lunes, 11 de mayo de 2009

“Hay que confiar en la población del VRAE”

(1) Gonzales Posada plantea enfrentar el problema del armamentismo. (2) Hay que recuperar la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas. (3) El nuevo plan del VRAE debe ser más eficiente.

El congresista aprista Luis Gonzales Posada, quien fue ministro de Relaciones Exteriores durante el primer gobierno de Alan García, opina sobre la compra de armamento que viene haciendo Chile y sus implicancias en una carrera armamentista en la región. También analiza la situación en el VRAE y los resultados de la política gubernamental en esa convulsionada región.

-¿Nos estamos embarcando en una carrera armamentista con Chile?
-Lamentablemente, la carrera armamentista ya se está dando en América Latina, a pesar de que esta es una región que tiene gravísimos problemas de pobreza y exclusión, que se van a incrementar significativamente por la crisis internacional. Con la compra de armamento hay un despilfarro de recursos que son necesarios para programas de desarrollo.

-¿Es un error del gobierno peruano aumentar los gastos militares en este momento de crisis?
-No, porque una cosa es el armamentismo por la compra de armas muy modernas y con gran poder destructivo, que solamente pueden ser útiles en una guerra internacional, y otra cosa muy distinta es la recuperación operativa de nuestras Fuerzas Armadas, que las encontramos en una situación lamentable. Este gasto es para que los helicópteros y aviones no estén en los hangares por falta de mantenimiento.

-¿El aumento presupuestal por más de 400 millones de soles para las Fuerzas Armadas es una primera reacción a la compra de armamento que está haciendo Chile?
-No. Esto significa simplemente que se va acelerar el cumplimiento de metas. Es un deber del Estado tener Fuerzas Armadas muy bien preparadas, operativas, con una filosofía de paz, pero de determinación en la defensa nacional.

-¿Chile es una amenaza para el Perú?
-Prefiero evitar calificativos, pero puedo decir que para cualquier país es incómodo conocer la envergadura de ese tipo de compra de armas. Eso no sólo genera un desequilibrio estratégico, sino también temores, recelos y distanciamiento entre los pueblos. Esto es una suerte de patada a la canilla a los procesos de integración. Es muy difícil entender que mientras ocurren las compras de armas en esta magnitud, se hable al mismo tiempo de paz e integración. Por eso he planteado que la OEA impulse un diálogo sobre este tema...

-¿Cree que es viable que a través de la OEA se pueda limitar la compra de armas que hace Chile?
-No creo que eso sea viable. Aclaro que yo nunca he dicho que la OEA trate el tema chileno, lo que he dicho es que le corresponde abrir un debate sobre el armamentismo, porque la Carta de la OEA señala el compromiso de los países de limitar la compra de armamento para dedicar esos recursos al desarrollo económico y social. Todos vemos la carrera armamentista, pero nadie dice nada. Hay que hablar abiertamente de este tema, por eso propongo un gran debate internacional.

-¿Apoya la propuesta para destinar el cinco por ciento del canon minero a las Fuerzas Armadas?
-Esa propuesta tiene debilidades…

¿Cuáles?
-Por ejemplo, que esos recursos recién se captarían a largo plazo y serían montos pequeños.

-¿No va a respaldar, entonces, esa propuesta?
-En este momento no tengo mucha claridad sobre el tema, porque las exposiciones recién se van a dar después que esa propuesta pase por la Comisión de Economía. Es algo que hay que pensar bien. Puede ser un fondo para las Fuerzas Armadas, pueden ser créditos excepcionales, pero hay que tomar una decisión, no para armarnos hasta los dientes como otros países, sino para recuperar la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas.

-¿Cuánto se necesita para eso?
-Eso es algo que se debe tratar en reserva. Es poco prudente dar cifras públicamente.

-¿Se está perdiendo la guerra en el VRAE?
-En el VRAE la solución no es militar, sino económica y social. Es un problema de presencia del Estado, construcción de carreteras, escuelas públicas, centros de comunicación. Son poblaciones muy atrasadas, débiles y dispersas. En esta zona, donde hay entre 13 mil y 16 mil hectáreas de hojas de coca, hay que promover el desarrollo alternativo.

