las zonas cocaleras (salvo una que otra excepción) luego de 29 años de desarrollo alternativo.

Estela sin rubor alguno utiliza el aforismo de Baltasar Gracian: “No todos los que ven han abierto los ojos, ni todos los que ven miran” para graficar a quienes en supuesta postura interesada y en defensa del narcotráfico cuestionan a los ejecutores del PDA por los indiscutibles ineficaces resultados. En un siguiente informe analizaremos el trabajo del ex regulador de impuestos y de otros que ‘abren bien los ojos y miran desorbitados’ los enormes fajos de billetes verdes, capaz de modificar conciencias elitistas que solo tienen desprecio por los cultivadores de coca. Mientras tanto nos quedamos con el refrán: “La ignorancia es atrevida” válida para los lobos de arriba y los corderos de abajo.

LA FIESTA DE LA MENTIRA

El 19 de junio fue presentado el informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos ilícitos - SIMCI financiado y ejecutado de la Organización de las Naciones Unidas para el Delito – UNODD, el informe arroja como principal resultado una supuesta disminución de los cultivos de coca en un 18% en Colombia, mientras que en Perú y Bolivia aumentaron 4.5 y 6% respectivamente. Otro resultado controvertido es que la producción de drogas cayó de 600 a 430 toneladas en Colombia por que la producción de hojas de coca disminuyó. Bolivia subió a 113 y Perú a 302 toneladas en 2008, en estos países no se considera la disminución de la producción de hoja de coca por hectárea, a pesar de ser un problema muy serio que enfrentan los cultivadores desde 1993 por la acción virulenta del hongo Fusarium.

Los niños son los primeros en rechazar el consumo de drogas y la violencia, por eso son utilizados por quienes se ocultan de la opinión pública que los cuestiona. Foto Grupo Prensa Verde

Queda la sospecha que las cifras dadas a conocer por Onudd podrían estar maquilladas y obedecerían a métodos técnicos arbitrarios e improcedentes o a negociaciones irregulares con los gobiernos involucrados, no descartándose la digitación del gobierno norteamericano preocupado por la imagen internacional de su ‘guerra contra las drogas’.

Por eso el informe del SIMCI 2008 en opinión de varios analistas tiene aroma a fraude, con mayor descaro que los anteriores.

Continuando con lo que podría llamarse ‘la fiesta de la mentira’ por el día internacional contra las drogas, fueron presentadas las denominadas ‘coaliciones comunitarias’ un modelo estadounidense de acción contra el consumo de drogas. Se incineró cerca de una tonelada de drogas incautadas por la Dinandro en un acto de corte efectista. Finalmente, grupos de personas (mayoritariamente niños y jóvenes) pancarta o banderola en mano marcharon rechazando el consumo de drogas, se entiende lícita e ilícita.

El Día Internacional contra el abuso de drogas y el tráfico ilícito celebrada por las Naciones Unidas, es una gran oportunidad para recordar todo lo que no ha funcionado durante décadas en las políticas antidrogas. Políticas que no ha logrado disminuir significativamente la producción, tráfico y consumo de los estupefacientes, pero que ha tenido efectos colaterales nefastos: auge de la corrupción, deterioro del tejido social, y criminalización y penalización de personas y grupos, muchos de los cuales pertenecen a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, así como pequeños traficantes y consumidores de drogas que se encuentran hacinados en las cárceles del mundo.

LA COCA NUNCA MUERE Y ES COMO EL AVE FENIX

Para empezar con la cadena de desaciertos, los funcionarios antidrogas de Naciones Unidas y los neoanalistas vinculados al gobierno estadounidense insisten desde hace décadas en que la hoja de coca es un estupefaciente, por tanto su consumo es nocivo para la salud y constituye una forma de drogodependencia. Si esto fuera verdad, cientos de miles de masticadores de coca de los Andes y la selva ya habrían muerto o estarían idiotizados por sobredosis de hoja de coca. O serían adictos a la cocaína. Lo mismo pasaría con los consumidores de mate, galletas, panes, caramelos y vino de coca que hay en el mundo. La verdad, es que no se han enfermado ni se han vuelto consumidores compulsivos de cocaína.

