viernes, 11 de septiembre de 2009

Violencia sexual es otra arma de la guerra

Doce mil mujeres habrían sido agredidas sexualmente en medio del conflicto.

Redacción de El País

“En Colombia la violencia sexual es empleada como arma de guerra por las fuerzas militares, paramilitares y grupos guerrilleros”. Así lo asegura el informe La violencia sexual en Colombia, un arma de guerra, presentado ayer por la ONG Oxfam Internacional en el Día Nacional de los Derechos Humanos

Se constituyen en arma de guerra porque, de acuerdo con el estudio, “en el marco del conflicto armado, la violencia sexual no tiene como finalidad el acto sexual en sí mismo, sino que se comete para atacar y demostrar poder frente al enemigo, con el propósito de causarle sufrimiento”.

En su informe, Oxfam concluye que “la persistente ocultación y negación de este delito por parte del Estado colombiano ha permitido perpetuar un entorno de impunidad en el que este tipo de delitos no se investigan ni se enjuician ni se castiga a los responsables”.

Poner una cifra a lo incalculable


“Llegaron a mi casa y amarraron a mi esposo, me violaron con mi hija delante de él y mis otros hijos. Poner la denuncia y decir lo que pasó conmigo es como decir que yo voy a buscar el camino a la muerte, porque si hago eso, no puedo volver a salir del pueblo”.

Este relato, de una mujer de una vereda de Tuluá, refleja a las claras por qué es tan difícil establecer el número de mujeres víctimas de la violencia sexual en el conflicto: muy pocas de las víctimas denuncias.

Y el caso del Valle del Cauca no es la excepción. Datos de la Fiscalía de Justicia y Paz encargada de investigar al Bloque Calima, grupo paramilitar que tuvo como principal centro de operaciones el departamento, revelan que existen 5.000 denuncias penales contra esta organización, pero ni siquiera el 5% de éstas corresponden a violación sexual en contra de las mujeres.

Pero la situación va más allá. De los 29 integrantes del Bloque Calima que se han postulado a Justicia y Paz, sólo uno, alias Cabo, confesó un caso de abuso sexual durante una masacre que ejecutaron en zona rural de Buenaventura.

Además de la situación anterior, la Fiscalía de Justicia y paz solamente tiene documentado una violación ejecutada por este grupo paramilitar en el norte del Cauca, pero en este caso la información fue obtenida gracias a que la víctima denunció el caso.
Aunque no existen cifras oficiales de las mujeres que sufren agresiones sexuales por parte de los grupos armados, se calcula que entre 12.000 y 14.000 son agredidas en el marco del conflicto.

Según el informe de Oxfam, sólo nueve de cada 100 mujeres víctimas de algún delito sexual acuden a las autoridades.

Sobre esta situación en particular, el informe de Oxfam concluye que “debido a que se trata de delitos privados, pertenecientes al cuerpo y a la intimidad, estos no se denuncian. Por eso es imposible calcular su magnitud real y las cifras que se conocen son muy bajas”.

Al respecto, el fiscal encargado de manejar la incursión de los paramilitares en el Valle, Joaquín Arias, asegura que hace falta más información de parte de las víctimas.

El funcionario comenta que “es necesario que las mujeres que hayan sido víctimas de este tipo de delito se acerquen ante las autoridades a denunciar su caso, para que de esta manera se puedan abrir las investigaciones”.

Además, agrega Arias, “debido a la falta de denuncias no se puede confirmar las informaciones entregadas por algunas ONG de que las violaciones son usadas como arma de guerra por los actores del conflicto”.

Datos contradictorios

La situación es tal que, en todo el país, sólo se han denunciado ante la Fiscalía 100 hechos de violencia sexual atribuibles a grupos paramilitares desmovilizados hasta junio del 2008.

Sin embargo, la Defensoría del Pueblo maneja un dato más elocuente. Un informe de esta entidad revela que dos de cada diez mujeres que se han desplazado en Colombia citaron como causa para su huida hechos de violencia sexual en su contra.

Pero contradictoriamente, al solicitar cifras a Medicina Legal sobre violencia sexual por parte de grupos paramilitares, guerrillas o miembros de las Fuerzas Militares, no existe ningún reporte entre el 2003 y el 2007.

Este tipo de datos tal vez validen la tesis de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la que señala que la violencia sexual derivada del conflicto contra las mujeres y las niñas colombianas “es alarmante y tiene tendencia a incrementar”.

A pesar de ello, señala la Cidh, “no es posible cuantificar, ni de manera aproximada, cuántas mujeres han sido y son víctimas de alguna modalidad de violencia sexual en los casi 50 años de conflicto armado.

¿Por qué no se denuncia?

El informe de la ONG Oxfam Internacional sobre la violencia sexual contra la mujer, también indica alguna de las causas por las cuales las víctimas no denuncian.

Esta organización señala que “al hacerlo, son sometidas a la revictimización por el aparato de la justicia ya que las autoridades suelen reproducir dentro de su labor pública sus prejuicios en torno a los delitos sexuales. A estas cuestiones hay que añadir el miedo de la mujer a la represalia por parte de los agresores, la dependencia económica y afectiva que pueden tener con ellos, la aceptación social de esta violencia y el desconocimiento de las víctimas de sus derechos”.

Tomado de:
http://www.elpais.com.co/historico/sep102009/NAL/nal2.html

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