Terroristas o modelos para la paz

Ex FARC Raúl Medina, alias Olivo Sandoval y Elda Mosquera, alias Karina, de sanguinarios guerrilleros han sido convertidos por un acto cuestionable como consejeros para la paz. El gobierno del presidente Álvaro Uribe recibe duros cuestionamientos por esta decisión. Una situación similar se vivió en el Perú durante el fujimorato cuando subversivos asesinos se convirtieron en delatores para seguir matando pero bajo el manto oficial. Raúl Agudelo Medina, alias Olivo Saldaña, se desmovilizó de las Farc en el Tolima. Elda Neyis Mosquera García, alias Karina, se desmovilizó de las Farc en Caldas. Fotos Colprensa y AFP.

Dos ex guerrilleros de las Farc (uno de los cuales proclama sospechosamente su pertenencia a ese grupo), son ahora ‘gestores de paz’ por voluntad del dios Gobierno, aunque tienen un récord delictivo que mide más kilómetros que el área geográfica de Colombia. Alias Karina ha sido elegida difusora de convivencia. Ella, que aterrorizó con su banda durante 20 años a los campesinos de Córdoba, Antioquia, Caldas y Chocó, nos enseñará a los ciudadanos que jamás hemos transgredido las normas, las materias ciudadanas de tolerancia, transparencia y cumplimiento de la ley. Hasta hace pocos días, esta ‘maestra’ tenía encima una condena de 33 años por la matanza de quince personas y seis procesos judiciales más por ordenar la ejecución –y ejecutar ella misma– de asesinatos, masacres y desplazamientos.

Enterado de esta impúdica decisión del Ejecutivo, el defensor de una pareja a la que ‘Karina’ y sus delincuentes les quitaron su pequeña parcela, relató que su cliente fue herido varias veces con las balas que ella le propinó, por portar un carné de reservista de la Policía. Vive de milagro, porque la guerrillera no se dio cuenta de que todavía la víctima respiraba o, sino, la hubiera rematado sin compasión como era corriente en ella, según cuentan los que la conocieron. La esposa del sobreviviente, ahora pobre de solemnidad, pide limosna en las calles de una ciudad, no sólo porque tiene temor de regresar a su terruño, sino porque está imposibilitada para trabajar. Quedó semi inválida por el destrozo que provocó otra bala de ‘Karina’ en una de sus rodillas. Este ‘angelito’ es el que se entregó atraído, no por el arrepentimiento, sino por la amistad con alias Rojas, el que le cortó la mano a su jefe ‘Iván Ríos’, para traérsela –aún chorreando sangre – al Ejército, a cambio de mil millones de pesos.

El otro gestor premiado por la Presidencia con suspensión de todos sus juicios, y de ñapa con libertad inmediata, –tal como ocurrirá con ‘Karina’- es un tal ‘Olivo Saldaña’, que aparece en las noticias cada vez que la administración Uribe necesita incrementar las estadísticas del plan de sometimiento de guerrilleros. ‘Saldaña’ es el tipo que le hizo pasar el oso más grande al Gobierno, a comienzos del 2006, cuando con bombos y platillos anunció que se desmovilizaban 70 integrantes de las Farc y que entregaban una avioneta de ese grupo.

Después se supo que un buen número de los presuntos insurgentes nunca había pertenecido a las filas subversivas y que la avioneta estaba oxidándose en un aeropuerto desde el 2004, cuando había sido incautada. No queda ninguna duda, eso sí, de que ‘Saldaña’ es un delincuente, porque fue condenado a 60 años de prisión por asesinato, secuestro y pertenencia a una banda común.

Sin embargo, desde cuando tomó cursos de teatro del absurdo, para beneficiarse con reducción de penas –y miren cómo va: ya no estará ni un día más en la cárcel–, ha tenido éxito rotundo. Ahora es un pacificador que nos dará lecciones de buen comportamiento a quienes no hemos roto un plato. ‘Karina’ y ‘Saldaña’ son modelos de esta nueva sociedad: aterrorizan, no confiesan, no piden perdón, no reparan. Pero consiguen sus fines, aunque para lograrlo se paren sobre el cadáver de la mamá.

Tomado de:
http://www.elpais.com.co/historico/mar072009/OPN/opi1.html