domingo, 17 de agosto de 2008

Indígenas fortalecen su protesta y retienen a policías en Imaza

El Ejecutivo decidirá hoy quién integrará la nueva Comisión de Alto Nivel que dialogará con los nativos. La reunión sería en Tarapoto.

Los indígenas amazónicos están molestos. Ya ha pasado una semana desde que comenzó la protesta que unió sus voces contra una serie de decretos de Alan García (conocidos como la ley de la selva) que –según sostienen– vulneran sus derechos, y hasta el momento nada ha cambiado.

El fallido diálogo con la Comisión Brack, el pasado viernes, tampoco sirvió de mucho. De hecho solo aumentó la desconfianza en una población que siente que sus reclamos nunca son justamente valorados ni mucho menos atendidos. Y mientras desde Lima se debate cuál será la próxima comisión de Alto Nivel que trate de apagar la ira de los nativos, en la selva la lucha no solo se reafirma, sino que se fortalece con los días.

Cada vez son más los indígenas que custodian las empresas estratégicas del Estado (petrolíferas, gasíferas e hidroeléctricas) cuyas actividades paralizaron hace días. A eso se suman los cortes en varias vías de Bagua, Yurimaguas y Urubamba. Y en Imaza (Amazonas), en la subestación petrolera N°6 del Oleoducto Noriente Peruano, el incremento de la presencia policial en la zona ha desencadenado la retención de una veintena de efectivos de la Diroes (Dirección de Operaciones Especiales) enviados desde la capital.

Policías Retenidos

El suceso ocurrió –tal y como ya informó este diario– el martes al promediar las tres de la tarde, pero ya han pasado varios días y los policías permanecen bajo la custodia de los más de más de 4 mil indígenas awajum y wampis que han tomado las instalaciones de Petroperú en la zona, incluido el satélite que permite cualquier comunicación y el helipuerto.

Los nativos sostienen que el envío de los policías incumplió la promesa que al respecto les hizo la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), y aseguran que la medida se tomó para evitar el envío de nuevos efectivos policiales a la zona, algo que parece haber sucedido. De momento el ministro del Interior, Luis Alva Castro, negó ayer el hecho a La República. "No hay nada. Todo está tranquilo. Así me lo ha indicado el general León Romero, que cubre esa zona. No hay ningún problema", aseguró. Este diario, sin embargo, comprobó in situ lo erróneo de la información proporcionada por el ministro.

El miércoles pasado, tras seis horas de accidentado camino por trocha desde Bagua Chica, en las que se pudo comprobar la enorme molestia de los indígenas con el gobierno, La República llegó a la subestación de Petroperú en Imaza, y observó la organización de los miles de indígenas concentrados en la zona, que duermen repartidos según las cuencas de las que provienen, comen en ollas comunes y disponen de un almacén con yucas, plátanos, carne y fruta del que, aseguran, pueden vivir un año si es necesario.

Los dirigentes nativos también mostraron a los periodistas el equipo antimotín que habían quitado a los ocho policías que el día anterior habían tratado de acceder al lugar en helicóptero, y que habían disparado al aire para hacerse paso entre los nativos que rechazaban de forma masiva su presencia. Y aunque aseguraron que los efectivos ya habían sido liberados, no pudieron explicar por qué no se les había devuelto las mochilas y los escudos.

En torno a las tres de la tarde un nuevo helicóptero aterrizó a un par de kilómetros de la subestación (los indígenas, con banderas blancas por temor a posibles disparos, no permitieron que lo hiciera en el helipuerto), y de él descendieron 18 efectivos de la Diroes más. Una comisión de los nativos se acercó entonces hasta el lugar y pidió a la policía que se retirara y no se acercara a la subestación, ya que si no, no podrían garantizar su seguridad, pues se consideraba una provocación su presencia armada.

Viendo la posibilidad de una inminente emboscada (por ambas partes del camino se acercaban cientos de indígenas) el policía al mando accedió a ir hasta la Base de Mesones Muro, donde todos se reunieron en una habitación con miembros del Ejército para tratar de encontrar una salida al problema.

Con el Rostro Pintado

Minutos después, otro numeroso grupo de nativos llegó al lugar, escoltando a tres de los ocho policías retenidos el día anterior, los cuales tenían el rostro visiblemente cansado y la cara pintada como los hombres de la selva. Sólo a uno de ellos (el que ostentaba el rango de mayor) se le permitió ingresar a la Base para presenciar las negociaciones ya iniciadas. Los otros dos quedaron como "rehenes".

