sábado, 18 de octubre de 2008

Guerra Desatada

Emboscada senderista en Tayacaja remece ofensiva de las Fuerzas Armadas en el VRAE.

Dramático rescate de los soldados caídos en la peor emboscada de los últimos años.

Sábado 10. 7:30 am. Sobre el piso arcilloso de la pequeña iglesia del distrito de Tintaypunco, en la provincia de Tayacaja, Huancavelica, yacen trece cadáveres cubiertos por bolsas verdes. La escena es tétrica y dolorosa.

Afuera, un numeroso grupo de campesinos aguarda en silencio la llegada del fiscal huancaíno Juan Pacheco Gallupe, designado para investigar la emboscada senderista más sangrienta de la última década.

Dos días antes, el panorama era otro. El jueves 24, Lima amaneció sacudida por el escándalo de las coimas en Perupetro, pero en Tintaypunco los pobladores se preparaban para celebrar el aniversario del pueblo.

A las 9 de la mañana se efectuó el izamiento del pabellón en la plaza de armas, a la que acudieron autoridades, delegaciones estudiantiles y 28 soldados de la Base Contrasubversiva de Cochabamba Grande, ubicada a 15 kilómetros de Tintaypunco. Por la noche habría un colorido baile.

El teniente EP Visa Nina Vaxber, de 30 años, pidió a la alcaldesa Nelfa Común Gavilán una movilidad para que los soldados, en su mayoría muchachos del servicio militar voluntario, retornaran al cuartel de Cochabamba Grande. Se les proporcionó un camión de placa HP-8785.

Abordaron el vehículo 28 soldados y cinco civiles. El teniente Visa informó al jefe de la 31 Brigada de Infantería de Huancayo, general EP Luis Flores Cornejo, de la partida en el camión, y refiere que éste le dijo: “Proceda”. No se tomó en cuenta los informes de inteligencia que advertían de la presencia de senderistas en la ruta Tintaypunco-Cochabamba.

A eso de las 6 pm., cuando el camión atravesaba la ‘Curva Sajona’, explotó una mina con 15 kilos de dinamita que lo hizo volar en pedazos.

Seis soldados cayeron inconscientes y con las extremidades destrozadas dentro de la carrocería, mientras que otros seis quedaron tendidos en la vía.

De pronto, desde lo alto de los cerros, se oyeron gritos seguidos del traqueteo de ametralladoras. Cuatro terroristas aparecieron de entre los matorrales para rematar a los heridos. Un testigo narró que el chofer Ulises Pichardo, con la pierna derecha destrozada, rogó por su vida: los criminales le dispararon dos tiros en la cabeza.

Murieron 12 soldados y dos civiles.

Otros 14 uniformados y tres civiles salvaron su vida. Entre éstos figuran el teniente Visa, el sargento José Ischpa (22), quien se enfrentó a los atacantes, así como la campesina Jenny Rojas (19) y su hijo de cuatro años.

Ellos aseguraron a CARETAS que los asesinos se apoderaron de 18 armas de largo alcance y se marcharon dando vivas a la lucha armada.

La Ofensiva

El brutal ataque de Tayacaja recordó otro incidente ocurrido el 2 de octubre de 1999, cuando una columna senderista emboscó a un grupo de militares, dirigido por el general EP Eduardo Fournier, en Anapati, Valle de los Ríos Apurímac Ene (VRAE). Fournier, a nombre del SIN, pretendía negociar la entrega de una columna subversiva al mando de ‘Dalton’.

El entonces detenido Jorge Quispe Palomino, ‘camarada Raúl’, fungió de guía del grupo de oficiales que se desplazaron en un helicóptero Mi-17 hasta Anapati. Cuando la aeronave aterrizó, voló la pista que los senderistas habían acondicionado. Murieron cuatro oficiales y ‘Raúl’ se reincorporó a órdenes de su hermano, Víctor Quispe Palomino, ‘camarada José’, con quien precisamente había estado coordinando la ‘rendición’ subversiva.

Ahora, el Ejército sostiene que es el mismo ‘Raúl’ quien dirigió la emboscada de Tayacaja. Lo extraordinario es que ésta pudo evitarse.

Geográficamente, Tacayaja no pertenece al VRAE, pero sí está en el ámbito de la zona declarada en emergencia. Es considerada una de las principales ‘rutas de tránsito’ de senderistas y narcotraficantes.

Según fuentes policiales, la ofensiva militar que arrancó hace un mes en Vizcatán (CARETAS 2046) obligó a los senderistas a moverse a Tacayaja. Desde allí pueden escapar a Huancayo o a la Selva Central.

En los 170 kilómetros que separan Huancayo de Tintaypunco no hay casetas policiales. Se ha reportado más de 20 asaltos a mano armada.

El 14 de noviembre del 2007, entre los distritos de Surcubamba y Huachocolpa, en Tayacaja, cuatro policías murieron y uno resultó herido en una idéntica emboscada senderista. El procedimiento fue el mismo: los terroristas minaron la vía y atacaron a los policías cuando retornaban de Tintaypuncu, a donde acudieron por una diligencia judicial.

“Pienso que es una terrible irresponsabilidad el haber permitido que un contingente militar viaje en un camión en una zona donde se han presentado tantos ataques”, opinó Rubén Vargas, de InfoRegión y añadió: “Cuando se implementó el plan VRAE (en el 2007), se destinó 154 millones de soles para el componente militar. Si contaban con esa partida, qué necesidad tenían de transportarse en un camión. Es una negligencia”.

El general Flores Cornejo alegó que el atentado “ha sido algo fuera de lo común y ha escapado a las medidas de prevención”. Sostuvo también que ordenó al teniente Visa que la patrulla regresara a pie, pero éste lo desobedeció. Inspectoría del Ejército ha emprendido una investigación.

Voceros militares anunciaron que, en los próximos días, se enviarán nuevas patrullas en busca de los asesinos. Pero el ataque ha significado un duro revés a las operaciones militares desplegadas por el Comando Conjunto en Vizcatán. Si bien es cierto que los terroristas dominan el terreno, para algunos observadores es simplemente inexplicable que 1,000 soldados no puedan atrapar aún a menos de 350 senderistas.

El nuevo titular del Ministerio de Defensa, en caso de que Antero Flores Aráoz no sea ratificado, deberá evaluar la situación con calma.

Las fuerzas del orden sostienen haber ‘rescatado’ Vizcatán y abatido a cinco senderistas a punta de operaciones aéreas con helicópteros MI-17.

Pero no vendría mal echarle un vistazo a lo que ocurre en el Huallaga, donde –priorizando la inteligencia y con un singular perfil bajo– un grupo de policías experimentados ha cazado a los principales mandos de SL y estaría a punto de capturar al mítico camarada ‘Artemio’.

Tomado de:

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