Gaviria se ratifica en necesidad de descriminalizar la marihuana
El ex presidente colombiano César Gaviria ratificó ayer en Asunción que se debe descriminalizar la marihuana como primer paso para avanzar hacia soluciones factibles en el problema de la droga. Señaló que Naciones Unidas hace “promesas tontas” a base de metas ilusorias de reducción y que insiste tercamente en su fracasada política prohibicionista por presión de Estados Unidos. Dijo que América Latina no le tiene que pedir permiso a la ONU para desarrollar su propio modelo.
César Gaviria, ex presidente de Colombia y ex secretario general de la OEA, se dirige a los delegados de la SIP durante un almuerzo en el Bar Social del Yacht y Golf Club.
César Gaviria dio una charla sobre “Estrategia en la guerra contra las drogas” durante un almuerzo de la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa, que congrega en nuestra capital a unos 300 delegados de medios de comunicación de todo el continente.
Gaviria lidera, junto con los también ex presidentes del Brasil, Fernando Henrique Cardoso, y de México, Ernesto Zedillo, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que propugna un nuevo paradigma en el abordaje de este problema, partiendo del reconocimiento de la ineficacia de lo intentado hasta ahora.
Como primer paso, la Comisión propone la descriminalización de la marihuana, lo cual implicaría de por sí abarcar buena parte de la problemática, ya que de los 200 millones de consumidores habituales de drogas ilícitas que se estima hay en el mundo, 160 millones (80 por ciento) son usuarios regulares de cannabis.
Gaviria explicó que “descriminalización” es más que “despenalización”. No se trata de no aplicar penas, sino de sacar definitivamente al consumidor del ámbito criminal y transformar a los compradores del mercado ilegal en pacientes de los sistemas de salud.
Las “promesas tontas” de las que habló hacen alusión a la declaración política de la sesión de la Comisión de Drogas Narcóticas de la ONU que acaba de realizarse en Viena, Austria, en la que se revalidó la política prohibicionista y se fijó como objetivo la eliminación de la disponibilidad de drogas ilícitas para 2019, exactamente de la misma forma como hace diez años se prometió “un mundo sin drogas para 2008”, con los resultados conocidos.
El hecho de que estas y otras duras críticas que lanzó a la ONU provengan nada menos que de un ex secretario general de la Organización de Estados Americanos, otra gran protagonista del sistema multilateral, les agregan un condimento especial.
El ex presidente fue categórico al señalar que el problema de las drogas no ha dejado de agravarse, pese a las “cifras hipotéticas” que manejan algunas instituciones como la misma ONU, que indican que el consumo se ha estabilizado.
La verdad es que se tienen evidencias completamente documentadas, dijo Gaviria, de que la producción ha crecido fuertemente y los sistemas de distribución se han sofisticado, como lo prueba el hecho de la caída relativa de los precios en los principales mercados (cuando el objetivo de la prohibición era justamente el contrario) y la popularización de las drogas sintéticas.
Paralelamente, ha crecido también la violencia asociada al tráfico y el consumo en el mercado negro, algo particularmente grave en América Latina. Nuestra región es, por lejos, la mayor proveedora mundial de cocaína y marihuana y es, a la vez, el lugar del mundo con mayor tasa de homicidios y crímenes violentos.
Gaviria aclaró, no obstante, que en Colombia la “guerra a las drogas” apoyada por Estados Unidos ha tenido efectos positivos en términos de desmantelamiento de los cárteles, reducción de la criminalidad, caída significativa del número de secuestros (de 3.500 a 500 por año), y fortalecimiento de los sistemas de seguridad e inteligencia. Sin embargo, dijo que existen claros indicadores de que en Colombia se produce ahora más cocaína que antes y que los cárteles, si bien ya no están en el país, simplemente se trasladaron principalmente a México, donde están causando estragos.
Sostiene que la guerra a la mafia debe continuar, con la militarización si es necesaria, pero que esa lucha es independiente del tratamiento del problema de las drogas como fenómeno social y económico.
Para avanzar en este campo se necesita que se reduzca el mercado consumidor, lo que solamente se puede lograr con campañas efectivas de concientización, tal como se ha venido haciendo con bastante éxito con el tabaco. Sin embargo, Estados Unidos, por ejemplo, que gasta 450.000 dólares en cada persona presa por drogas, ha sido sumamente ineficiente en concientizar para reducir su consumo interno.
En cuanto a la descriminalización, la dificultad principal es que Estados Unidos no admite siquiera la apertura de un debate interno y bloquea cualquier intento de buscar métodos alternativos en el contexto internacional, curiosamente coaligado en este sentido con estados tan disímiles como Cuba, Irán, Rusia, Colombia y el Vaticano.
