Ofensiva del Narcotráfico y las Drogas VI

ONU: evaluación global de la lucha contra el narcotráfico y las Drogas.

El 14 de marzo de 2008 culminó un debate temático durante el 51º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) para discutir el proceso de evaluación de la aplicación de la declaración política y los planes de acción adoptados en el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General (UNGASS) de 1988. Posteriormente, se inició un ‘período de reflexión global’ que culminará, en 2009, con un segmento ministerial en la Comisión de Estupefacientes. “Esta comisión buscará responder a lo siguiente: ¿Se debe aclarar el procedimiento de adopción de estrategias con miras a combatir las drogas? ¿Con qué espacio contará la sociedad civil para participar en las diversas etapas del proceso? ¿Cuáles serán las cuestiones clave sobre la mesa de negociaciones entre los países productores de materia prima para las drogas y los países consumidores? ¿Qué tipo de mejoras en el funcionamiento del sistema de fiscalización de drogas de la ONU se podrían esperar o perseguir? ¿Es necesario reformar las convenciones sobre drogas de la ONU?”, TNI.

En enero del 2002 se realizó una conferencia en Alemania, organizada por el gobierno alemán y el PNUFID. El objetivo era evaluar la experiencia en la prohibición del uso legal de la coca y extraer conclusiones para el futuro de esta práctica. La Convención Única sobre Estupefacientes de la ONU, de 1961, prohibió los cultivos que no tuvieran un propósito médico o científico, fijando un plazo de 15 años para el opio y 25 para la coca como período de extinción definitiva de estos productos, este plazo se cumplió en 1986 para el caso de la coca. En 1998, ignorando la experiencia de cuatro décadas de políticas fallidas en materia de control de cultivos ilícitos, la ONU volvió a fijarse un plazo: eliminación de coca y opio en el 2008.

Marzo de 2008 la JIFE exige cumplimiento de plazos y adopta acuerdos, que los especialistas las consideran abusivas y al margen de la realidad, mientras que los gobiernos de Bolivia y Perú las rechazaron. Las declaraciones de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes JIFE-ONU sobre la hoja de coca, contenidas en su informe 2008 del 05 de marzo, expresan básicamente lo siguiente: 1.- "La Junta exhorta a los Gobiernos de Bolivia y el Perú a que adopten medidas sin demora con miras a abolir los usos de la hoja de coca que sean contrarios a la Convención de 1961, incluida la práctica de masticarla" y "cada una de las Partes en la Convención debería tipificar como delito, cuando se cometan intencionalmente, la posesión y la adquisición de hoja de coca para el consumo personal". 2.- "La Junta exhorta una vez más a los Gobiernos de Bolivia y el Perú a que consideren la posibilidad de modificar la legislación nacional con objeto de abolir o prohibir las actividades que sean contrarias a la Convención de 1961, entre ellas la práctica de masticar hoja de coca y la fabricación de mate de coca".

A partir de esta declaración han surgido discusiones y tensiones sobre la forma en que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) cumple sus funciones y sobre su interpretación legal de las convenciones. Los informes y las cartas (acuerdos) de la JIFE han condenado prácticas que los países en cuestión consideran legítimas. Las convenciones describen la misión de la Junta explícitamente en términos de cooperación y diálogo. ¿Está la JIFE sobrepasando los límites de su mandato?, es la interrogante. El período de reflexión 2008-2009 sería el momento adecuado para analizar el papel y el mandato de la JIFE integrada por 13 expertos internacionales cuyas posturas no son técnicas sino políticas.

“Lo absurdo de la posición de la JIFE se nota cuando en el mismo informe (2008) habla de proporcionalidad en las condenas, no obstante pretende criminalizar a pueblos enteros por tradiciones y costumbres populares que no hacen daño e incluso son benéficas”, dice Pien Metaal del TNI (Institute Transnational) .

La posición radical de la ONU y de EEUU contra la coca contrasta con su estrategia de programas de desarrollo alternativo cuya experiencia es frustrante en la región andina. “Desafortunadamente los resultados son negativos”, coinciden en valorar beneficiarios y expertos en el tema. Debido a ello son los continuos alzamientos campesinos en Perú y Bolivia y las tensiones sociales entre los cultivadores cocaleros en el sur de Colombia, estas expresiones evidencian el tácito fracaso del Desarrollo alternativo, a la luz de los resultados y frente a los recursos asignados para su ejecución y sobre los cuales hay poca transparencia y escasa responsabilidad social. Uno de los instrumentos para alcanzar el objetivo de la eliminación de los cultivos de coca es el Desarrollo Alternativo, concepto que quedó internacionalmente reconocido en la conferencia de 1998 como parte de una estrategia de control de drogas integral.

El director de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD), el italiano Antonio María Costa, sostuvo que el problema de las drogas se había ‘contenido, pero no resuelto`…opinó que el control de los estupefacientes tiene un problema de imagen: “demasiado delito relacionado con las drogas, demasiada gente en prisión, muy pocos servicios de salud, muy pocos recursos para el tratamiento de prevención y rehabilitación, demasiada erradicación de cultivos e insuficiente erradicación de la pobreza… Subrayó la necesidad de que se otorguen más fondos a los proyectos de desarrollo para dar a los agricultores una alternativa al cannabis, a la coca y al opio.”, conferencia en Viena 10/03/08.

* Imágenes: 1) Felipe Páucar. Autor del artículo, 2)La represión indiscriminada en nombre del régimen global prohibicionista. Foto: Archivo Prensa Verde.