Que ha cambiado del Perú de 1821; los neo analistas, los empresarios beneficiarios de la política económica reconocen logros en los gobierno de turno desde esa fecha, pero la mayoría de peruanos aún se debate en la angustiante pobreza y extrema pobreza, con el agravante que las políticas internacionales de subsidios a la agricultura y producción de biocombustibles han encarecido el precio de los alimentos, al extremo de hacerlos inalcanzables para las familias campesinas o las que sobreviven en los anillos de la miseria de las ciudades con 2 ó 3 soles al día. Centenas de hogares subsisten gracias a programas sociales que en la práctica son pequeños óvolos a cambio de trabajo temporal, mal calificado como “puestos de trabajo”.
Comparado con el desastre del gobierno aprista de 1985-90, se acepta que los primeros dos años de gobierno del presidente Alan García ha tenido aspectos positivos, pero igual sucedió en su primer gobierno, para acabar devorado por la inflación, la corrupción y la violación de derechos humanos, jaqueado por el auge del terrorismo, al que primero concedió ventajas para luego intentar aplastarlo, fracasando en el objetivo.
En materia de política externa, los analistas consideran que un aspecto positivo fue la decisión de llevar a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el problema limítrofe con Chile, en lo interno, fue la transferencia de fondos a los gobiernos regionales y municipales para la ejecución de obras. El haber reaccionado a los reclamos de las organizaciones respecto a los programas sociales y que haya intentado avanzar en la reforma de la educación, pese a los cuestionamientos a la evaluación de los docentes, plagado de irregularidades, constituyen aciertos.
Los empresarios bailan en un pie, por que el gobierno ha hecho lo imposible para mantener la política económica y la promoción de las inversiones iniciada a un costo social muy alto por sus antecesores Fujimori y Toledo, ellos afirman que esa es la única forma aumentar el empleo, pero la realidad es que cada vez hay menos empleo formal y son centenas de miles los jóvenes y adultos que salen de las universidades y no encuentran trabajo o son sometidos a la explotación inhumana.
La obtención de grados de inversión puede constituirse en otro logro por que emite un mensaje a nivel internacional que somos un país cumplidor de compromisos, pagador por adelantado de nuestras ilegitimas deudas y respetuoso de la estabilidad jurídica, aunque internamente la situación en amplios sectores como se dice, es para llorar. La promoción del mercado ha caracterizado al gobierno pero ha fortalecido la especulación, el abuso y la usura. Haber concluido las negociaciones del TLC, como la ampliación del ATPDEA que benefició a muy pocos y no obstante ser conciente que perjudicará a muchos, en especial a los medianos y pequeños agricultores, es considerado positivo para los empresarios que ven crecer sus fortunas exponencialmente.
En contraposición, las reformas profundas brillan por su ausencia, pese a que serán puntales en la estrategia de apoyo a los sectores más necesitados o menos favorecidos por el crecimiento macroeconómico, por ejemplo se ha estimado como muy urgente la ley de reforma laboral y la ley de compras públicas que frene la galopante corrupción, que peligrosamente se institucionaliza, pero, eso no se toma en cuenta.
Mientras tanto, los ofrecimientos incumplidos que desesperan a sectores crecientes de la población, son: 1- Se incrementará en 0.25% el presupuesto anual de Educación. 2- El objetivo fundamental del gobierno será la lucha contra la pobreza. 3- Se promoverá un Pacto Social para lograr empleo decente y derechos a la seguridad social y jubilación. 4- Se creará el Centro Estratégico de Planeamiento (Ceplan). 5- Foncodes transferirá a los gobiernos locales sus proyectos de infraestructura. 6- Las acciones de las empresas de distribución regional de electricidad se entregarán a las regiones. Nada de esto se ha cumplido, a pesar de la bonanza en las cifras macroeconómicas, de la estabilidad económica y la calificación del grado de inversión, es por eso que una inmensa mayoría de peruanos no siente que el “Perú avanza” para todos como es la alharaca oficial, y esto causa descontento que se manifiesta en paros y movilizaciones, calificadas con grosero despropósito como manifestaciones antisistema y por ello se quiere frenarlos con decretos represivos, sacando a las fuerzas armadas a las calles o llevando militares USA a Ayacucho con supuestos fines sociales.