Tomado de:
http://www.abc.com.py/2009-03-15/articulos/504060/gaviria-se-ratifica-en-necesidad-de-descriminalizar-la-marihuana
El ex presidente colombiano César Gaviria ratificó ayer en Asunción que se debe descriminalizar la marihuana como primer paso para avanzar hacia soluciones factibles en el problema de la droga. Señaló que Naciones Unidas hace “promesas tontas” a base de metas ilusorias de reducción y que insiste tercamente en su fracasada política prohibicionista por presión de Estados Unidos. Dijo que América Latina no le tiene que pedir permiso a la ONU para desarrollar su propio modelo.
César Gaviria, ex presidente de Colombia y ex secretario general de la OEA, se dirige a los delegados de la SIP durante un almuerzo en el Bar Social del Yacht y Golf Club.César Gaviria dio una charla sobre “Estrategia en la guerra contra las drogas” durante un almuerzo de la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa, que congrega en nuestra capital a unos 300 delegados de medios de comunicación de todo el continente.
Gaviria lidera, junto con los también ex presidentes del Brasil, Fernando Henrique Cardoso, y de México, Ernesto Zedillo, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que propugna un nuevo paradigma en el abordaje de este problema, partiendo del reconocimiento de la ineficacia de lo intentado hasta ahora.
Como primer paso, la Comisión propone la descriminalización de la marihuana, lo cual implicaría de por sí abarcar buena parte de la problemática, ya que de los 200 millones de consumidores habituales de drogas ilícitas que se estima hay en el mundo, 160 millones (80 por ciento) son usuarios regulares de cannabis.
Gaviria explicó que “descriminalización” es más que “despenalización”. No se trata de no aplicar penas, sino de sacar definitivamente al consumidor del ámbito criminal y transformar a los compradores del mercado ilegal en pacientes de los sistemas de salud.
Las “promesas tontas” de las que habló hacen alusión a la declaración política de la sesión de la Comisión de Drogas Narcóticas de la ONU que acaba de realizarse en Viena, Austria, en la que se revalidó la política prohibicionista y se fijó como objetivo la eliminación de la disponibilidad de drogas ilícitas para 2019, exactamente de la misma forma como hace diez años se prometió “un mundo sin drogas para 2008”, con los resultados conocidos.
El hecho de que estas y otras duras críticas que lanzó a la ONU provengan nada menos que de un ex secretario general de la Organización de Estados Americanos, otra gran protagonista del sistema multilateral, les agregan un condimento especial.
El ex presidente fue categórico al señalar que el problema de las drogas no ha dejado de agravarse, pese a las “cifras hipotéticas” que manejan algunas instituciones como la misma ONU, que indican que el consumo se ha estabilizado.
La verdad es que se tienen evidencias completamente documentadas, dijo Gaviria, de que la producción ha crecido fuertemente y los sistemas de distribución se han sofisticado, como lo prueba el hecho de la caída relativa de los precios en los principales mercados (cuando el objetivo de la prohibición era justamente el contrario) y la popularización de las drogas sintéticas.
Paralelamente, ha crecido también la violencia asociada al tráfico y el consumo en el mercado negro, algo particularmente grave en América Latina. Nuestra región es, por lejos, la mayor proveedora mundial de cocaína y marihuana y es, a la vez, el lugar del mundo con mayor tasa de homicidios y crímenes violentos.
Gaviria aclaró, no obstante, que en Colombia la “guerra a las drogas” apoyada por Estados Unidos ha tenido efectos positivos en términos de desmantelamiento de los cárteles, reducción de la criminalidad, caída significativa del número de secuestros (de 3.500 a 500 por año), y fortalecimiento de los sistemas de seguridad e inteligencia. Sin embargo, dijo que existen claros indicadores de que en Colombia se produce ahora más cocaína que antes y que los cárteles, si bien ya no están en el país, simplemente se trasladaron principalmente a México, donde están causando estragos.
Sostiene que la guerra a la mafia debe continuar, con la militarización si es necesaria, pero que esa lucha es independiente del tratamiento del problema de las drogas como fenómeno social y económico.
Para avanzar en este campo se necesita que se reduzca el mercado consumidor, lo que solamente se puede lograr con campañas efectivas de concientización, tal como se ha venido haciendo con bastante éxito con el tabaco. Sin embargo, Estados Unidos, por ejemplo, que gasta 450.000 dólares en cada persona presa por drogas, ha sido sumamente ineficiente en concientizar para reducir su consumo interno.
En cuanto a la descriminalización, la dificultad principal es que Estados Unidos no admite siquiera la apertura de un debate interno y bloquea cualquier intento de buscar métodos alternativos en el contexto internacional, curiosamente coaligado en este sentido con estados tan disímiles como Cuba, Irán, Rusia, Colombia y el Vaticano.
Tomado de:
http://www.abc.com.py/2009-03-15/articulos/504060/gaviria-se-ratifica-en-necesidad-de-descriminalizar-la-marihuana
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