A los policías que llegaron de Lima, en tanto, el Ejército –que había reforzado al máximo la seguridad de la instalación militar– no les dio cobijo. Fuentes consultadas por La República confirmaron que, horas más tarde, este grupo también fue retenido por los awajum y wampis de la zona. Todos los policías estarían bien de salud.

La situación de tensa calma en Imaza no es, en absoluto, aislada. La República visitó y conversó con los indígenas de varias comunidades de la zona, y aunque hoy por hoy no hay actos de violencia y todos aseguran que sólo quieren estar en paz, los nativos no dudan que defenderán a como dé lugar sus territorios ancestrales y el futuro de sus hijos. Todos los indígenas, armados con lanzas y con los rostros pintados en señal de lucha, coincidieron además en algo: entre los nativos y el gobierno no hay entendimiento. Basta si no con comparar las versiones de las dos partes sobre la fallida reunión del viernes pasado.

Los indígenas llegaron a dicha reunión con una plataforma de negociación de tres puntos básicos: la derogatoria inmediata de los decretos legislativos 1015 y 1073, el restablecimiento del carácter inalienable, inembargable e imprescriptible de los derechos colectivos de los pueblos indígenas (tal y como establecía la Constitución de 1979) y el cumplimiento del convenio 169 sobre pueblos indígenas en países independientes. Y esto fue lo que se habló.

Acuerdos Sin Fuerza

A través de un comunicado la PCM sostuvo que durante la mañana se acordó no reglamentar ni aplicar los cuestionados DL 1015 y 1073 hasta que el Tribunal Constitucional no se pronunciara sobre ellos, así como se habló de la posibilidad de presentar propuestas para modificar determinados artículos referentes a las comunidades amazónicas de otros textos legales cuestionados. También se quiso promover una reunión con los congresistas amazónicos e incluso se hizo llegar una invitación de Alan García a los líderes indígenas para dialogar en Palacio de Pizarro.

El propio Brack dijo haberse sentido sorprendido cuando la negociación se "suspendió" porque los nativos dijeron que sólo negociarían con el jefe de Estado, el premier Jorge del Castillo y el presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, a pesar de que ese era el pedido que hicieron desde el primer día de movilización.

Una versión algo distinta dieron desde San Lorenzo las organizaciones indígenas (la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana AIDESEP y sus organizaciones regionales), que explicaron que lo conversado con el Ejecutivo no era válido, ya que la Comisión Brack no tenía capacidad real de decisión, que era lo que realmente buscaban. Añadieron que la presencia del ministro del Ambiente, que no ha firmado ni uno solo de los decretos cuestionados, no servía.

Un Diálogo Complicado

Hoy el Ejecutivo, que se reunirá en Consejo de Ministros a primera hora de la mañana, debe decidir cuál es el siguiente paso a dar. Las organizaciones indígenas insisten en que la nueva comisión del gobierno esté integrada por el premier y el presidente del Congreso, pero también por los ministros de Agricultura, Educación, Energía y Minas, Justicia y Salud, así como por la Defensora del Pueblo y los congresistas amazónicos. Su intención, asimismo, es que la reanudación de las conversaciones sea el martes en Tarapoto (un lugar más accesible que San Lorenzo), y que el acta final del acuerdo al que lleguen se firme en Quillabamba (Cusco).

Todo hace prever que el diálogo no será fácil. Los ministros del Interior y de Defensa, Luis Alva Castro y Ántero Flores Aráoz, ya han declarado que "infiltrados" y ciertos "extremismos políticos" estarían detrás de las protestas de los nativos.

"Hay una cierta confabulación de extremistas que quieren que la democracia fracase. Eso lo tengo claro, porque (que se produzca una protesta) una vez puede ser; dos veces es casualidad, tres, cuatro o cinco pues no nos chupamos el dedo", dijo a Radio Nacional el titular de Defensa, y señaló a las Casas del Alba como elemento "disociador" en el país.

Algo similar dijo Brack en RPP Noticias, cuando habló de tres abogados que asesoran a los campesinos que protestaban, los cuales, según él, tomaban más decisiones que los propios nativos. El ministro del Ambiente, incluso, dio sus nombres: Felipe Tacuri Flores (ex candidato nacionalista a la alcaldía de Madre de Dios), Santiago Mañún Valera y Julio Dávila Muñoz.

