jueves, 12 de marzo de 2009

Violencia mexicana se riega por Centroamérica y E.U.

YA LOS MEXICANOS no son los únicos que temen y enfrentan la violencia de los carteles de la droga de su país. Estados Unidos, Honduras, Guatemala y El Salvador empiezan a sentir, cada vez más, su incómoda presencia.

Archivo
En el 2006 el presidente de México, Felipe Calderón, le declaró la guerra al narcotráfico. Desde entonces se han tomado diferentes medidas, la última de ellas reforzar la seguridad en Ciudad Juárez. Para Juan David Escobar, analista de Eafit, los carteles mexicanos se están trasladando para huir de la persecución.

Que la violencia en México está desbordada, que el año pasado se registraron más de seis mil asesinatos relacionados con el crimen organizado y este año van más de mil, que el Gobierno reforzó la seguridad en Ciudad Juárez donde se hicieron usuales las muertes masivas y decapitaciones... todo se escucha a gritos, mientras sigilosamente los carteles del narcotráfico mexicano esparcen su veneno en países fronterizos.

No solo Estados Unidos teme la infiltración de fuerzas ilegales en su territorio. Guatemala, Honduras y El Salvador comienzan a atar cabos y a descubrir su vulnerabilidad para ser utilizados como sede del narcotráfico mexicano.

Maureen Meyer, coordinadora del programa de México y Centroamérica de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), contó a EL COLOMBIANO que en los últimos años E.U. ha observado dos situaciones: ataques de organizaciones de droga mexicanas a sus rivales estadounidenses, principalmente en estados fronterizos como Texas, y casos aislados de confrontaciones entre estas bandas y la fuerza pública en ciudades como Phoenix, Arizona.

No solo eso. Según Meyer, simultáneamente estos carteles quieren aumentar su influencia y control en Guatemala, porque Centroamérica se está volviendo una ruta predominante y codiciada para el tráfico de drogas.

Paso a Centroamérica
Y de la mira de los criminales ni el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, se salva.

Por lo menos así lo ve la Policía Nacional Civil del país, que la semana pasada anunció que el Presidente había recibido una amenaza de muerte al parecer de Los Zetas, brazo armado del cartel del narcotráfico mexicano del Golfo.

Tal vez en represalia por los operativos de Colom contra los traficantes de droga, que en las últimas semanas condujeron a la captura de 10 presuntos miembros de Los Zetas.

Para Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico de Eafit, la lucha frontal que le declaró el presidente mexicano, Felipe Calderón, a los carteles está surtiendo efecto, o por lo menos se las está poniendo más difícil, y por eso buscan rutas y territorios alternativos donde puedan seguir con su negocio sin tantos obstáculos y puedan huir de la persecución.

"Por eso pasan a Guatemala, un país muy pobre con capacidades institucionales muy débiles", afirmó Escobar.

En el caso de Honduras, Naciones Unidas afirmó que en el 2008 subieron un 25 por ciento los homicidios en el país -se registraron 4.473 en total-, por la presencia de los carteles de droga colombianos y mexicanos, estos últimos haciendo una aparición cada vez más constante en el territorio.

Los carteles del Golfo y Sinaloa también se están sintiendo, aunque en menor medida, en El Salvador.

Esto agravado por el gran poder que tienen estos carteles y que hace que sea difícil expulsarlos, como lo explicó Larry Birns, director del Consejo para Asuntos Hemisféricos, al ser una industria de billones de dólares al año, todo lo pueden comprar: jueces, militares y fuerzas policiales.
Vía panamericana de criminales

Mauricio de Vengoechea, consultor político de Newlink Research, cree que lo que está sucediendo en Centroamérica si bien tiene que ver con México no es una exportación del sicariato del país.

Para él, Centroamérica tiene su propia violencia surgida a partir de las maras, las pandillas organizadas de migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras expulsados en su mayoría de E.U.

"Son las misma bandas de 'maremos' que se han venido convirtiendo en los ejércitos que cuidan a los narcotraficantes", afirmó Vengoechea.

Esto es lo que Escobar llama "una especie de carretera panamericana de los grupos criminales", que se dio por el desarrollo que tuvieron las maras y que va desde más allá de Costa Rica hasta Los Ángeles o más arriba.

Mientras continúa la lucha interna en México entre narcotraficantes y el Gobierno que trata a toda costa de repeler sus actos violentos, Centroamérica empieza a añadir a sus propios problemas los conflictos generados por el desplazamiento de estos criminales y su negocio.

Lo peor es que, según Escobar, para estos países tan débiles es muy difícil combatir estos grupos tan poderosos.

"El esfuerzo más grande debe ser hecho en inteligencia interregional, como el Plan Mérida, que trata de poner una sola plataforma, un solo escenario de coordinación", concluyó Escobar.

Tomado de:
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/V/violencia_mexicana_se_riega_por_centroamerica_y_eu/violencia_mexicana_se_riega_por_centroamerica_y_eu.asp?CodSeccion=9

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