Naciones Unidas hace oídos sordos a cualquier iniciativa por cambiar la mentalidad y la legalidad hacia la hoja de coca. Mantiene y defiende sin evidencia alguna un fallo que jamás podría sobrevivir el estándar científico actual. El mundo entero vio al presidente boliviano Evo Morales masticando hojas de coca en las sesiones de las Naciones Unidas. Entonces, nos preguntamos, habrá llegado la hora para que la comunidad internacional repare el error histórico por haber incluido en 1961 a la coca en la Lista I de Estupefacientes de la ONU. Los argumentos convincentes para ello son: la tradición, la habitual práctica de la masticación, y la extensión a otros consumos sanos e incluso terapéuticos de la coca.

La defensa del cultivo de la coca tiene sus víctimas, empezando por Tito Jaime y terminando en Diodora Espinoza, pero la lucha no sucumbe por el miedo. Último adiós a Diodora Espinoza. Foto Internet.

Mientras no se modifique el fallo emitido por la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud en los años 50, cada vez que nos tomamos un mate de coca estamos infringiendo la ley y convirtiéndonos en delincuentes. Por absurdo que parezca, con el actual régimen de fiscalización de los estupefacientes, los que consumen derivados de la hoja de coca incurren en delito, que quizá pronto sea sancionado.

Es verdad que el debate sobre la coca está en la actualidad muy politizado y se ha vuelto tema de posicionamientos ideológicos en algunos casos extremos. La hoja de coca no es igual a la cocaína, como afirman algunos agentes antidrogas, pero tampoco es cierto que sirva para solucionar el problema del hambre en el mundo, convertido en la panacea de la alimentación, como abogan los directamente vinculados al cultivo. Es innegable que la coca forme parte de las tradiciones andinas, pero también no se puede ocultar que la mayor parte del cultivo es utilizado para la elaboración de la cocaína por el narcotráfico. Esta es una verdad indiscutible que sin embargo no tiene porqué significar la satanización del cultivo, ni mucho menos la condena del consumo lícito.

No es un secreto que la forma de consumir la hoja de coca se diversifica, y ya no se limita a algunas etnias aborígenes. Hay nuevos grupos sociales en mayoría urbanos de la clase media, no sólo en Latinoamérica sino incluso en Europa y Estados Unidos, que han incluido la coca en sus hábitos de consumo. Por tanto, en vez de desaparecer, como lo pretendían las convenciones de la ONU y los planes represivos, la coca sobrevive hoy en un renacimiento vigoroso y un real redescubrimiento del mercado mundial, como el ave fénix.

La hoja de coca sin agregados químicos no afecta la salud ni el orden público. Su exclusión de las listas de estupefacientes significaría no sólo un reconocimiento a la soberanía de naciones y pueblos originarios, sino un directo beneficio económico para las comunidades involucradas en su cultivo, sin riesgos de estigmatización y de reducción a la delincuencia. A los cocaleros les queda la esperanza que la petición boliviana de despenalización del cultivo no caiga en terreno estéril.

200 MILLONES DE CONSUMIDORES DE DROGAS.

De acuerdo con el informe de Naciones Unidas del 2007, entre la población de 15 y 64 años, existen unos 200 millones de consumidores de drogas, ya sea de base natural o sintética. Si se toma la población mundial en esa escala etaria, tal cifra representa casi el 0,6%, y si se considera la población total, corresponde a un 0,38%.

El incremento del consumo de drogas en la población joven del planeta es una derrota para las estrategias antidrogas. Foto AFP

Si observamos, la "cadena de valor" que involucra la producción, procesamiento, tráfico y uso de drogas, el dato es impresionante. El caso de la evolución del precio de la cocaína resulta elocuente: tomando el valor de la hoja de coca en el Alto Huallaga, Perú, pasando por el procesamiento, luego a México para su tráfico, y llegando a Nueva York, para su consumo como cocaína, la variación del precio es, según un reciente estudio de Cornelius Grauber, del 1,532%. Esto confirma que quiénes lucran más y dónde se obtienen las mayores ganancias con el negocio de la cocaína, son las mafias del tráfico ilícito de drogas.