Aidesep, a través de su respectivo comunicado, lamentó este tipo de declaraciones que "subestiman la capacidad de análisis y decisión" de los pueblos indígenas y reiteró que son los líderes indígenas, y no los asesores, los que deciden. Ayer en la noche el gobierno evaluaba la posibilidad de declarar en emergencia tanto San Lorenzo (Loreto) como otras localidades de la selva.

Brack apoya Diálogo entre García y Nativos

El ministro del Ambiente, Antonio Brack, habló ayer en RPP Noticias de la necesidad de establecer un diálogo de alto nivel con los indígenas, luego de que en la víspera se rompieran las negociaciones entre el Ejecutivo y líderes nativos.

"Es necesario que se establezca un diálogo de alto nivel porque ellos se consideran apus, y su único interlocutor para ellos es el presidente de la República, Alan García. Por ello se acordó que el jefe de Estado los iba a recibir en Palacio para establecer un diálogo y hacer fluido este asunto y pienso que ese es el paso que hay que dar", aseveró Brack.

El ministro explicó que el Ejecutivo tiene toda la voluntad de dialogar, pero desde su punto de vista los indígenas están adoptando posiciones extremistas como el planteamiento de que no haya concesiones forestales o exploraciones petroleras. Calificó la suspensión del diálogo no como una derrota para el gobierno, sino un "hito" que permitirá nuevas decisiones en el futuro.

Continúan los bloqueos de carreteras

Más de tres mil nativos tomaron ayer la carretera Fernando Belaunde Terry, a la altura del puente 24 de Julio, en el centro poblado Corral Quemado (Bagua Grande, Amazonas).

El hecho se registró a las 3.30 de la tarde, luego de que miles de nativos llegaran a la zona a bordo de camiones provenientes de las diferentes comunidades de Bagua y Condorcarqui. Colocaron tablones de madera que habían sido incautados por INRENA y que se encontraban almacenados a un costado de la carretera, en los almacenes de esta entidad.

Gran cantidad de vehículos de transporte interprovincial de pasajeros, así como camiones de carga, quedaron varados, lo que ocasionó un gran malestar entre los miles de pasajeros que se dirigían hacia la costa o viceversa. Los indígenas pintaban el rostro de estos cuando pasaban el puente.

En tanto, en Bajo Urubamba, los nativos machiguenga abandonaron los campamentos de Pagoreni A y B, en el lote 56 del proyecto Camisea. Continúan, sin embargo, los bloqueos de la carretera Karibeni y Rosalina, en el distrito de Kiteni, donde los nativos se sitúan para impedir el paso de los vehículos. Las labores que realizaban en estos campamentos más de 130 trabajadores, no obstante, continúan paralizadas hasta que se resuelva el conflicto indígena.

El general Mauro Medina, jefe de la Décima Dirección Territorial, confirmó que la situación en la zona es tranquila, por lo que no fue necesario reforzar con efectivos de la policía. Voceros del Consejo Machiguenga del Río Urubamba (COMARU), por su parte, explicaron que los nativos abandonaron los campamentos, pero que el Lote 56 sigue siendo vigilado para que no se reinicien las labores en él. Juan Manuel Figueroa, secretario del premier Jorge del Castillo, invitó a los nativos del Bajo Urubamba a crear una mesa de diálogo independiente para solucionar la huelga. (Con información de Claudio Mendoza y Flor Huilca.

* Imágenes: 1) Custodiado. Tres altos mandos de la policía permanecen retenidos por los más de 4 mil indígenas que vigilan el cese de las actividades de la subestación N° 6 de Petroperú, en Imaza. Nótense sus rostros pintados. 2) Indígena protesta contra los decretos 1015 y 1073 en El Muyo (Bagua). 3) Temor a la PNP. Indígenas muestran bandera blanca a helicóptero de la PNP para evitar posibles incidentes en la zona. 4) Un día menos. Más de 4 mil indígenas vigilan la subestación Nº 6 del Oleoducto Nororiente Peruano, al que ya solo le quedan nueve días de reserva de crudo. (Fotos: José Vidal, enviado especial). 5) Corral quemado. Indígenas bloquean el puente 24 de julio.

Tomado de:
http://www.larepublica.com.pe/content/view/238581/483/

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