El país acumula siete años de crecimiento, pero el 42,5% de la gente es pobre - El desencanto por el desigual reparto de la riqueza alienta a los políticos populistas
Jaime Cordero - Lima - 26/05/2008
Perú vive un inédito estado de euforia económica. Es el resultado de casi siete años de crecimiento sin interrupción y a tasas que figuran entre las más altas de Latinoamérica. En 2007, el producto interior bruto (PIB) creció un 8,3%; en 2008, pese a las turbulencias internacionales, se prevé que aumente un 6%. El problema es que, aunque las cifras hablan de un país que prospera, no todos se benefician al mismo ritmo: la tasa de pobreza sólo se ha reducido seis décimas en siete años y todavía afecta al 42,5% de la población. El fantasma de una candidatura populista y ultranacionalista para las elecciones generales de 2011, como la de Ollanta Humala en 2006, sigue asustando.
En algunas zonas, como Huancavelica, la pobreza llega al 80% de la población "La desigualdad se reduce a un ritmo menor al deseable", afirma un experto
Alan García se ha propuesto superar a Chile, considerado un modelo regional El país andino se plantea organizar unos Juegos Olímpicos
Los centros comerciales se multiplican en los barrios populosos de Lima, e incluso llegan a ciudades del interior del país donde, hasta hace nada, no existían instalaciones de este tipo. Son un símbolo del crecimiento económico, como también lo es que las exportaciones estén alcanzando cifras récord y que el pujante sector de la construcción crezca a un ritmo anual del 15% anual. En la reciente cumbre UE-América Latina, que tuvo lugar en Lima, el presidente, Alan García, lanzó como desafío "superar a Chile", el antagonista histórico, considerado un modelo de desarrollo económico en la región.
Jaime Cordero - Lima - 26/05/2008
Perú vive un inédito estado de euforia económica. Es el resultado de casi siete años de crecimiento sin interrupción y a tasas que figuran entre las más altas de Latinoamérica. En 2007, el producto interior bruto (PIB) creció un 8,3%; en 2008, pese a las turbulencias internacionales, se prevé que aumente un 6%. El problema es que, aunque las cifras hablan de un país que prospera, no todos se benefician al mismo ritmo: la tasa de pobreza sólo se ha reducido seis décimas en siete años y todavía afecta al 42,5% de la población. El fantasma de una candidatura populista y ultranacionalista para las elecciones generales de 2011, como la de Ollanta Humala en 2006, sigue asustando.
En algunas zonas, como Huancavelica, la pobreza llega al 80% de la población "La desigualdad se reduce a un ritmo menor al deseable", afirma un experto
Alan García se ha propuesto superar a Chile, considerado un modelo regional El país andino se plantea organizar unos Juegos Olímpicos
Los centros comerciales se multiplican en los barrios populosos de Lima, e incluso llegan a ciudades del interior del país donde, hasta hace nada, no existían instalaciones de este tipo. Son un símbolo del crecimiento económico, como también lo es que las exportaciones estén alcanzando cifras récord y que el pujante sector de la construcción crezca a un ritmo anual del 15% anual. En la reciente cumbre UE-América Latina, que tuvo lugar en Lima, el presidente, Alan García, lanzó como desafío "superar a Chile", el antagonista histórico, considerado un modelo de desarrollo económico en la región.
No ha sido la única propuesta ambiciosa que se ha escuchado en la capital peruana en los últimos días. A instancias del presidente, el jefe del Instituto Peruano del Deporte señaló la semana pasada que el país debería prepararse para organizar unos Juegos Olímpicos. "No se trata de una broma. Perú tiene capacidad competitiva", dijo la ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, a los que pensaban que se trata de un delirio.
El optimismo es compartido por los expertos. "Este crecimiento no es resultado de un accidente, no es una burbuja; es la maduración de una serie de fenómenos que se empezaron a gestar a comienzos de los noventa. El cambio de reglas de juego, las privatizaciones, la estabilidad macroeconómica, la apertura a la economía mundial... todo está dando sus frutos", señala Daniel Córdova, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
Se destaca especialmente que hechos como la crisis hipotecaria en Estados Unidos, la escalada del precio del petróleo o la complicada relación con otros regímenes de la región que han abrazado propuestas populistas cercanas al chavismo no hayan frenado, al menos en apariencia, el avance de la economía peruana. "Hay razones para ser optimista, no hay cifras que nos digan que pueda haber una marcha atrás, tenemos al menos dos años más de crecimiento", añade Córdova.
El Gobierno, en consonancia con la euforia, está dando muestras de estar dispuesto a gastar más y se prepara para subir los sueldos a los funcionarios. Así se pone fin a la etapa de austeridad que inició Alan García para acabar con la imagen de frivolidad y dispendio del Ejecutivo anterior.
Pero no todos se benefician al mismo ritmo de la bonanza económica, mientras resurge con fuerza la posibilidad de una candidatura populista para los comicios de 2011. "Ya nos salvamos por un estrecho margen en la pasada elección [se presentó Ollanta Humala] y un escenario muy posible es que las próximas elecciones enfrenten de nuevo a la parte del país a la que le ha ido muy bien y a la que no", señala Eduardo Morón, director del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.
La tasa de pobreza se ha reducido de media del 49% al 44% de la población desde 2000, según las estadísticas oficiales. El Gobierno la sitúa ahora en el 42,5%, lejos del objetivo del 30% fijado para antes de 2011. Las zonas más beneficiadas por la bonanza son Lima, la costa norte -donde florece la agroexportación- y algunas regiones de la sierra que reciben el canon que pagan las empresas mineras. Pero en regiones como Huancavelica, en la sierra sur, un 80% de los ciudadanos siguen viviendo en la pobreza.
Para paliar la desigualdad, se acaba de anunciar un incremento de 700 millones de soles (unos 165 millones de euros) en el presupuesto para ampliar la cobertura de los programas de ayuda a los más pobres. También se han dado normas para facilitar la titulación y negociación de tierras en zonas rurales.
Eduardo Morón considera que el énfasis en lo social aún no es suficiente. "La desigualdad está reduciéndose, aunque a un ritmo menor al deseable", añade Daniel Córdova. "La gran lección es que el gran crecimiento y la reducción de la pobreza se está dando más que nada por el ímpetu empresarial".
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