De allí que sugerir como lo hacen supuestos especialistas, que quienes producen coca por ser pobres son un flagelo para la sociedad y un obstáculo para el desarrollo y la competitividad, es actuar malsanamente, con un razonamiento cuestionable propio del intelectual mediocre que esconde intereses subalternos o defiende estipendios espurios.

FRACASOS EN LA LUCHA CONTRA LOS CULTIVOS ILÍCITOS

Penoso. Si analizamos la erradicación de las plantaciones con fumigaciones utilizando el temible glifosato, según datos publicados por el Departamento de Estado de EE.UU., la conclusión es penosa. En 1990 se erradicaron, en América latina, 23,080 hectáreas de coca, amapola y marihuana; en 2006, el total erradicado de esos cultivos fue de 280,694 hectáreas. En 17 años, aproximadamente 20,316 kilómetros cuadrados de cultivos fueron destruidos.

Decepcionante. Si evaluamos el proceso de desplazamiento y expansión de cultivos ilícitos, el resultado es decepcionante. En el caso de la marihuana, Estados Unidos presionó a México, a mediados de los años 70, para que llevara a cabo una política más contundente. La llamada Operación Cóndor de la época se presentó como un éxito. En esa dirección, Washington demandó una práctica similar en Jamaica. Otro triunfo fue la Operación Bucanero. A fines de los 70, Colombia se convirtió en el principal productor de marihuana. Estados Unidos comenzó a exigirle que siguiera el procedimiento aplicado por mexicanos y jamaiquinos. Así ocurrió con la Operación Fulminante. En los ochenta, la potente variedad de marihuana sin semilla se comenzó a cultivar en Estados Unidos. En 1992, Colombia, México y Jamaica produjeron un total de 9,708 toneladas de marihuana y, en 2005, México tuvo una producción de 9,800. En 2006, Estados Unidos alcanzó la cifra de 10,000 toneladas y se transformó en el primer productor mundial de marihuana.

Represiva. Respecto de la coca el proceso fue similar. Washington exigió e impuso, en los años 70 y 80, a Bolivia, Colombia y Perú una política represiva. En 1992, el total de hectáreas cultivadas entre los tres países fue de 211,700 y, en 2007, fue de 218,500. En 13 años, el total de hectáreas cultivadas de coca se incrementó en aproximadamente un 2%, por lo que se reconfiguró el área respectiva de cada nación y se elevaron los plantíos en el país que tuvo la política más coercitiva: Colombia. Con la heroína sucedió lo mismo en México, Guatemala y Colombia. En 1992, México era el mayor productor de la región con 40 toneladas. En la última parte de los años 90, creció la producción en Colombia, que llegó a 75 toneladas en 1999. En la primera década del siglo XXI, la producción parece volver a concentrarse en la parte norte de América: en 2005 llegó a 75 toneladas, repartidas entre México (71) y Guatemala (4). Algo semejante a lo vivido en la región sucedió en el plano mundial con los opiáceos. El total de toneladas de heroína en Asia llegó, en 1992, a 3,349 (815 del Sudoeste y 2,534 del Sudeste) y, en 2006, alcanzó a 6,462 (6,138 del sudoeste de Asia y 324 del Sudeste). El caso más dramático es Afganistán: en 2001-en el último año de gobierno talibán- la producción de heroína fue de 74 toneladas; en 2006 -en el quinto año de ocupación estadounidense con su ‘coalición de voluntarios’- la producción de heroína fue de 6,100 toneladas.

También ha ocurrido lo mismo con las drogas sintéticas. Las presiones de Estados Unidos sobre los productores periféricos permitieron que hoy Holanda y Bélgica se convirtieran en los mayores productores mundiales de éxtasis. La droga de mayor peligro y de consumo ascendente en el siglo XXI.

EL NARCOTRÁFICO GANA LA BATALLA Y ENCUMBRA A LA CORRUPCIÓN.

Alarmante. Si se examina el fenómeno de las drogas desde una perspectiva organizativa, el corolario es alarmante. Las tácticas aplicadas para desmantelar los conglomerados mafiosos han generado organizaciones criminales más sofisticadas, influyentes, recursivas y virulentas. La criminalidad transnacional ya no constituye una clase emergente, sino que se ha transformado, en muchos casos, en una clase dominante. Hace unos años, el asunto del narcotráfico era un hecho criminológico; hoy es una cuestión sociológica: o se coexiste, con inestabilidad y violencia, con una nueva clase social criminal, o se la asimila y domestica, como sucedió en países como Estados Unidos entre los años 20 y 50, o se la desarticula (con un activo concurso de la sociedad civil) o esa nueva clase se torna hegemónica (como está ocurriendo en el plano local, provincial y regional de muchos países). No hay muchas más opciones.