-¿El Plan VRAE ha fracasado?
-No, pero no todo es perfecto. El Plan VRAE debió ser mejor comunicado, debió tomarse mejor el pulso a la población. Pero no se puede negar que se ha avanzado. Sólo en el VRAE el año 2008 se destruyeron 1,225 laboratorios de cocaína, 2,392 pozas de maceración y se requisaron 32 toneladas de insumos de drogas. Y este año se han destruido 401 laboratorios, 783 pozas de maceración…

-Las cifras también muestran que ha habido cerca de 40 bajas en el lado de las Fuerzas Armadas y ninguna del lado de Sendero. ¿Eso no refleja un fracaso?
-Esas cifras son sumamente dolorosas. El VRAE es una zona muy complicada, en la que cualquier patrulla está expuesta a ser emboscada. Cuando uno acciona se expone a tener bajas. Si cae un oficial o un soldado es una demostración de que estamos actuando…

-Pero si de un lado caen muchos y del otro lado no cae nadie, es una demostración de que están actuando mal.
-Yo no sé si no hay bajas del lado de Sendero. Sabemos que ellos se llevan y entierran a sus muertos. No lo podemos medir así, comparando el número de muertos. En una guerra no sólo se mide el número de bajas, sino también los objetivos.

-¿Y qué objetivos han conseguido?
-Veo que ahora esta gente sabe perfectamente que ha quedado cercada en cuanto a su aprovisionamiento de insumos químicos, que ahora hay una mayor presencia militar y que les va a ser muy difícil poder avanzar en ese territorio. Creo que se han hecho todos los esfuerzos posibles. Vamos a hacer un relanzamiento del Plan VRAE…

-Van a presentar un nuevo Plan VRAE porque el anterior fracasó.
-No, pero yo diría que el anterior fue un plan más débil. Pero fue un plan y antes de eso no había nada. Este nuevo plan será superior.

-¿Qué cambiará en el nuevo Plan VRAE?
-Será un plan más consistente, mejor articulado, con una organización adecuada, con leyes, niveles de acción jerárquica, con mayor control y, naturalmente, deberá apuntar al área económica y social para el desarrollo de la zona. Debemos trabajar estrechamente con la población…

-Pero el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, no piensa igual. Él ha declarado que los pobladores del VRAE no son confiables.
-Yo sí confío en la población del VRAE. Me he reunido con todos los alcaldes del VRAE y todos han demostrado gran voluntad para cooperar.

-¿Qué opina de esas declaraciones de Flores-Aráoz?
-Yo no soy intérprete del ministro de Defensa. Lo que yo creo es que si no tenemos a la población comprometida es muy difícil avanzar…

-¿Cómo comprometer a los pobladores de la zona si el responsable del sector que tiene a su cargo las operaciones en el VRAE los ve como sospechosos?
-No me va a hacer pelear con Ántero (Flores-Aráoz)…

-No lo quiero hacer pelear con el ministro de Defensa; le pido su opinión sobre las declaraciones en las que señaló que no se puede confiar en quienes viven en el VRAE y que hay que tomar con pinzas su apoyo.
-Son formas de decir las cosas. Creo que, haciendo un poco de intérprete, lo que él ha querido señalar es que no ha sentido cercana a la población. En todo caso, el consejo que le puedo dar es que hay que persistir en dialogar y abrirse más con una población que tiene costumbres diferentes a nosotros.

Basta de demolición y de odios

-¿Cree que el debate político se está deteriorando con ataques personales y golpes bajos?
-A veces los golpes bajos son predominantes en política; ese es un problema que viene desde hace largo tiempo y nos hace daño a todos. La forma de fortalecer la democracia en el Perú es que los grupos políticos entiendan que podemos ser ocasionales rivales, pero nunca enemigos. Debemos evitar las políticas de demolición, los enconos y los odios, porque eso solamente lleva a la destrucción. Tiene que haber un esfuerzo para buscar la concertación y para adoptar políticas de Estado en temas como la defensa del país y la política exterior.

-Pero estamos más cerca de los golpes bajos que de la concertación.
-Son ondas cíclicas, que bajan y luego se vuelven a presentar. Todos los grupos políticos debemos hacer un gran esfuerzo para superar eso y entender que la política no es agresión, ofensa, ni insulto. Hay que bajar la tensión política en el país.

-¿Apoya la propuesta para investigar en el Congreso a la esposa de Ollanta Humala?
-No quiero referirme a un caso específico. No creo en apaleamientos ni en sectarismos. Eso no conduce a nada bueno. Soy partidario de la apertura, el diálogo, la concertación, que es lo que garantiza la sostenibilidad de la democracia y el desarrollo del país.

-Pero como van las cosas, parece que caminamos a un proceso electoral marcado por una guerra sucia.
Un proceso electoral no puede estar cargado de enfrentamientos. Lo que el país quiere es que se debatan ideas, planteamientos y programas. Confío en la inteligencia, el pragmatismo y el sentido de supervivencia de todos los grupos políticos, que tienen que anteponer los grandes intereses nacionales a aspectos coyunturales.

Carlos Noriega
Entrevista


Tomado de:
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=38194

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