"San Martín es una región que dentro de poco tiempo no tendrá coca", declaró muy seguro Rómulo Pizarro, director de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) durante la ceremonia del miércoles con la que se inició un programa destinado a promover el desarrollo integral del distrito de Uchiza, en el departamento de San Martín.Uchiza y otros poblados del Alto y Bajo Huallaga pasaron a convertirse en bastiones del terrorismo y narcotráfico en los años 80 y parte de los 90. Los planes del Estado para recuperar estas zonas fracasaron totalmente.
Los programas de inspiración estadounidense, tales como la sustitución de cultivos a cargo del Proyecto Especial Alto Huallaga (PEAH) , el programa de Control y Reducción del cultivo de la Coca en el Alto Huallaga (CORAH), además del financiamiento a la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (UMOPAR), un aparato policial especializado, no pudieron detener el avance incontenible de los cultivos de coca que sumaban, a finales de los ochenta, casi 200 mil hectáreas.
La presencia de Sendero Luminoso y su alianza tácita con los grupos de narcotraficantes instalados en la ciudad de Uchiza y Paraíso fue otro elemento que incrementó la espiral de violencia.A mediados de los noventa, la bonanza económica de la droga se desplazó a otros puntos, principalmente por acción del hongo Fusarium sobre los cocales y la destrucción del puente aéreo entre Colombia y Perú.
Los poblados rurales de las localidades de Uchiza y Paraíso quedaron en total pobreza. El 71 por ciento de la población está por debajo de esa línea, y el retorno a una actividad ilícita es siempre latente, según afirman pobladores de Uchiza. Otros, como el embajador de los Estados Unidos, Michael McKinley, quien visitó las tierras de algunos campesinos que se han propuesto abandonar los cocales por otros productos, consideran que tal situación no se repetirá en esa zona de la selva peruana.
"Vemos en la región San Martín quizás por primera vez a pobladores que han apostado por cambiar la coca por otras actividades lícitas", dijo al diario La República el embajador estadounidense.
"Hubo intentos por cambiar la situación de esta zona, pero no en la misma forma como se da actualmente. Ahora es una combinación de varios elementos: el cumplimiento de las leyes, éxitos en la lucha contra los grupos de narcotraficantes. Esto es muy alentador", agregó optimista.
Es la tercera visita cumplida por el funcionario estadounidense a la selva desde el inicio de sus actividades diplomáticas en el país, en agosto del 2007. "Hemos firmado convenios con 14 comunidades. Hay otras dispuestas a apostar por un futuro diferente", refiere sin olvidar que aún es prematuro hablar de una guerra ganada al narcotráfico.
"La guerra contra las drogas tiene 30 o 40 años en su fase moderna. Declarar victoria es peligroso. La lucha antinarcóticos no debe detenerse", indicó.
El embajador estadounidense Michael Mckinley y el director de Devida estuvieron acompañados por el representante de las Naciones Unidas, Flavio Mirella, y por los alcaldes de Tocache y Uchiza.
McKinley y otros funcionarios coincidieron en que no se puede permitir que los narcotraficantes retomen esta zona. "Usando esta estrategia de desarrollo se puede avanzar en otras regiones del país", indicó Segundo Núñez Alcalde, alcalde de Uchiza.
Por su parte, el embajador de los Estados Unidos admitió finalmente que los proyectos de desarrollo deben ir acompañados por las acciones de interdicción. "Las acciones de las fuerzas de seguridad son imprescindibles. Eso es parte de la lucha contra el narcotráfico, y en eso se ve que hay un esfuerzo del Estado", afirmó.
CLAVES
Ayuda USA. El PDA es un nuevo programa de Devida y el gobierno norteamericano a través de USAID iniciado en el 2002.
Alcances. Se prevé la siembra inmediata de cientos de hectáreas de cacao y de café así como la mejora de la actividad ganadera en Uchiza y Paraíso.
Aún en cero. En los últimos 28 años, esta zona ha sido objeto sin éxito de proyectos financiados por el gobierno norteamericano.
‘‘Compromiso en la lucha antidrogas se mantendrá’’¿El modelo del PDA es exportable en su opinión?
Hay que adaptar los programas a las condiciones locales. Cada región y cada país pueden ser muy diferentes. No siempre coinciden los mismos factores positivos como está ocurriendo en el departamento de San Martín.
¿El apoyo europeo no contradice el enfoque antidrogas propuesto por los Estados Unidos?
Hay diferencias en el énfasis. Ellos se enfocan en ciertos problemas y nosotros en otros, pero eso no significa que no trabajemos con nuestros socios europeos por un objetivo común. Además, creo que toda asistencia adicional es siempre importante.
¿Su gobierno ve aún a Sendero Luminoso como una amenaza?
Obviamente, el narcoterrorismo es una gran preocupación y el incremento de las acciones senderistas lo es. Estamos confiados en que el gobierno hace todo lo posible por enfrentar esta amenaza.
¿Piensa usted que la nueva administración estadounidense modificaría sustancialmente la agenda antidrogas con el Perú?
Históricamente, la estrategia estadounidense en América Latina ha sido bastante similar en el tema antinarcóticos. Su compromiso en la lucha contra el narcotráfico ha estado siempre presente en las dos últimas administraciones, así que anticipo que se mantendrá igual cuando asuma el cargo el próximo presidente.
Por Miguel Gutiérrez R.
Enviado especial a Uchiza
Imágenes: 1) Nueva Esperanza. Algunos pobladores de la zona han empezado a beneficiarse de estos programas de desarrollo. 2) Atentos. Agentes norteamericanos vigilaron la comitiva del embajador. 3) Embajador de EEUU Michael Mckinley.
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