La lucha contra las mafias de la droga ha sido seriamente jaqueada por la corrupción de las autoridades y agentes antidrogas. Foto Mininter

Desafortunado. Si se estudia la militarización de la lucha contra las drogas -la participación de las fuerzas armadas en labores básicamente policiales- el producto ha sido desafortunado. El efecto de la participación militar en las acciones antinarcóticos incidió negativamente en las relaciones cívico-militares, los derechos humanos y los grados de corrupción. El papel directo y activo de las fuerzas armadas en tareas de erradicación, interdicción y persecución no significaron un avance promisorio en la dirección de eliminar, o siquiera reducir, el fenómeno de las drogas (allí esta el ejemplo nefasto del primer gobierno aprista y del fujimontesinismo de los 90 en Perú). Cada cierto tiempo, según el país de turno, se anuncian triunfos trascendentales gracias al despliegue represivo militar: al cabo de algunos años, comparando las situaciones históricas y las existentes, se puede concluir que apenas se trataba de victorias pírricas.

En ese proceso, las fuerzas armadas, como corporación, se han vuelto adeptas a la ‘guerra contra las drogas’: se nutren de recursos internos y externos, ganan influencia doméstica y reciben el consentimiento y bendición de los Estados Unidos.

Ante esta penosa realidad, cabe preguntarse: ¿se justifica seguir con la fallida ‘guerra contra las drogas’ para superar un problema que bien podría enfrentarse con otra racionalidad? Los datos mundiales muestran que la prohibición de drogas ha resultado un fracaso, ha generado inestabilidad social y violencia al asociarse con el terrorismo, entre otros males. Sin embargo, nada parece detener la cruzada prohibicionista. La dificultad para terminar con la lógica de la ‘guerra contra las drogas’ proviene de un hecho cultural: en realidad se trata de un combate cultural a un problema con características sociales, económicas y políticas. Esto lleva, a su vez, a una pregunta esencial que debe hacerse al abordar el fenómeno de las drogas: quién gana más, quién se beneficia más con la permanencia de las actuales políticas antinarcóticos y quien enarbola sus pobres resultados.

Unos conscientemente, otros por exasperación y muchos por interés o desconocimiento exigen una estrategia más punitiva. Esto es un despropósito. Lo que el país necesita es abordar y resolver los problemas estructurales que permiten que el negocio de los narcóticos prospere y se expanda. El papel del Estado en este sentido es esencial. Mientras tanto, la sociedad debe informarse más y mejor sobre el tema y procurar la generación de coaliciones internas e internacionales propias e independientes sin el estribillo adormecedor, que ayuden a repensar las costosas e ineficientes políticas vigentes.

Decía Jorge Luis Borges en El jardín de senderos que se bifurcan: "Preveo que el hombre se resignará cada día a empresas más atroces; pronto no habrá sino guerreros y bandoleros". Ese presentimiento se hace efectivo cuando el prohibicionismo se impone nacional y globalmente, contra viento y marea.

EL CONFUSIONISMO MEDIATICO

En el día contra las drogas, la cuestionada ministra del interior Mercedes Cabanillas aseguró “Hoy día asistimos a la incineración de algo más de mil kilogramos que forman parte de 3 mil 500 kilogramos de droga que se ha incautado producto del trabajo de la dirección antidrogas, se saca del mercado y de la posibilidad del consumo una cantidad importante de drogas que hubieran llegado a mucha población en el Perú y el extranjero para dañar las células y el organismo de las personas”. “Por eso, tanto quienes producen las sustancias como quienes tienen una población consumidora, deben unirse para dar una dura batalla contra el tráfico ilícito de drogas”, agregó. Horas antes en el congreso de la republica Cabanillas por salvar su cargo embarró y humilló a la Dinoes al responsabilizarles por los funestos sucesos en Bagua el 05 de junio. Y en contraste absurdo, felicitó y puso en relieve el trabajo de la Dinandro, cuyo accionar en la incautación de cocaína no llega ni al 5% de la droga producida cada año en las 13 cuencas cocaleras.

