Zimbabuenses haciendo cola para comprar comida en una tienda de Harare, 11 de abril de 2008. © AP/PA Photo
Más de seis decenios de fracasos de los gobiernos en materia de derechos humanos se han visto agravados aún más por la crisis económica mundial, que ha traído a un primer plano los problemas de la pobreza y la desigualdad, en palabras de la secretaria general de Amnistía Internacional.
"No se trata sólo de economía… Es una crisis de derechos humanos: el mundo está sentado sobre una bomba de relojería social, política y económica", ha afirmado Irene Khan, en la presentación del informe anual de la organización sobre el estado de los derechos humanos en el mundo.
Miles de millones de personas en todo el mundo están sufriendo inseguridad, injusticia e indignidad. En muchos casos, la crisis económica ha agravado aún más la situación arrastrando a la pobreza a millones de personas.
El aumento de la pobreza y la privación han dado lugar a la negación de los derechos económicos y sociales, incluida la escasez de alimentos y la utilización de los alimentos como arma política; los desalojos forzosos y los abusos contra los derechos de las personas indígenas. En su lucha por atajar la crisis económica, los máximos responsables políticos y empresariales han relegado a un segundo plano los problemas relacionados con los derechos humanos.
En 2008 hubo una subida espectacular en el precio de la necesidad más básica: la alimentación, lo que generó una pobreza aún mayor para los más pobres. La gente se echó a la calle en distintas partes del mundo y, en muchos países, fue reprimida con violencia.
En Zimbabue, más de cinco millones de personas carecían de alimentos a finales de 2008, según Naciones Unidas. El gobierno de Zimbabue ha utilizado la alimentación como arma contra la oposición política. En todo el país, opositores políticos, activistas de derechos humanos y sindicalistas fueron objeto de agresiones, secuestros, detenciones y homicidios impunes.
Cientos de activistas que protestaban contra el declive económico y social fueron detenidos y recluidos sin cargos.
En toda África, la gente se manifestó contra situaciones sociales y económicas desesperadas y contra la subida drástica del coste de la vida. Algunas manifestaciones terminaron siendo violentas, adelantándose a lo que podría venir después, y las autoridades a menudo reprimieron las protestas haciendo un uso excesivo de la fuerza.
Las tensiones sociales y las diferencias en los niveles de renta dieron pie a manifestaciones de miles de personas en toda China. En América, la protesta social por la situación económica aumentó en Perú; en Chile se registraron manifestaciones en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y la subida del coste de la vida en 2008.
En Oriente Medio y el Norte de África, la inseguridad social y económica cobró protagonismo con las huelgas y protestas que se registraron en varios países, entre ellos Egipto. En Túnez, las huelgas y protestas se reprimieron con violencia y causaron la muerte de dos personas, numerosos heridos y más de 2.000 procesamientos de presuntos organizadores, algunos de los cuales se tradujeron en penas de prisión prolongadas.
"Todo lo ocurrido en 2008 –con una crisis económica en primer plano– indica que es preciso un nuevo modelo de liderazgo por parte de los dirigentes del mundo", ha afirmado Irene Khan. “Deben tomar verdaderas medidas, basadas en los derechos humanos, para atajar la creciente pobreza y deben invertir en derechos humanos con la misma fruición con que invierten en el crecimiento de la economía."
Tomado de:
http://www.amnesty.org/es/news-and-updates/feature-stories/la-crisis-econ%C3%B3mica-revela-problemas-de-derechos-humanos-muy-graves-20090528
Más de seis decenios de fracasos de los gobiernos en materia de derechos humanos se han visto agravados aún más por la crisis económica mundial, que ha traído a un primer plano los problemas de la pobreza y la desigualdad, en palabras de la secretaria general de Amnistía Internacional.
"No se trata sólo de economía… Es una crisis de derechos humanos: el mundo está sentado sobre una bomba de relojería social, política y económica", ha afirmado Irene Khan, en la presentación del informe anual de la organización sobre el estado de los derechos humanos en el mundo.
Miles de millones de personas en todo el mundo están sufriendo inseguridad, injusticia e indignidad. En muchos casos, la crisis económica ha agravado aún más la situación arrastrando a la pobreza a millones de personas.
El aumento de la pobreza y la privación han dado lugar a la negación de los derechos económicos y sociales, incluida la escasez de alimentos y la utilización de los alimentos como arma política; los desalojos forzosos y los abusos contra los derechos de las personas indígenas. En su lucha por atajar la crisis económica, los máximos responsables políticos y empresariales han relegado a un segundo plano los problemas relacionados con los derechos humanos.
En 2008 hubo una subida espectacular en el precio de la necesidad más básica: la alimentación, lo que generó una pobreza aún mayor para los más pobres. La gente se echó a la calle en distintas partes del mundo y, en muchos países, fue reprimida con violencia.
En Zimbabue, más de cinco millones de personas carecían de alimentos a finales de 2008, según Naciones Unidas. El gobierno de Zimbabue ha utilizado la alimentación como arma contra la oposición política. En todo el país, opositores políticos, activistas de derechos humanos y sindicalistas fueron objeto de agresiones, secuestros, detenciones y homicidios impunes.
Cientos de activistas que protestaban contra el declive económico y social fueron detenidos y recluidos sin cargos.
En toda África, la gente se manifestó contra situaciones sociales y económicas desesperadas y contra la subida drástica del coste de la vida. Algunas manifestaciones terminaron siendo violentas, adelantándose a lo que podría venir después, y las autoridades a menudo reprimieron las protestas haciendo un uso excesivo de la fuerza.
Las tensiones sociales y las diferencias en los niveles de renta dieron pie a manifestaciones de miles de personas en toda China. En América, la protesta social por la situación económica aumentó en Perú; en Chile se registraron manifestaciones en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y la subida del coste de la vida en 2008.
En Oriente Medio y el Norte de África, la inseguridad social y económica cobró protagonismo con las huelgas y protestas que se registraron en varios países, entre ellos Egipto. En Túnez, las huelgas y protestas se reprimieron con violencia y causaron la muerte de dos personas, numerosos heridos y más de 2.000 procesamientos de presuntos organizadores, algunos de los cuales se tradujeron en penas de prisión prolongadas.
"Todo lo ocurrido en 2008 –con una crisis económica en primer plano– indica que es preciso un nuevo modelo de liderazgo por parte de los dirigentes del mundo", ha afirmado Irene Khan. “Deben tomar verdaderas medidas, basadas en los derechos humanos, para atajar la creciente pobreza y deben invertir en derechos humanos con la misma fruición con que invierten en el crecimiento de la economía."
Tomado de:
http://www.amnesty.org/es/news-and-updates/feature-stories/la-crisis-econ%C3%B3mica-revela-problemas-de-derechos-humanos-muy-graves-20090528
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