Según una reciente encuesta de Ipsos Apoyo y Mercado, la desaprobación a Alan García y su gobierno llegó en julio al 70%. Esto por que incumplió los ejes centrales de sus propuestas de campaña electoral. El primero de los objetivos del ex candidato presidencial hoy Presidente, era: a- La reconstrucción del Estado y del sistema político, a través del shock de inversiones, b- La austeridad, c- La descentralización, d- La simplificación administrativa y e- La moralización. A 24 meses de aquel discurso para la platea del congreso, la verdad es que se ha olvidado de esos objetivos o le importa un pepino rallado el cumplirlos. El giro hacia la extrema derecha ha convertido al célebre “pico de oro” en el más liberal de los presidentes de América Latina y Caribe.
Un objetivo importante era crear empleo a través de la inversión y hoy el número de nuevos empleos no es conocido en cifras serias y los trabajadores protestan contra la baja calidad de esos empleos, la falta de estabilidad laboral, las horas excesivas de trabajo y los magros salarios. Tampoco ha cumplido la promesa de duplicar el capital del Banco Agrario, de aumentar el ingreso de los campesinos en las zonas de Sierra y Selva y de crear 300 mil nuevos empleos con el proyecto Sierra Exportadora, que a la fecha ha fracasado. Un siguiente objetivo era restablecer los derechos laborales y sociales, pero hoy los hospitales se caen a pedazos, están desabastecidos de medicinas y logística y tienen que operar como en las cavernas con cincel y martillo o serrucho, las comisarías no tienen gasolina para los patrulleros y los buses de la muerte no son controlados, por que el plan tolerancia cero es inoperante, por efectos de la gran corrupción, entre otros motivos.
La lucha contra la corrupción fue uno de los anuncios rimbombantes, se llegó a crear la Oficina Nacional Anticorrupción –ONA- mediante Decreto Supremo No 085-2007-PCM, pero, semanas antes Carolina Lizárraga su titular presentó renuncia, manifestando que no había voluntad política para combatir la cancerosa corrupción, mientras que un grupo de congresistas de Unión por el Perú por iniciativa del congresista Carlos Cánepa presentó el 23 de julio un proyecto de ley para desactivar la ONA, por que supuestamente duplica funciones de otros organismos del Estado.
El “aporte extraordinario” de las compañías mineras, que reemplazó a la propuesta original de un impuesto a las sobreganancias, es un fiasco y merece un monumento a la mezquindad y la explotación virreynal, por que hasta el momento esos aportes no se están entregando y el gasto se hace sin control del Estado, en realidad las empresas mineras hacen lo que quieren, con la venia de ministerio de economía, según los pobladores de las áreas donde se explotan los recursos.
El gran “shock de inversión en infraestructura”, que incluía obras de agua potable, electrificación rural, carreteras, caminos vecinales, infraestructura educativa y hospitalaria, pequeñas irrigaciones y canales, con “un monto aproximado de 5 mil millones de soles”, no se ha ejecutado y de lo realizado se conoce muy poco.
La Ley de Libre Desafiliación de las AFPs, se ha constituido en una “Ley del embudo”, por que miles de pensionistas luego de cumplir con engorrosos trámites, siguen esperando que les otorguen ese derecho. Si bien este aspecto es un cúmulo de desaciertos desde otros gobiernos, se espera que cumpla con lo prometido.
Así las cosas, el 187 aniversario de la independencia nacional, solo será motivo, una vez más en la historia, para desfiles, mensajes grandilocuentes, buenas intenciones y esperanzas perdidas. Sobre todo si nos atenemos a lo apreciado en la última elección en el congreso, lo lumpanesco, y la característica de lo “sucio, comechado y mentiroso” son sello de la calidad democrática, que enarbolan los integrantes de este gobierno y de sus enmascarados aliados.