La ministra del interior ha demostrado que el cargo es superior a sus facultades y a la poca honestidad que proyecta. Foto Mininter

En horas de la tarde del mismo día unas 800 personas (85% niños y jóvenes) desfilaron por algunas calles de Tingo María en el Alto Huallaga, buscando llamar la atención sobre el fracaso de los programas para controlar el consumo de drogas, por que según un último informe de Devida la última rueda del coche del plan antidrogas, el consumo de drogas en los alumnos de secundaria se incrementó en 251% en los últimos años. Fue una pena que no participaran en la marcha autoridades o funcionarios públicos, por que a los niños y jóvenes estudiantes entusiastas de varios centros educativos se sumaron los de la escuela prepolicial de la NAS, de una denominada Coalición comunitaria de Castillo Grande, de un centro de rehabilitación para drogadictos “Nueva Vida”, de la Defensoría del Pueblo y muy pocos pobladores o empresarios. Con lo que la hipocresía de quienes dicen luchar contra las drogas desde los medios de comunicación o sus escritorios pero no sirven para asumir compromisos públicos, quedó al descubierto una vez más.

EL PRESUNTO FRAUDE DEL INFORME SIMCI – ONUDD 2008

Se sostiene que el informe SIMCI 2008 tiene aroma a fraude por lo siguiente: en el informe 2007 del SIMCI el director de ONUDD Antonio María Costa afirmó “En el año 2007 el área cultivada con coca en Colombia aumentó el 27% con respecto al año 2006 para un total de 99,000 hectáreas. Sin embargo, la cantidad de cocaína producida permaneció relativamente estable en 600 toneladas métricas (en comparación con 610 producidas en 2006) debido a una importante reducción de la productividad de los cultivos de coca. Este brusco aumento en 2007 representa un serio y preocupante retroceso de las anteriores reducciones de la cantidad de área sembrada con coca: de 166,000 hectáreas en el año 2000 a cerca de la mitad en el año 2006. Si el aumento de este año es un caso aislado o es el comienzo del regreso a mayores áreas de cultivo en este país andino, es imposible de afirmar.”

Rómulo Pizarro de Devida y Flavio Mirella de ONUDD presentando informe SIMCI, complicada tarea con tan poca transparencia. Foto ONU

El informe provocó revuelo y enorme malestar en el gobierno colombiano, que rechazó las cifras y anunció que realizaría su propia medición y para el caso convocó a una licitación internacional para contratar una consultora, que hizo el trabajo paralelo a la consultora de la Onu y se presume que ambos resultados fueron promediados para dar con cifras que no representarían la realidad colombiana, en opinión de especialistas que coinciden en que durante el 2007 y 2008 las áreas de cultivo de coca se incrementaron en Colombia por el repunte del narcotráfico y por los problemas de estafas en financieras (Las Pirámides de inversión) que afectaron a decenas de miles de agricultores y empresarios que para recuperarse se dedicaron a cultivar coca.

Múltiples evidencias indican que la Onu habría negociado con los gobiernos de Uribe y Obama para favorecer al Plan Colombia que es duramente criticado por sus pobres resultados, al extremo que el Senado Norteamericano amenazó con recortar aún más los presupuestos para los siguientes años por serias denuncias por violaciones de derechos humanos y los escasos resultados obtenidos en la reducción de la cocaína y los cultivos de coca. De igual forma la serie de herramientas técnicas y parámetros estadísticos aplicados en el monitoreo y medición del cultivo no garantizan eficiencia y menos otorgan credibilidad a las cifras expuestas. Es necesario investigar el nivel de transparencia y eficiencia del informe SIMCI que tiene un fuerte impacto mediático debido a la condescendencia de medios y un sector de la prensa condescendiente.

Con información/reconocimiento a: La nación, El tiempo, TNI, Agencias, Simci-Onudd, Devida, Usaid, Macroconsult, Expreso de Guayaquil, El País de Colombia, La Prensa de Bolivia, BBC.

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