* Imágenes: 1) El gobierno intenta consolidar la represión contra el pueblo, descontento y frustrado. 2) La agricultura de sierra y selva la más afectada por el alza del costo de vida y de los insumos agrícolas. 3) Difícil situación de la niñez en los cinturones de la miseria de opulentas ciudades. 4) Las bases contrasubversivas abandonadas a su suerte, sin presupuesto y sin logística.
Comparado con el desastre del gobierno aprista de 1985-90, se acepta que los primeros dos años de gobierno del presidente Alan García ha tenido aspectos positivos, pero igual sucedió en su primer gobierno, para acabar devorado por la inflación, la corrupción y la violación de derechos humanos, jaqueado por el auge del terrorismo, al que primero concedió ventajas para luego intentar aplastarlo, fracasando en el objetivo.
En materia de política externa, los analistas consideran que un aspecto positivo fue la decisión de llevar a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el problema limítrofe con Chile, en lo interno, fue la transferencia de fondos a los gobiernos regionales y municipales para la ejecución de obras. El haber reaccionado a los reclamos de las organizaciones respecto a los programas sociales y que haya intentado avanzar en la reforma de la educación, pese a los cuestionamientos a la evaluación de los docentes, plagado de irregularidades, constituyen aciertos.
Los empresarios bailan en un pie, por que el gobierno ha hecho lo imposible para mantener la política económica y la promoción de las inversiones iniciada a un costo social muy alto por sus antecesores Fujimori y Toledo, ellos afirman que esa es la única forma aumentar el empleo, pero la realidad es que cada vez hay menos empleo formal y son centenas de miles los jóvenes y adultos que salen de las universidades y no encuentran trabajo o son sometidos a la explotación inhumana.
La obtención de grados de inversión puede constituirse en otro logro por que emite un mensaje a nivel internacional que somos un país cumplidor de compromisos, pagador por adelantado de nuestras ilegitimas deudas y respetuoso de la estabilidad jurídica, aunque internamente la situación en amplios sectores como se dice, es para llorar. La promoción del mercado ha caracterizado al gobierno pero ha fortalecido la especulación, el abuso y la usura. Haber concluido las negociaciones del TLC, como la ampliación del ATPDEA que benefició a muy pocos y no obstante ser conciente que perjudicará a muchos, en especial a los medianos y pequeños agricultores, es considerado positivo para los empresarios que ven crecer sus fortunas exponencialmente.
En contraposición, las reformas profundas brillan por su ausencia, pese a que serán puntales en la estrategia de apoyo a los sectores más necesitados o menos favorecidos por el crecimiento macroeconómico, por ejemplo se ha estimado como muy urgente la ley de reforma laboral y la ley de compras públicas que frene la galopante corrupción, que peligrosamente se institucionaliza, pero, eso no se toma en cuenta.
Mientras tanto, los ofrecimientos incumplidos que desesperan a sectores crecientes de la población, son: 1- Se incrementará en 0.25% el presupuesto anual de Educación. 2- El objetivo fundamental del gobierno será la lucha contra la pobreza. 3- Se promoverá un Pacto Social para lograr empleo decente y derechos a la seguridad social y jubilación. 4- Se creará el Centro Estratégico de Planeamiento (Ceplan). 5- Foncodes transferirá a los gobiernos locales sus proyectos de infraestructura. 6- Las acciones de las empresas de distribución regional de electricidad se entregarán a las regiones. Nada de esto se ha cumplido, a pesar de la bonanza en las cifras macroeconómicas, de la estabilidad económica y la calificación del grado de inversión, es por eso que una inmensa mayoría de peruanos no siente que el “Perú avanza” para todos como es la alharaca oficial, y esto causa descontento que se manifiesta en paros y movilizaciones, calificadas con grosero despropósito como manifestaciones antisistema y por ello se quiere frenarlos con decretos represivos, sacando a las fuerzas armadas a las calles o llevando militares USA a Ayacucho con supuestos fines sociales.
Según una reciente encuesta de Ipsos Apoyo y Mercado, la desaprobación a Alan García y su gobierno llegó en julio al 70%. Esto por que incumplió los ejes centrales de sus propuestas de campaña electoral. El primero de los objetivos del ex candidato presidencial hoy Presidente, era: a- La reconstrucción del Estado y del sistema político, a través del shock de inversiones, b- La austeridad, c- La descentralización, d- La simplificación administrativa y e- La moralización. A 24 meses de aquel discurso para la platea del congreso, la verdad es que se ha olvidado de esos objetivos o le importa un pepino rallado el cumplirlos. El giro hacia la extrema derecha ha convertido al célebre “pico de oro” en el más liberal de los presidentes de América Latina y Caribe.
Un objetivo importante era crear empleo a través de la inversión y hoy el número de nuevos empleos no es conocido en cifras serias y los trabajadores protestan contra la baja calidad de esos empleos, la falta de estabilidad laboral, las horas excesivas de trabajo y los magros salarios. Tampoco ha cumplido la promesa de duplicar el capital del Banco Agrario, de aumentar el ingreso de los campesinos en las zonas de Sierra y Selva y de crear 300 mil nuevos empleos con el proyecto Sierra Exportadora, que a la fecha ha fracasado. Un siguiente objetivo era restablecer los derechos laborales y sociales, pero hoy los hospitales se caen a pedazos, están desabastecidos de medicinas y logística y tienen que operar como en las cavernas con cincel y martillo o serrucho, las comisarías no tienen gasolina para los patrulleros y los buses de la muerte no son controlados, por que el plan tolerancia cero es inoperante, por efectos de la gran corrupción, entre otros motivos.
La lucha contra la corrupción fue uno de los anuncios rimbombantes, se llegó a crear la Oficina Nacional Anticorrupción –ONA- mediante Decreto Supremo No 085-2007-PCM, pero, semanas antes Carolina Lizárraga su titular presentó renuncia, manifestando que no había voluntad política para combatir la cancerosa corrupción, mientras que un grupo de congresistas de Unión por el Perú por iniciativa del congresista Carlos Cánepa presentó el 23 de julio un proyecto de ley para desactivar la ONA, por que supuestamente duplica funciones de otros organismos del Estado.
El “aporte extraordinario” de las compañías mineras, que reemplazó a la propuesta original de un impuesto a las sobreganancias, es un fiasco y merece un monumento a la mezquindad y la explotación virreynal, por que hasta el momento esos aportes no se están entregando y el gasto se hace sin control del Estado, en realidad las empresas mineras hacen lo que quieren, con la venia de ministerio de economía, según los pobladores de las áreas donde se explotan los recursos.
El gran “shock de inversión en infraestructura”, que incluía obras de agua potable, electrificación rural, carreteras, caminos vecinales, infraestructura educativa y hospitalaria, pequeñas irrigaciones y canales, con “un monto aproximado de 5 mil millones de soles”, no se ha ejecutado y de lo realizado se conoce muy poco.
La Ley de Libre Desafiliación de las AFPs, se ha constituido en una “Ley del embudo”, por que miles de pensionistas luego de cumplir con engorrosos trámites, siguen esperando que les otorguen ese derecho. Si bien este aspecto es un cúmulo de desaciertos desde otros gobiernos, se espera que cumpla con lo prometido.
Así las cosas, el 187 aniversario de la independencia nacional, solo será motivo, una vez más en la historia, para desfiles, mensajes grandilocuentes, buenas intenciones y esperanzas perdidas. Sobre todo si nos atenemos a lo apreciado en la última elección en el congreso, lo lumpanesco, y la característica de lo “sucio, comechado y mentiroso” son sello de la calidad democrática, que enarbolan los integrantes de este gobierno y de sus enmascarados aliados.
* Imágenes: 1) El gobierno intenta consolidar la represión contra el pueblo, descontento y frustrado. 2) La agricultura de sierra y selva la más afectada por el alza del costo de vida y de los insumos agrícolas. 3) Difícil situación de la niñez en los cinturones de la miseria de opulentas ciudades. 4) Las bases contrasubversivas abandonadas a su suerte, sin presupuesto y sin logística.
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